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La madrugada del 14 de julio de 1896, en Detrioit Michigan, un ruido ensordecedor despierta a los habitantes de la avenida Bagley. De súbito, el cobertizo de carbón de donde proviene el alboroto se viene abajo y por el boquete sale un vehículo con cuatro neumáticos de bicicleta, un timbre en lugar de bocina y una caña de timón en vez de volante. Los desvelados vecinos acaban de ser testigos del nacimiento del primer automóvil construido por Henry Ford.
Años atrás, en 1883, en otra ciudad, un hombre soñaba inventar una lámpara incandecente. Antes de llevar a cabo su anhelo, ese hombre lo intentó 10 mil veces. Una y otra vez, a pesar de tantos fracasos, no dejó de ver con los ojos de la mente su creación convertida en realidad. El pequeño laboratorio, humeado de los vanos intentos, era testigo de aquella obsesiva entrega. En la actualidad, gracias a Tomas Alba Edison, podemos gozar de la tecnología actual.
En otro país, años más tarde, en la soledad de su habitación, un hombre que era víctima de sordera se esmeraba en componer una sinfonía. Con los oídos de su alma escuchaba las más bellas vibraciones, que plasmaba en papel pautado. El día del estreno, la orquesta, al terminar de ejecutarla, el públco lo ovacionó, pero como estaba de espalda y debido a su sordera, Beethoven sólo se dio cuenta cuando un hombre con lágrimas de emoción se acercó a él, invitándole a ponerse de pie.
La tenacidad, ingrediente básico para convertir los sueños en realidad
El secreto que tuvieron esos hombres para convertir sus sueños en realidad, fue, sin duda alguna, ¡la tenacidad! Napoleón Hill, en su lobro "Piense y hágase rico" hace referencia de la tenacidad de Henry Ford. Cuenta que cuando Ford pidió a sus ingenieros fabricar su famoso motor V-8, éstos le dijeron que era imposible fundir en una sola pieza un bloque con ocho cilindros. "De todas formas, fabríquenlo-replicó Ford-. Dedíquense a esa labor hasta que tengan éxito". No obstante, aquellos ingenieros no hacían más que tropezar con la palabra imposible. Al final de aquel año se reunió con ellos de nuevo, pero le informaron que no había forma humanamente posible, de llevar a cabo sus deseos. "Aún así-insistió Ford-, les ruego que prosigan con sus esfuerzos. Quiero ese bloque y lo conseguiré." Ellos le obedecieron, y entonces como respondiendo al golpe de una varita mágica, se descubrió el secreto. La fuerte determinación de Ford había vencido!
Ejemplo a seguir
Aunque parezca sacado de una novela de fantasía científica en Venezuela
(se ignora si con los conflictos actuales, aún continuan con el programa), se ha convertido en realidad un programa nacional para incrementar la inteligencia de 15 millones de personas (Selecciones julio de 1983). La reportera Marjoire Wellace, escribe al respecto: "En lo alto de unos cerros infestados de basura, más allá de los rascacielos de Caracas, un niño toca pasajes de Mozart en un lustroso violín nuevo. Allá abajo, en la ciudad, en el pabellón de un hospital, una madre exprime una gota de limón y otra de agua en la boca de su hijo recién nacido, para estimular sus sentidos. En toda Venezuela, los escolares, funcionarios públicos y campesinos asisten a cursos para aprender a pensar. Todos ellos participan en una serie de osados programas para incrementar la inteligencia de los 15 millones de venezolanos de ese entonces. "Cualquier persona puede llegar a alcanzar, dadas las condiciones adecuadas, el nivel de genio. Todos los hombres nacen con un potencial propio, semejante al de un Miguel Ángel, o al de un Leonardo Da Vinci"-explica Luis Alberto Machado, primer ministro de estado para el Desarrollo de la Inteligencia. Machado ha escrito varios libros, entre ellos: El derecho a ser inteligente y La revolución de la inteligencia. Wellace, la redactora de Selecciones, escribe al respecto: "Machado empezó a desarrollar sus ideas en 1967, cuando era diputado al Congreso Nacional. Al buscar métodos para mejorar sus propias facultades mentales, llegó a la convicción de que la inteligencia, como cualquier otro objeto de estudio, podía enseñarse (...) Todos los hombres tienen el derecho a ser inteligentes, y todos los gobiernos, el deber de proporcionarles los medios para conseguirlo."
