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Por Héctor Medina Varalta
La desaparición de niños es un tema muy complejo sin atender por el Estado. Anualmente desaparecen 40 mil niños; y en los últimos 7 años, según las estadísticas de asociaciones no gubernamentales han desaparecido 500 mil menores. Se está hablando de un problema mayúsculo de proporciones incalculables ya que México está considerado como la segunda Tailandia de América latina. La desaparición implica tres componentes: explotación sexual infantil, adopciones ilegales y tráfico de órganos.
La escritora y periodista Sanjuana Martínez presentó en la Feria Internacional del Libro (FIL) “Se venden niños”. En entrevista exclusiva para Ocho Columnas Martínez manifestó que es muy preocupante que el Estado no esté haciendo nada por detener este fenómeno lacerante que está ocurriendo en México.
Se venden niños
A las autoridades no les importan los niños, lo ha demostrado la Corte Suprema con el tema de la pederastia, lo han demostrado las Autoridades Judiciales y Policiales con el tema de la pornografía infantil. México es uno de los grandes productores de pornografía infantil, en donde nunca hay redadas para encarcelar a los pornógrafos y los pederastas. Obviamente, se está hablando de que hay un desprecio ya que lo niños no son considerados sujetos de derecho, cuando es un error y un delito porque México ha firmado todos los tratados internacionales sobre la protección y el bienestar de la infancia, y sin embargo, no los cumplen. “Todos tenemos que ver con niños-expresó la escritora-en alguna etapa de nuestra vida: nuestros hijos, sobrinos, nietos, vecinos y hay que salvaguardarlos. Yo creo que lo importante es estar bien informados. ‘Se venden niños’ de la Editorial Grupo Planeta, lo que intenta es dar una voz de alerta a todos nosotros como ciudadanos, como gente involucrada con los niños para saber prevenir este delito lacerante trasnacional que es la trata de menores. Este libro por lo menos ha roto ese cerco de impunidad que existía”.
Tres consignados por primera vez en la historia de México
Sanjuana Martínez también señaló que los niños son vendidos al mejor postor para ser utilizados como repuestos a los que se les extrae los órganos o para ser empleados sexualmente de manera escandalosa por hombres sin escrúpulos, y por criminales, porque la trata de personas se ha convertido en el segundo negocio más redituables después del tráfico de drogas; y segundo, con ganancias multimillonarias. Estamos hablando de más de 30 mil millones de dólares al año, y entre 2 y 3 millones de personas traficadas al año. Es un problema mundial en el que México ha llegado tarde pero que a través de la publicación de este libro, la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) ya hay tres consignados en los penales por el delito de trata de menores. Es primera vez en la historia de México en la que se está consignando esta fechoría.
Los niños perdidos de Erdely
Los 25 niños contabilizados en este tema de “Las casitas” de la Iglesia Cristiana Restaurada distribuidas por la república mexicana no han aparecido; el número es aproximativo porque se estima que están desaparecidos decenas de niños. Los infantes que estaban distribuidos en estos albergues (que aún siguen funcionando a pesar de esto pues el Estado no lo ha cerrado) son extremadamente pobres, sin actas de nacimiento, muchas veces sin familiares que los reclamen. Por eso se cree que son muchos más y nadie está haciendo nada al respecto; las autoridades ahora han callado, han dejado de investigar porque no ha habido resultados, concretamente, la fiscal de la SIEDO, Guillermina Cabrera.
Jorge Erdely Graham es hijastro del dueño de la empresa Kola Loca, “teólogo”, predicador, director del Instituto Cristiano de México (ICM) y escritor (ha escrito varios textos como: “Los mercaderes están en el templo”, “Cuando el sistema no funciona”, “Pastores que abusan”, “Cómo identificar a una secta”, “La explotación de la fe”, “Respondiendo públicamente a mis críticos”, entre otros). En sus libros pregona el amor, sin embargo, en la vida real tiene una red nacional llamada “Las casitas” que nacieron de la mano de su hermanastra Eliana Zepeda. En dichas casitas hogar en vez de recibir amor, los niños y niñas son maltratados y con el paso del tiempo vendidos. No obstante Erdely se encuentra radicando en Vancouver, Canadá, país en el cual volvió a construir la Iglesia Cristiana Restaurada.
El DIF
Al cuestionar a Martínez sobre posibles amenazas que puede correr, ella aseguró que cuando un periodista toca temas prohibidos, siempre hay problemas y vivir en el segundo país más peligroso para ejercer el periodismo (después de Irak), donde han matado a 60 compañeros en los últimos 8 años paralelamente es un riesgo que hay que asumir.
