Por Héctor Medina Varalta
Dos microorganismos
La licenciada en nutrición Guadalupe Herrera, delegado general del Instituto Danone en México. Herrera tiene 30 años de carrera profesional, empezó a trabajar como investigadora en el Instituto Salvador Subirán en México y 20 años más en la industria, manejando siempre productos de alimentación, desde alimentación oral, alimentación enteral y paraenteral, que se utiliza en los hospitales cuando no se puede comer de manera normal. Al preguntarle sobre los productos de baja calidad que existen en el mercado, refirió: "Es importante considerar, que en México hay una legislación que tiene caracterizado cómo tiene que ser un yoghurt: éste es un producto deribado de la leche, que es fermentado por la utilización de dos microorganismos: un lactobacilo y un estreptococo y tienen que llegar a un número considerado de microorganismos, que es elevado a un esponencial a la 7 y mantenerlos vivos durante todo el proceso de fabricación, para después ser consumidos vivos. Cualquier otro producto que aparezca como pasteurizado o que no tenga estas características no puede ser llamado yoghurt. En la etiqueta que está en el envase deben estar declarados los ingredientes, que está formado por leche, cultivos lácticos y, desde luego, cuando uno lo registra ante una autoridad sanitaria, aparece el genérico abajo de la marca. A diferencia del lácteo fermentado, bebida fermentada, de alimento fermentado; el yoghurt tiene estás características de sólidos y de microorganismos presentes en el producto.
Maldigestores de lactosa
La intolerancia es algo que se presenta desde recién nacido, es muy común que algunas personas on intolerantes a la lactosa, pero deben ser diagnósticados por un médico. La generalidad de los mexicanos, es que tenemos uns mala digestión, es decir, no tenemos suficiente cantidad de la enzima lactasa, que es la que rompe la lactosa. Lo que ocurre con el yoghurt es que cuando es fermentado por los dos microorganismos ya mencionados, ellos utilizan como comida: su consumo, su sustrato, que es justamente la lactosa. Lo que ocurre con un yoghurt, es que la lactosa va disminuyendo porque es utilizada por los microorganismos para reproducirse y alcanzar el número necesario para que el producto se llame yoghurt. Adicionalmente, el microorganismo mismo, secreta una sustancia muy parecida a la lactasa que les falta a los maldigestores de lactosa, y entonces hace que se siga desdoblando esta azúcar. Lo que ocurre al final del día, es que un yoghurt contiene mucho menos cantidad de lactosa que lo que tiene la leche y eso permite que, las personas maldigestoras o intolerantes a la lactosa moderadas puedan consumirlo sin ninguna sintomatología.
Sólo el 8.5% de la población consume yoghurt
En la última encuesta de salud y nutrición que realizó el Instituto Nacional de Salud Pública, se hizo un análisis particular para ver cuál era el consumo de los lácteos en México, y se encontró que el 64% de la población mexicana consume leche, es decir, una gran mayoría, pero sólo el 8.5% consume yoghurt. Ellos hicieron un análisis, en el cual separaron los grupos: los que sí consumían y los que no consumían. De acuerdo con las encuestas que ellos tienen, y lo que encontraron a través de un indicador que se llama índice cintura-cadera, debe de haber una relación directa entre la circunferencia de la circunferencia de la cintura y la circunferencia de la cadera, donde la primera debe ser más pequeña que la segunda. Este indicador es a nivel mundial. La misma OMS determinó que cuando existe un número, que demustra que la cintura es igual o más grande que la circunferencia de la cadera, la persona está en riesgo de padecer enfermedades de complicaciones metabólicas, que incluyen diabetes mellitus y enfermedades cardiovasculares. La explicación es muy sencilla: cuando uno tiene la cintura más grande es porque tiene más grasa; los estudios han demostrado, que la grasa que se acumula al nivel del abdómen es diferente que la grasa que tenemos en las piernas o en los brazos, es una grasa que tiene una actividad metabólica diferente y su acúmulo en esta parte está asosiada con trastornos metabólicos. Por lo tanto, lo que esta encuesta demostró, que elgrupo de personas que incluían en su dieta un yoghurt había un número menor de personas con riesgo de padecer este tipo de enfermedades.
Un tercio de los niños tienen obesidad
Desafortunadamente, México ocupa el segundo lugar a nivel mundial en obesidad, compitiendo muy cercanamente por el primero, en términos de la población adulta. El 70 % de los mexicanos tiene sobrepeso u obesidad, mayores de 20 años y un tercio de los niños padece sobrepeso u obesidad, que es muy alarmante y de mayor cuidado. Guadalupe Herrera mencionó que están proponiendo con la campaña "Yo soy yoghurt", es promover que se incluya este producto, que se sustituya justamente este tipo de alimentos, que no proporcionan nutimientos mayores, sino solamente energía y que los niños aprendan a hacer elecciones inteligentes para que consuman productos más saludables, que los ayuden a ser activos, que les den energía para correr y jugar, pero que no los haga obesos. El que un tercio de los niños tengan obesidad, es un problema que debe ocuparnos a todos, tengamos o no niños o tengamos o no hijos en esa edad, porque a fin de cuentas, son el futuro de México. Y si les ayudamos a hacer elecciones saludables e inteligentes vamos a tener un futuro más seguro para los hijos, los nietos y futuras generaciones.
La campaña tiene detrás un nombre y apellido, que es frabricante de yoghurt y que estaría interesada en ello, pero que está en lucha contra la obesidad. "Consideramos que el yoghurt en categoría de alimento, independientemente de quien lo fabrique, es un producto saludable, que debería estar en la mesa diaria de los mexicanos, y si tosos consumieramos, por lo menos un yoghurt al día, seguramente estaríamos desplazando otro alimento con más energía; entonces nos ayudará a llegar más pronto a tener los niveles de peso, que los mexicanos nos merecemos."
Un yoghur diario beneficia a nuesro organismo
"Dentro de los hallazgos que hemos tenido también, es que los mexicanos tenemos por hábitos consumir alimentos con mucha energía, muchas frituras, con bastante cantidad de azúcar, y que además tenemos muchos tiempos de comida; tenemos las tres comunes: desayuno, comida y cena y tenemos las colaciones o snacks, entre desayuno y comida, y entre comida y cena. Entonces, lo que nosotros estamos proponiendo, es que cuando estemos en ese tiempo, entre una comida grande y la otra, por el trabajo, por la escuela o por cualquier razón, si tenemos un ayuno grande, elijamos un yoghurt, un alimento muy noble, muy saludable, que tiene proteínas, carbohidratos lípidos, los microorganismos que ya comentamos, que además tiene 200 kilocalorías enj casi cualquier presentación individual. Por lo tanto, si sustituimos una fritura que podemos encontrar en cualquier esquina o unos alimentos que tengan unas calorías mayores de lo normal, por este tipo de productos, estaremos beneficiando a nuestro cuerpo, tendremos menos energía y un peso mucho mejor-concluyó."