La responsabilidad es de todos
Si México y el resto del mundo lo que Machado ha hecho por su país, la Tierra sería un Paraíso. De todos es la responsabilidad: políticos, maestros, padres de familia, campesinos, obreros. Referente al tema, el famoso chelista catalán Pau Casals, famoso por dar conciertos en la Casa Blanca, comentó: "Y qué les enseñamos a nuestros hijos en la escuela? ¡Les enseñamps quie dos y dos son cuatro, y que París es la capital de Francia. ¿Cuándo les enseñamos también lo que son? Deberíamos decirles a cada uno de ellos: ¿sabes lo que eres? ¡Eres una maravilla! Eres único. No hay otro niño exactamente igual que tú en todo el mundo. Nunca ha habido otro niño como tú en los millones de años que han pasado... Puedes ser un Shakespeare, un Miguel Ángel, un Beethoven. Tienes capacidad para cualquier cosa. Sí, eres una maravilla." Una profunda verdad, pero la paradoja es que el adulto de hoy no puede decirle eso a sus hijos por la sencilla razón de que él también ignora la maravilla que es. Es por esto, la necesida imperiosa de fundar escuelas de creatividad, que enseñen a los niños a saber pensar. Sin embargo, la pauta la tienen nuestros gobernantes. Por supuesto, la tarea es de todos, ya que si queremos que nuestros hijos sean mejores en todos los aspectos, primero debemos cambiar nosotros mismos.
Proyecto en el aire
A propósito, el año pasado le escribí al presidente C. Enrique Peña Nieto, exponiéndole mi idea de crear una escuela decreatividad, ignoro si la leyó, pues primero me contestaron que no había presupuesto- nunca expuse que se ocupara-; después, me dijeron que sí y me canaliaron con dos maestros de la SEP, pero querían que les entregara mi proyecto por escrito. Por lógica me negué y el proyecto quedó en el aire. No obstante, no hay disculpa; sí de momento no hay Escuelas de creatividad, podemos recurrir a los libros que nos legaron aquellos hombres que a través de sus propias experiencias lograron cumplir sus sueños en realidad. Mauro Rodríguez Estrada, es un autor de varios textos de creatividad, los maestros los pueden utilizar en las aulas.
El analfabeta del futuro
Tal vez en estos momentos, en algún cobertizo de carbón o en la soledad de su habitación, un niño está desarmando una televisión con la final de adaptar en el interior una novedad; ese niño puede ser otro Edison. En otro lugar un muchacho componiendo una canción, él puede convertirse en un Armando Manzanero. Y en alguna otra parte, una adolescente se refugia en la silenciosa biblioteca de su escuela, para plasmar en una novela romántica, la inolvidable experiencia de primer beso de amor; ella puede ser una Gabriela Mistral o un sor Juana Inés de la Cruz. Pero si no hay motivación de parte de los progenitores, esos sueños pueden ser olvidados. De seguro, la tecnología actual se encargará de ello. En tanto, el que escribe estas líneas seguirá soñando y luchando por ver formada la primera Escuela de creatividad. ¿Sueño utópico? Tal Vez; pero si Henry Ford, Edison, Beethoven, Machado y tantos más realizaron el suyo, ¿por qué no, yo el mío? Indudablemente, tarde o temprano me haré escuchar; y aun cuando ya no estuviera en este maravilloso mundo, estoy seguro que en el momento que se coloque la primera piedra, el anafabeta del futuro ya no será aquel que no sepa leer, sino el que no sepa pensar correctamente.
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