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Por Héctor Medina Varalta
Guadalajara, Jalisco. Verónica Ortiz y David Barrios presentaron su obra en la pasada Feria Internacional del Libro (FIL). Los autores, una reconocida comunicadora y un sexólogo y psicoterapeuta de amplia trayectoria, platican sobre la sexualidad y el erotismo de hoy. Este libro-comenta Barrios-tiene la peculiaridad de estar escrito dentro de un coloquio o un diálogo entre Verónica Ortiz, comunicadora, poetisa, periodista y yo, sexólogo clínico. Esa peculiaridad estriba en que platicamos sobre temas diversos vinculados con la sexualidad, sin ningún guión preestablecido, es decir, es una plática muy libre, creo yo para el lector o la lectora, en la que hablamos sin cortapisas diciéndole al pene, pene, y a la vagina, vagina; no es un libro académico ni lleno de puntillocidades o de disfraces verbales, sino que hablamos muy claramente. Entonces, lo original o novedoso de este texto tiene que ver con que dos personas, que al mismo tiempo, hemos sido protagonistas y testigos privilegiados del movimiento sexológico en México, conversamos. Verónica y yo somos amigos alrededor de 30 años, por lo tanto existe la posibilidad de hablarnos como tales, más allá de que ella es escritora y yo sexólogo, la conversación es muy abierta: llena de experiencias, referencias profesionales, elementos para el público general, porque simplificamos allanamos el lenguaje, en aras de que todos lo entiendan sin necesidad de ser especialistas.
Más allá de la pareja convencional. Tocamos temas como las disfunciones sexuales, el cuerpo y el placer, las orientaciones sexuales, manifestaciones de la agresividad sexual, lo que en el ámbito psiquiátrico se le llaman perversiones o desviaciones, y al final ofrecemos un decálogo: diez puntos en que como mi experiencia en terapeuta sexual y de pareja son muy eficaces para mejorar el vínculo convivencivo, afectivo y sexual de las parejas sean conyugales o no. Desafortunadamente, aún existen muchas percepciones equivocadas, muchos tabues, muchas ideas erróneas, muchas mitificaciones y también una gran variedad de seudosexólogos, que lo único que logran es confundir más al público de lo que por sí ya está.
Por lo tanto, apelamos a las aportaciones de la ciencia: lo ponemos en un marco humanista, de respeto y valores, pero sí soslayar, que hay qué hablar con la mayor claridad posible en un coloquio sobre estos temas. Efectivamente, en este libro abordamos la temática de las posiciones sexuales, hacemos referencia a los juguetes eróticos. hablamos de la importancia de la terapia sexual, conversamos sobre las nuevas formas de consorcios amorosos, más allá de la pareja convencional: los swingers, sobre el poliamor, sobre las relaciones extra pareja, todo, repito, en un lenguaje sencillo. En este sentido, el texto puede ser de gran aportación para padres y madres de familia, maestros, incluso por profesionales, porque aunque está en un lenguaje muy llano, no les originaría ningún problema, trátese de un médico, un psicólogo, un antropólogo, una trabajadora social o un psicoterapeuta.
Sorpresas te da la vida, es una canción de Rubén Blades y viene a colación por el caso de un matrimonio que entró a un club swinger, y la mujer abandonó al esposo por la otra mujer. Al respecto, David Barrios comentó: Esto lo vemos comúnmente en la terapia sexual, soy sexólogo clínico con alrededor de 30 años de experiencia en este campo. De tal suerte, como dicha anécdota que le sucedió a ese matrimonio no son nada extraña en el ejercicio de mi práctica profesional; en Placeres y parejas que coescribí con Verónica Ortiz, retomamos esos motivos de consulta, que ha vista del gran público pueden ser sensacionales, pero para los sexólogos es algo de lo más común. Por lo tanto, brindamos propuestas ante ciertas inquietudes, esbozamos algunos tips para restaurar la salud sexual, ponemos en el centro de nuestra atención la pertinencia de ir al médico y a la médica, de visitar al sexólogo o a la sexóloga, con el objeto de que con el bienestar erótico que forma parte de la salud sexual integral esté en el centro de su atención, que no se soslaye, que no se ponga en segundo plano, sino que le demos la importancia que realmente merece.
Poligamia. Los preceptos religiosos son muy variados de cultura a cultura, de latitud geográfica a otro territorio, de época histórica, etcétera. Hay vertientes religiosas que no prohíben no fomentan el celibato, ni lo obligan; en ese sentido, hay desde la pareja monogámica heterosexual hasta otros consorcios de pareja que incluyen más de una persona para los vínculos afectivos y sexuales y en ocasiones muy al margen de la orientación sexual de cada individuo. Yo considero que mientras exista una normatividad de respeto y se cumpla la triple regla de oro, todo está bien. Esta regla de oro consiste en que la persona se sienta a gusto, su pareja o sus parejas estén bien y no se hace daño a terceras personas, mientras se cumpla esta regla de oro, el comportamiento sexual es válido. Nosotros en educación sexual, no nos eregimos en jueces, ni en jurado, ni en sacerdotes del comportamiento del comportamiento de otros. Somos muy respetuosos de los valores personales. En ese sentido habrá culturas, habrá individuos, habrá sociedades que acepten ese tipo de consorcios sexuales. Cuando hay una normatividad bien establecida y existe un vínculo de respeto, no hay riesgos de que haya transgresiones a ese respecto De ahí que es muy importante privilegiar la comunicación y una cultura de tolerancia y de acuerdo mediante el diálogo. Nadie que obligue a alguien hacer algo que no esté de acuerdo está haciendo algo correcto.
