- Como parte del programa Historia del Cine, del 10 al 14 de junio se llevará a cabo un ciclo compuesto por cinco títulos a proyectarse en la Sala 4, Arcady Boytler
- “John Ford: los años silentes” incluye películas fundamentales en la obra del mítico director, como El caballo de hierro y Tres hombres malos
John Ford fue considerado por Ingmar Bergman y Orson Welles como uno de los grandes cineastas de todos los tiempos. Con más de una centena de proyectos, su leyenda se construyó sobre filmes hoy canónicos en la historia del cine mundial, como La diligencia(Stagecoach, 1939), El hombre quieto (The Quiet Man, 1952) o Más corazón que odio (The Searchers, 1956). Sus valiosas contribuciones se cimentaron sobre una carrera fílmica que comenzó en la segunda década del siglo XX, cuando Hollywood comenzaba su expansión y maestros como D.W. Griffith entretejían las bases del lenguaje cinematográfico.
A manera de asomo hacia el periodo mudo en la obra de este mítico director estadounidense, la Cineteca Nacional proyectará cinco de sus películas del 10 al 14 de junio en la Sala 4, Arcady Boytler. El ciclo “John Ford: los años silentes” se compone de piezas que, por otro lado, también son representativas del género del western, como Elcaballo de hierro (1924), Tres hombres malos (1926) y La casa del verdugo (1928).
El ciclo forma parte el programa Historia del Cine, impulsado por la Cineteca Nacional con el propósito de dar a conocer a las nuevas generaciones las obras y los autores cardinales en el desarrollo de la disciplina fílmica.
La filmografía del también actor y productor cuenta con más de 60 títulos en la época silente, en la que se distinguen dos grandes influencias. Por un lado, el aprendizaje en la gramática cinematográfica que obtuvo de Griffith, ejemplificado en el montaje y la utilización dramática de los planos para narrar las historias. Por el otro, la maestría en el uso de la cámara y la creación de atmósferas dramáticas a partir de la iluminación y la puesta en escena que obtuvo del maestro alemán F.W. Murnau, su compañero en la Fox Film Corporation.
El ciclo abre con la primera película realizada por Ford para la compañía Fox, Simplemente amigos (Just Pals, 1920). El filme cuenta la historia de un vagabundo que entabla una fuerte amistad con un niño huérfano, sin embargo, sus días de aventura se ponen en riesgo cuando se enamora de una joven de alcurnia. La emotividad que rebosa en el filme dio paso al clasicismo lírico siempre presente en la obra de Ford.
Viene después el primer gran éxito cinematográfico de este cineasta: El caballo de hierro (The Iron Horse, 1924). Caracterizado por una producción épica, enmarca una historia de amor, sacrificio y venganza en medio de la monumental construcción del ferrocarril transcontinental de los Estados Unidos durante la década de 1860. Tratando de ganar verosimilitud para esta gran epopeya fílmica, el autor trasladó a su equipo de filmación a locaciones reales de Arizona, Nuevo México y Nevada, además de utilizar locomotoras genuinas de la época e indígenas norteamericanos interpretándose a sí mismos.
Siguiendo con las superproducciones se proyectará Tres hombres malos (3 Bad Men, 1926), considerada por muchos críticos como la mejor película del período silente de este artista. Aquí se cuenta la aventura de tres bandidos que deciden defender a una joven huérfana y enfrentarse a un malvado sheriff mientras se vive la fiebre de oro en Dakota. Oscilando con habilidad entre la comedia y el drama, la pieza constituye un indudable anticipo del llamado western crepuscular.
A lo largo de su vida, el también documentalista tuvo contacto con la milicia por lo que es común encontrar en su trayectoria temas relacionados con este ámbito. Ejemplo es Cuatro hijos, (Four Sons,1928), película en la que se relata la historia de cuatro hermanos alemanes separados al estallar la Primera Guerra Mundial. El conflicto comienza cuando uno de ellos viaja a Estados Unidos para salvarse, mientras los otros se alistan en el ejército del Reich. Este melodrama familiar deja ver la influencia estética y la sobriedad en la dirección de actores de Murnau, en el trabajo de Ford.
Por último, se incluye un drama romántico titulado La casa del verdugo (Hangman’s House, 1928). Ambientado en un condado de Irlanda, el filme narra la trágica historia de una joven obligada a casarse con un despreciable hombre de negocios, quien no imagina que sus pecados del pasado serán castigados por un patriota exiliado que busca venganza. La pieza responde a una línea de producción de los estudios Fox en la era silente, la cual retrataba la vida rural europea. Fue en esta cinta que por primera vez el legendario John Wayne colaboró con Ford.
Nacido en Cape Elizabeth, Maine, en 1894, John Ford fue hijo de inmigrantes irlandeses. Desde temprana edad fue un apasionado de la literatura y el teatro, aficiones que sin duda encaminaron su destino hacia las artes. Hacia 1914 se marchó a California, donde su hermano Frank actuaba y dirigía películas para los estudios Universal. Dos años más tarde, ocupó por primera vez la silla del director. Desde entonces llamó la atención por su profesionalismo, frenesí artístico y vocación de cineasta que lo llevaron a realizar 140 películas, entre 1917 y 1965.
John Ford: Los años silentes
Programación sujeta a cambios de último momento
Sala 4, Arcady Boytler
Simplemente amigos
Martes 10 de junio, 18:00 hrs.
El caballo de hierro
Miércoles 11 de junio, 18:00 hrs.
Los tres hombres malos
Jueves 12 de junio, 18:00 hrs.
Cuatro hijos
Viernes 13 de junio, 18:00 hrs.
La casa del verdugo
Sábado 14 de Junio, 18:00 hrs.