Por otra parte, la escritora afirma que el DIF comete aberraciones terribles. En algunos casos hay complicidad con esta institución pues está violando la ley y los derechos de los niños sin que nadie haga nada. Es la institución menos auditada, nadie sabe en que se gasta los dineros, es la institución más opaca con los delitos de adopciones ilegales que se han denunciado en los distintos DIF de la nación, y pues lamentablemente, su presidenta Margarita Zabala de Calderón no ha tenido ninguna palabra de aliento, una palabra de acompañamiento para los familiares de estos niños. Es decir, ahí uno se da cuenta de que algo pasa y de que algo está fallando en el país y que es muy importante empezar a corregirlo. No existe ninguna institución en México que se dedique única y exclusivamente a proteger a la infancia, debería de existir una que estuviera dedicada a los niños.
En México no existe ningún censo
El libro está prologado por el Presidente de la Comisión de los Derechos Humanos del Distrito Federal, Emilio Álvarez Icaza, que fue el primero que abordó cabalmente las denuncias de los padres desesperados que nadie les hacia caso sobre la desaparición de sus hijos en estos albergues subvencionados por el Estado, hay comisiones que verdaderamente están haciendo algo y otra no, pero la Comisión Nacional de Derechos Humanos no se ha implicado en este asunto, ni ha movido un dedo para saber dónde están estos 25 niños, ni para mejorar la proyección de nuestros menores.
Algo muy importante que Sanjuana destacó es que en México no existe ningún censo de albergues infantiles en los cuales el DIF canaliza a los niños, no hay un censo nacional, no hay un censo de los niños canalizados, no hay un seguimiento de esas criaturas, por eso hacen con ellos lo que quieren. El Estado ha claudicado en su deber de proteger a los niños. La situación está muy desestructurada, el Estado se gasta muchísimo dinero supuestamente en prevenir y sancionar los delitos cometidos contra los niños, pero en la práctica eso no es verdad; los Ministerios Públicos funcionan como tapaderas de las instituciones involucradas en complicidad con los criminales de trata de menores; los jueces igualmente, no hacen su trabajo; los policías sencillamente ignoran las quejas de los padres desesperados. Realmente, estamos hablando que la constante, es la impunidad.
Los niños son el presente, no el futuro
La esperanza reside en nosotros en que como sociedad civil tenemos que ser capaces de defender a nuestros niños, porque si no lo hacemos, ¿qué no queda? El país se acabará; dejemos de decir que los niños son el futuro de México, ¡son el presente! No va a haber futuro si no empezamos a cuidarlos. Por ejemplo, si una madre va con su niño, en un segundo lo desaparecen, no puede uno pestañear. El niño corre peligro en un supermercado, en un parque o en la calle y lo peor es que hasta en algunos albergues que se supone están para cuidarlos. “Hay que poner cuidado-subraya-hay que leer este tipo de trabajo, no solamente el mío sino de muchos otros autores para informarnos, para ser unos ciudadanos responsables con respecto a la protección de los niños”.
Supermercado de niños
En Jalisco también ha habido tráfico de menores y es muy importante que los jaliscienses empiecen a poner manos al asunto informándose y previniendo este problema. La escritora comentó que un niño chiquito en el mercado negro cuesta entre cien y ciento 50 mil dólares; una niña puede alcanzar precios desde los 50 y 80 mil dólares. Uno de los testimonios de los niños de “La casita” en Cancún asegura cómo iba Don Jim, un gringo que elegía a los niños que jamás volvían a ver sus compañeritos. Dicho albergue se transformó en un supermercado donde llevaban a los “clientes” a escoger su mercancía morenitos o güeritos, por supuesto después de pagar la cantidad acordada.
“Oficialmente-concluye Sanjuana-ya suman 25 los niños desaparecidos de albergues en México: once en Cancún, once en el Distrito Federal y tres en Monterrey, aunque el número real es indeterminado. El tema explotó en los medios de comunicación cuando Brenda Bernal Hernández escapó del cautiverio que padecía en el Refugio de Amor en Monterrey apenas el año pasado. A la vez, Ardelia Martínez dio a conocer que su nieta, Ilse Michel, había desaparecido en noviembre de 2008 del albergue Casitas del Sur del Distrito Federal. La noticia dio la vuelta al mundo”:
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