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Horacio García, Editorial PAX
Antoine Laurent Lavoisier, nació en la capital de Francia, el día 26 de agosto de 1743, en el seno de una familia acomodada. Su padre era un abogado que le dio una infancia llena de cuidados. Desde su niñez dio pruebas de su inteligencia poco común que habría de facilitarle la asombrosa asimilación de todo el saber científico de la época. Lavoisier cursa la primera enseñanza en el Colegio Mazarino, el más importante de París, donde adquiere los brillantes conocimientos que le abren las puertas de la Facultad de Derecho, en la que obtiene el grado de licenciado cuando cuenta con apenas veintiún años. El diploma de licenciado en leyes no calma, la sed de saber que mostrara ya en los años de su primera enseñanza. Su vocación se orienta ahora por la ciencia, en su más compleja variedad. Estudia matemáticas, física, botánica y geología. La química no atrae, por el momento al que debía de ser él más importante en las concepciones modernas de esta ciencia.
En 1766 Lavoisier Participa en un concurso convocado por la Academia de Ciencias, para conocer la forma más eficiente y económica de dotar de alumbrado público a las ciudades de Francia. Al efecto de poder precisar las mínimas variaciones en la intensidad de la luz, pintó de negro una habitación, donde permanecía durante varias horas en la absoluta oscuridad, pasado cierto periodo, su vista estaba preparada para registrar la más insignificante diferencia entre dos focos lumínicos, cualquiera que fuera su naturaleza o intensidad. El trabajo por el presentado, en competencia con científicos eminentes, fue galardonado con la medalla de oro que le fue entregada por el presidente de la Academia de Ciencias, el 9 de agosto de 1766. Esto hizo que Lavoisier gozara de gran prestigio en los círculos científicos de París, y el primero de junio del año de 1768, con tan sólo 24 años, ocupa el asiento en la Academia de Ciencias tras la muerte del químico Barón, no sin antes pasar por votación, misma que le ganó al químico Gabriel Jars.
En 1770 Lavoisier tomó una decisión que le traería trágicas consecuencias: se incorporó a la Fermé Genérale, una compañía privada que por contrato del rey de Francia Luis XV, se encargaba de cobrar los impuestos. Los “asentistas”, como se les llamaba, eran un cuerpo especialmente odioso para un pueblo empobrecido, hambriento y despreciado por esa aristocracia inútil, que vivía con excesivo lujo a la sombra de la monarquía.
Al año siguiente de su ingreso a la Ferné Genérale, en 1771, Lavoisier, entonces de 28 años de edad se casó con una joven de 14 años, Marie Anne Pierrette Paulze, hija de otro asentista muy rico. La pareja nunca tuvo hijos y Marie Anne se convirtió en colaboradora de su esposo.
Al mismo tiempo que Priestley llevaba a cabo sus experimentos, Lavoisier repitió algunos de los que se habían realizado sobre combustión, quemando en presencia del aire metales y no metales, como el estaño y el fósforo, apreciando siempre, y sin lugar a dudas, que los productos pesaban más que las sustancias originales.
Preocupado por las diferentes opiniones que aparecían en todas partes, se propuso a estudiar el fenómeno a fondo. Por eso escribió en su diario: “Estas diferencias aparecerán desplegadas... cuando haya expuesto la historia de todo cuanto se haya hecho sobre el aire liberado de las sustancias y combinado con ellas. La importancia del fin propuesto me ha animado a emprender este trabajo que parece destinado a producir una revolución en la Física y en la Química”.
Las investigaciones químicas Lavoisier realizaba destruían la falsa hipótesis del flogisto, sentando las bases de la teoría general de la química verdadera. La teoría del flogisto, aseguraba que la materia contenía una sustancia combustible, el flogisto, que al efectuarse la combustión era liberada y por ello la masa disminuía. Esta teoría fue aceptada por mucho tiempo, hasta que en la segunda mitad del siglo XVIII, Lavoisier, realizó varios experimentos, comprobando que la combustión es la combinación del oxígeno con otra sustancia, y que la cantidad de masa es igual antes y después de efectuarse este fenómeno. En sus experimentos efectuó mediciones cuidadosas de la masa antes y después del cambio, y tuvo la precaución de sellar los recipientes donde los realizaba (no permitía que entrara ni saliera ninguna sustancia de las que reaccionaban o se producían durante la reacción), concluyendo que si no deja entrar ni salir las sustancias en cambios físicos y químicos, la masa se conserva.
Así, desecha la teoría del flogisto y enuncia uno de los principios fundamentales en la naturaleza, conocido como la "Ley de la Conservación de la Materia", que dice que "La materia no se crea ni se destruye, sólo se transforma”. En 1792 se produjo un cambio en la Asamblea Popular y el grupo de los llamados girodinos, que la habían dominado, fue sustituido por el de los jacobinos. Ese mismo año, Lavoisier fue detenido, acusado de haber sido uno de los odiados asentistas y trasladado a prisión. El científico murió guillotinado el 8 de mayo de 1794, a los 51 años de edad.
18/5/10
Antoine Laurent Lavoisier, El investigador del fuego
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