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Por: Héctor Medina Varalta
La Vejiga Hiperactiva (que se relaciona algunas veces con la incontinencia urinaria) de urgencia se caracteriza por la pérdida repentina de orina con una sensación urgente de ganas de orinar, que muchas veces impiden llegar al baño, con un aumento en la frecuencia de las micciones y a menudo con levantarse varias veces por la noche para orinar.
Dos estudios realizados, uno en Europa y otro en Estados Unidos, revelan una prevalencia importante del Síndrome de vejiga hiperactiva y similar entre hombres y mujeres (15.6% en hombres y 17.4% en mujeres, según el estudio europeo; y 16% y 16.9%, respectivamente, según el estudio estadounidense). Estos estudios confirmaron que la incidencia de esta disfunción aumenta con la edad y que la prevalencia de incontinencia por urgencia vesical es mucho más frecuente en las mujeres (9.3% en mujeres y 2.6% en hombres).
Dos patologías
En México, 23% de la población mayor a 18 años presenta este padecimiento. El 50% de la población que la padece, no la considera como enfermedad. Existen dos tipos de patologías en Vejiga Hiperactiva: Vejiga hiperactiva idiopática.- sensación urgente de orinar o pérdida involuntaria de la orina por contracción del músculo detrusor a nivel local y la Vejiga hiperactiva neurogénica.- es la sensación urgente de ganas de orinar o pérdida involuntaria de la orina, causada por daño en el tallo cerebral y en el sistema nervioso.
De acuerdo al Dr. Rubén Bernabé Ceja, Medico Cirujano por la Universidad de Guadalajara, Cirujano Urólogo por el Hospital General de Occidente, Profesor, de médicos para el Curso Propedéutico para la Preparación del Examen Nacional de Ciencias Médicas, 2004-2008, Certificado por el Consejo Nacional Mexicano de Urología, entre otros, mencionó que la incontinencia urinaria o vejiga hiperactiva se explica como la salida involuntaria de orina. Es decir, siempre tiene que haber un efecto volitivo de nuestra propio deseo, que nos dice que hay la posible calidad de orina. Entonces, hay una parte que se llama control voluntario; y una de las partes de la incontinencia urinaria está relacionada a lo que los médicos llaman vejiga hiperactiva. Por ejemplo, puede haber personas con incontinencia urinaria que no están tanto relacionadas con la vejiga hiperactiva, sino que están relacionadas con obstrucciones mecánicas como lo puede dar una próstata, pero en este caso la vejiga hiperactiva no necesariamente tiene que haber un crecimiento prostático.
Músculo destrusor
La incontinencia urinaria afecta en su mayoría a la población femenina: las estadísticas indican que dos de cada tres mujeres estarán presentando incontinencia urinaria más de una vez en su vida; y la vejiga hiperactiva después de que la mujer ha tenido sus partos, ha tenido la salida de los bebés a través del canal vaginal, empiezan a presentar casos de vejiga hiperactiva, o las mujeres que han tenido cuadros muy frecuentes de algo que se llama distitis de repetición. Vejiga hiperactiva, básicamente, se refiere a que hay un músculo. Imaginemos que hay una madeja (para dar un ejemplo de cómo es el músculo de la vejiga), como cuando las abuelitas juntaban el hilo y hacían la bolita y así iban pasando por vueltas y vueltas; así es más o menos el músculo detrusor, que es el músculo propio de la vejiga, cuando éste se sale del control de las sustancias que habitualmente pueden relajarlo, el músculo no concuerda con la voluntad que tiene el cuerpo para controlarse y que el músculo empezara a contracturar o atacar la orina en condiciones que nosotros no queremos.
Una fuerza que no se controla
Por ejemplo, durante una plática el individuo puede tener una contracción de ese músculo, en ese momento se aprieta la madeja (por decirlo así), se manifiesta una salida de orina, que pueden ser desde pequeñas gotas hasta muchos mililitros (como si fuera un globo, y la parte por el que se llena de aire fuera la uretra); y este globo, si uno lo toma con los dedos fuera el esfínter, y ese esfínter no tiene la suficiente capacidad de fuerza con la contracción de lo que viene siendo el músculo por arriba de esta “madeja”, se aprieta tan fuerte que salen las gotas de orina. Es decir, es una fuerza que no se controla del músculo destrusor que es el músculo de la vejiga y que hace que la presión que hace el esfínter para apretar y que salga la orina, le gane la resistencia o la fuerza al músculo destrusor y permita que salga la orina. Es decir, hay una capacidad del detrusor mayor que la del esfínter para que la orina salga.
