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Mis compañeros representantes de rutas del transporte público concesionado y yo, les agradecemos que nos acompañen a esta conferencia de prensa.
Los convocamos para dar a conocer a los ciudadanos, a través de ustedes, la falta de voluntad del Gobierno del Distrito Federal y de manera particular del Secretario de Transportes y Vialidad, mostrada antes, durante y después de su comparecencia del lunes 15 en la Asamblea Legislativa, para resolver el problema de la tarifa en el transporte público de la capital del país.
Deseamos reiterarles que la corrección de la tarifa en 2008 y los años subsecuentes no debe ser condicionada al aumento en el precio de los combustibles por parte del Gobierno Federal, porque su ajuste es un asunto de urgencia ante el rezago histórico que se vive desde la creación de la Ley del Transporte en 1995.
Tampoco queremos pensar que la reiterada negativa para ajustar la tarifa a su valor real desde hace varios años, sea una trama concertada por el poder político para darnos una muerte por inanición y fomentar, desde nuestras cenizas, un nuevo “pulpo camionero”, que acabaría con el sustento para alrededor de 200 mil familias que vivimos de nuestro trabajo diario.
Hoy encontramos que para algunas autoridades del Gobierno del Distrito Federal es más fácil manejar los lugares comunes a fin de estigmatizar nuestra muy necesaria labor, que realizar propuestas inteligentes, justas y viables como respuesta a las necesidades de los prestadores del servicio y de todos los ciudadanos de la capital de la República, simple y sencillamente porque carecen de conocimiento del tema.
Es muy fácil poner obstáculos para el ajuste de la tarifa; tampoco tiene mérito resaltar día a día las faltas de las que ellos mismos son corresponsables por políticas discrecionales y prácticas corruptas.
Pero nada dicen sobre que, en 15 años, el precio de la tarifa ha aumentado sólo tres ocasiones, por un total de 1.50 pesos.
Mucho menos que el costo del transporte se ha quedado rezagado de manera prácticamente fulminante, al haberse incrementado en sólo 150 por ciento contra 574 por ciento del precio de la gasolina.
En 1992 el costo del litro del carburante era de 1.22 pesos y el precio del pasaje correspondía a 1.00 peso, mientras hoy el costo del servicio está “amarrado” en una “tarifa política” de 2.50 pesos, mientras el combustible llegó este mes a 7.01 pesos.
Hemos expresado anteriormente que el valor mínimo del transporte en el Distrito Federal es de 5.60 pesos, pero el lunes el diputado Jacobo Bonilla dijo que el costo real del Metro es de 6 o 7 pesos, aunque se continúa cobrando en 2 porque el resto lo subsidiamos todos los ciudadanos.
Igualmente el diputado Fernando Espino reiteró una de nuestras mociones: ¿Por qué en lugar de proponer que se modere la circulación de los concesionarios del transporte legalmente constituidos, no se resuelve antes el problema de los microbuses y rutas piratas?
Hemos de recordarles que la falta de voluntad política del Secretario del Transporte fue expresada en la Asamblea Legislativa por el diputado de su propio partido, Antonio Lima, quien expresó: “Hace falta mejorar la comunicación entre los responsables de la SETRAVI y los organismos de transporte, en donde no sólo se informe, sino se tome en consideración las opiniones que se han vertido”.
Señores y señoras representantes de los medios de comunicación. Los concesionarios del transporte público realizamos 18 millones de viajes-hombre al día. Nadie puede dudar que nuestra misión es indispensable, como también lo es un ajuste real a la tarifa, que nos permita continuar dando el servicio, mejorar nuestras unidades y capacitar a los operadores.
No hacerlo, continuará siendo una decisión autoritaria de carácter político-electoral por parte del gobierno del Distrito Federal, en la que somos la parte más afectada, pues a la vez que rehenes políticos, continuamos subsidiando al 80 por ciento del transporte en la ciudad sin tener otro ingreso que el de los usuarios; en cambio, el gobierno puede mantener castigado el costo de sus servicios de transporte porque obtiene ingresos de los impuestos que pagamos los habitantes de la ciudad y los recursos de las partidas federales.
La falta de voluntad antes mencionada propicia que los concesionarios del transporte público analicemos muchas posibilidades para asegurar nuestra subsistencia, algunas de ellas aún no consensuadas, pero que van desde realizar paros generales o escalonados en su caso, o la aplicación directa de la tarifa con ajuste de un peso en el costo mínimo del servicio.
Finalmente queremos hacerles un llamado a que no se les engañe. Por el contrario, estamos dispuestos a establecer los argumentos necesarios, como ya lo hemos hecho a las autoridades, para demostrar que es imposible ofrecer una prestación de servicios de primera calidad como lo exige el gobierno en turno y se merecen los usuarios, con tarifas tan castigadas como las actuales.
Queremos dar un servicio de primera, SÍ; con una tarifa de tercera, NO.
Texto leído por José Luis Tenorio – Ruta 18
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18/10/07
Comunicado de Transportistas Unidos Del Distrito Federal
Positiva la primera evaluación al programa de autotransporte fronterizo en ambas naciones
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Ø El secretario Luis Téllez visitó Washington, donde se reunió con su homóloga Mary Peters, con el ministro de Comercio de aquel país, Carlos Gutiérrez, así como con congresistas norteamericanos.
Ø Muy positiva la primera evaluación del Programa de autotransporte fronterizo, coinciden ambos países.
Con el fin de evaluar el avance del Programa Piloto de Autotransporte Transfronterizo y buscar que los congresistas de aquel país no bloqueen los fondos para éste, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez, viajó a Washington D.C., para reunirse con su homóloga, Mary Peters, con el secretario de Comercio de Estados Unidos, Carlos Gutiérrez, así como con congresistas norteamericanos.
En conferencia de prensa en la embajada de México en Washington, los secretarios Téllez y Peters coincidieron en señalar que el Programa avanza positivamente en ambas naciones, por lo que hicieron un llamamiento al Congreso norteamericano para reconsiderar la prohibición y permitir el financiamiento del Programa en 2008.
Luis Téllez enfatizó en el hecho de que los autotransportes mexicanos cubren
con los estándares de calidad y seguridad iguales a los norteamericanos, por lo que “los hacedores de mitos quieren hacernos creer que los camiones mexicanos y sus conductores son menos seguros que los estadounidenses”, y eso es falso, recalcó.
Por su parte, el secretario de Comercio de Estados Unidos, Carlos Gutiérrez, señaló que la relación comercial entre México y Estados Unidos es muy importante para dejarla a merced de intereses particulares, por lo que exhortó al Congreso norteamericano para tomar las decisiones adecuadas y continuar con el Programa.
La secretaria Peters insistió en el objetivo de demostrar al Congreso de su país que los estándares de seguridad, los trabajos de inspecciones rigurosas y la participación de los camiones en este Programa, en ambos lados de la frontera, tendrán las mismas características, el mismo mantenimiento y los mismos objetivos de seguridad que cualquier camión americano tiene hoy.
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