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El dolor en el cuello es muy común, sin embargo, hay uno que va más allá del diagnóstico de una simple “torcedura de cuello” y que requiere atención especial: la tortícolis, ya que no se elimina con masajes, hielo, ni desaparece de un día a otro.
La tortícolis espasmódica (distonía cervical) es una distonía focal en la cual los músculos del cuello contraídos, giran la cabeza hacia un lado o la inclinan hacia abajo o hacia atrás. A veces es acompañado por bruscos movimientos de cabeza. Afecta a una de cada 10 000 personas y es, aproximadamente, 10 veces más frecuente en las mujeres que en los varones. Puede presentarse a cualquier edad, pero tiene mayor incidencia en personas de entre 30 y 60 años.
Los trastornos del movimiento son enfermedades neurológicas que afectan la velocidad, soltura, calidad y facilidad de los movimientos, como contracciones musculares anormales, muy rápidas o excesivamente lentas, las cuales se pueden originar por alteraciones en las regiones motoras del sistema nervioso central (por causas ambientales o hereditarias) o algunos traumatismos (golpes, accidentes, etc.).
Entre los movimientos anormales más frecuentes se encuentran las distonías, definidas por movimientos involuntarios de torsión relacionados con la contracción muscular mantenida y simultánea. Pueden presentarse en reposo o cuando se realiza alguna actividad, también aumentan con la ansiedad y la fatiga y mejoran tras el descanso. Afectan a cualquier área corporal y las formas más frecuentes suelen ser hereditarias y aparecer durante la infancia. Los tipos más comunes que se presentan en la edad adulta son las distonías focales y segmentarias. La distonía focal más común es la distonía cervical o tortícolis, problema que puede ser incapacitante y extremadamente doloroso.
Hasta hace algunos años el tratamiento de los trastornos del movimiento se limitaba a la terapia farmacológica que actuaba sobre el sistema nervioso central. Sin embargo, muchos de los medicamentos ocasionaban efectos secundarios importantes que obligaban a abandonar la terapia. De ahí que el uso de la neurotoxina botulínica haya significado una alternativa eficaz para controlar estos problemas, sin efectos colaterales y complicaciones mayores.
En las últimas décadas se ha demostrado que la neurotoxina botulínica es efectiva, rápida y bien tolerada para estos padecimientos. Su aplicación terapéutica se ha centrado para el control de las distonías y los temblores corporales. Esta terapia inhibe la contracción muscular, y por lo tanto, evita la anormalidad en el movimiento.
Hoy ya existe Xeomeen, una nueva neurotoxina botulínica tipo A purificada de origen alemán que ha facilitado aún más el tratamiento de los desórdenes del movimiento. Esta es una formulación innovadora de alta eficacia y tolerabilidad, en la cual se ha eliminado el complejo proteínico mediante un proceso de purificación extensa del complejo de la toxina botulínica. En poco tiempo Xeomeen ha mejorado la vida de miles de personas que sufren algún tipo de distonía y que han podido recuperar su independencia para realizar actividades cotidianas de manera normal. Aplicada por el especialista, el efecto durará varios meses antes de que sea necesario reaplicar el fármaco.
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