Baja autoestima
De acuerdo al Dr. Ceja, existen varios tipos de incontinencia en la mujer: la incontinencia urinaria de esfuerzo, la incontinencia urinaria mixta y prácticamente la vejiga hiperactiva; también tienen que descartarse trastornos tales como las infecciones de vías urinarias. Las infecciones de vías urinarias por per se, lo que hacen es que inflaman todo el tejido por dentro (la mucosa de la vejiga) y hace que el músculo destrusor tenga contracciones involuntarias en momentos que no queremos. Entonces, cada que el Dr. Ceja va a realizar una terapia con un paciente como estos, debe de estar seguro que los cultivos de orina son negativos y que no dejen ninguna infección. La mayoría de los pacientes, tanto hombres como mujeres, en su mayoría mujeres comentan que no pueden socializar pues ni siquiera pueden reír. Algunas de ellas que padecen incontinencia mixta, saben que si se ríen pueden tener problemas porque saben que van a tener incontinencia urinaria. Realmente, en la vida cotidiana estas pacientes no pueden reírse que es tan sano, levantarse de manera rápida a realizar algunas actividades en la oficina porque saben que se pueden salir unas gotas de orina. Por lo tanto, muchas de estas pacientes usan protectores y empiezan a tener las siguientes ideas: tengo que cambiarme el protector a cada rato porque sé que lo más seguro es que estoy oliendo a orina, pues el efecto nasal de los olores tarda uno 20 segundos en acostumbrarse al olor. La verdad es que muchas no huelen a orina, pero ellas se quedan con esta idea: “Es que no ya no me huelo, pero los demás seguramente me están oliendo”. El Dr. Ceja comenta que esta situación es traumática a nivel emocional, pues la mayoría de las mujeres no quieren tener intimidad con sus parejas
Tratamientos
El tratamiento tiene como objetivo aliviar los síntomas de aumento de frecuencia miccional, urgencia miccional y de incontinencia de urgencia. La elección de un tratamiento específico depende de la severidad de los síntomas y del grado en el que interfieren con el estilo de vida del paciente. Muchos pacientes que presentan síntomas urinarios toman medicamentos anticolinérgicos (medicamentos que ayudan a calmar los espasmos o contracciones al inhibir la liberación de la acetilcolina). Los medicamentos anticolinérgicos son el tratamiento de primera línea para Vejiga Hiperactiva, pero el grado de satisfacción del paciente es bajo.
Nueva opción
Algunos estudios han demostrado que cerca del 82% de los pacientes tratados con Vejiga Hiperactiva abandonan el tratamiento con anticolinérgicos orales por causa de los efectos colaterales, del mal seguimiento del paciente y la limitada eficacia de los medicamentos prescritos. Entre los efectos colaterales están: boca seca, visión borrosa, constipación, somnolencia y náusea. El Botox es una nueva opción para el tratamiento del Síndrome de Vejiga Hiperactiva en pacientes con síntomas urinarios persistentes: Es una terapia focal que proporciona control, confianza y seguridad, Ejerce un efecto de bloqueo en el nervio para que no exista presión en la vejiga.
La terapia con Botox en pacientes con Vejiga Hiperactiva arrojó un resultado de pacientes con 41% de reducción de presión en el músculo detrusor, lo que aporta más protección de la vía urinaria superior.
Se ha comprobado que más del 74% de los pacientes tratados con Botox® pasaron a ser continentes durante un mínimo de siete días consecutivos: Efecto muscular entre 3 y 5 días después de la aplicación, Hasta 2 semanas para observar una mejoría clínica después de una sola aplicación de Botox®, 88% de los pacientes completamente continentes después de 6 años de varias aplicaciones de Botox®, De 8 a 9 meses de intervalo entre cada aplicación para mantener el efecto clínico.
Afecciones en el paciente
El Dr. Ceja concluyó: la incontinencia urinaria ejerce un fuerte impacto negativo en las actividades físicas, sociales y psicológicas de los pacientes e interfiere drásticamente en las actividades diarias, Afecciones físicas: Dormir mal, Dificultar para viajar. Afecciones sociales: Interfiere en el trabajo, Incontinencia de orina en público, Afecciones en las relaciones sexuales y Distanciamiento en relaciones familiares y sociales. Afecciones psicológicas: Sentimientos de vergüenza y humillación, Baja autoestima, Depresión y frustración, Miedo de no llegar a tiempo al baño.
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