Homosexualidad. Está más que demostrado que el número de personas homosexuales en el planeta no a crecido; el único cambio es proporcional porque ahora tenemos mucha más población que hace centurias, no hay un incremento de la homosexualidad. En términos generales, se calcula que la población no heterosexual en el mundo oscila entre el 6 y el 14 por ciento, de tal manera, que podríamos pensar, que en uno de cada diez hogares en México hay una persona que no es heterosexual, es decir, puede ser homosexual o bisexual. Lo que sí ha sucedido, es que no hay incremento en el mundo, pero si la posibilidad de mayor apertura, que les facilita salir del clóset, es decir, que su actividad sexual deje de ser encubierta u oculta y que puedan con mayor confianza salir y vivir una vida más o menos convencional.
Hay que decir que el único territorio en la república mexicana, es el Distrito Federal, donde se permite el matrimonio entre personas del mismo sexo y el derecho de esa pareja de adoptar hijos o hijas; hay algunos avances en algunos estados, todavía tímidos e insuficientes, pero en ese sentido el Distrito Federal ha sido modelo de respeto a la diversidad sexual. Algo que es muy importante subrayar, es que las orientaciones sexuales no se transmiten ni se pegan: no por juntarse con alguien que es de otra orientación sexual, uno se va a volver gay o lesbiana o bisexual. En realidad eso no ocurre así. Es un gigantesco mito, que está tamizado o matizado por preceptos erróneos y por una gran cantidad de fobias y de tabúes.
Dime que te asusta y te diré que te gusta. La homofobia es uno de los temas que se encuentran en el libro, ya que hacemos un comentario de la afirmación del ex gobernador homofóbico de Guadalajara, Emilio González Márquez, de que los homoxesuales le daban asquito, ese comentario lo hacemos en el libro, en la que mostró una gran ignorancia como una serie de prejuicios palmarios, y es muy lamentable que alguien que dirige los destinos de un estado, en este caso el Estado de Jalisco como lo hizo este gobernador es muy deplorable que siga ocurriendo.
El libro no contiene un glosario específico, porgue es tan llano y sencillo, que cuando hay un tecnicismo, o una palabra de cuño sexológico, lo traducimos de inmediato sobre la marcha para que cualquier lector aunque no esté avezado en estos términos, lo pueda comprender perfectamente. he publicado otros libros dónde si es menester incluir un glosario de términos, como "Transexualidad, la paradoja del cambio", donde era necesario aclarar algunos conceptos, en "Placeres y parejas", no, ya que el lenguaje es muy claro y, desde luego, la temática que tocamos, es una aproximación a la sexualidad en general, con ciertos focos particulares a los que brindamos especial atención como: el cuerpo y el placer, la homosexualidad, las manifestaciones de diversidad sexual, el sexo express, las posiciones coitales, la excitación en hombres y mujeres, temas que son comunes y que constituyen motivos de consulta para el sexólogo.
Cambio de sexo. Cuando hablamos de una reasignación quirúrgica, ya no estamos hablando de una persona travesti, sino de un individuo transexual. La persona transexual tiene una discordancia, una falta de coincidencia entre su sexo biológico, que es su fachada corporal y su identidad de género. La identidad de género, es la percepción íntima subjetiva de ser mujer o ser hombre; si yo fuera una persona transexual sería una mujer en un cuerpo que no me corresponde, usted sería una mujer en un cuerpo que no es el suyo. Por lo tanto, afanosamente buscaría armonía y buscaría ser mujer en el rol socialmente asociado para las mujeres, administrar hormonas para modificar la estructura de su cuerpo y tener pechos, por ejemplo y, en algunas ocasiones llegar a aspectos quirúrgicos para substituir el pene y los testículos por una vulva y una vagina. En este caso ya no es un travestismo, sino que estamos hablando de una condición transexual, que por cierto lo mencionamos de soslayo en el libro porque no es el tema central del texto.
¿Tienen placer los transexualest? Cada Vez se perfeccionan más los métodos quirúrgicos y si están en buenas manos de un cirujano competente, avezado en esas lides de la resignificación sexual quirúrgica, se logran dos cosas, primero: el que hay terminaciones nerviosas que son susceptibles de ser estimuladas para lograr placer, pero por otro lado, tenemos el órgano sexual más importante: el cerebro. Por lo tanto, si tenemos un cerebro que crea belleza y subjetividad, desde el cerebro se puede experimentar un enorme placer; para esto se requiere un gran adiestramiento. Entonces, en efecto, las personas transexuales, pueden gozar, eróticamente hablando, cuando hay buena técnica quirúrgica y radiestando o resignificando su placer por medio de estímulos que van al cerebro.
De mujer a hombre. Ahora se logran con técnicas de microcirugía y con la administración de ciertos dispositivos el que haya erecciones mecánicas como erecciones inducidas de otra manera, sin embargo, según mi experiencia clínica que es muy basta trabajando con personas transexuales, una gran cantidad de hombres transexuales que tuvieron un pasado femenino no les interesa la reasignación de órganos pélvicos, les interesa más el vivir como hombres, que las mastectomía para tener un pecho plano o viril y, algunos quieren tener un falo o pene. No obstante, muchos de ellos no requieren la penetración y, por ende, no les interesa un pene que se pueda erguir, pero otros sí, pero en mi experiencia hay muchos que no lo anhelan.
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