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- Método mínimamente invasivo, no doloroso y la única opción curativa en
algunas leucemias.
- Su objetivo principal, restaurar la producción de células sanguíneas y
atenuar el daño que sufre la médula por la administración de quimioterapia.
El trasplante de médula ósea es la única opción curativa en algunas
leucemias agudas y permite la aplicación de dosis muy altas de quimioterapia,
requeridas para eliminar diversos tipos de tumores y algunas enfermedades
hereditarias, afirmó Luis Silva Michel, especialista adscrito al Servicio de
Hematología y Trasplante de Médula Ósea, del Hospital de Oncología del Centro
Médico Nacional Siglo XXI.
También gracias a este procedimiento, enfermedades anteriormente
mortales, como cierto tipo de mielomas, pueden transformarse en padecimientos crónicos,
reveló.
El hematólogo del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) expuso que
el objetivo principal de este trasplante es restaurar la función de producir
células sanguíneas con normalidad, o atenuar el daño que sufre la médula por la
administración de quimioterapia o radiación, necesarias para tratar con éxito
algunos cánceres en sangre, enfermedades tumorales o del sistema inmunológico.
Explicó que al procedimiento que permite remplazar una médula ósea
enferma por una sana, capaz de originar y almacenar células madre
--responsables de la producción de la sangre--, se le conoce tradicionalmente
como trasplante de médula ósea y en la actualidad, como trasplante de células
progenitoras hematopoyéticas.
Aclaró
que el tejido hematopoyético o médula ósea es una estructura esponjosa, grasosa
y blanda que se encuentra en los adultos dentro de algunos huesos del organismo,
como la pelvis y el fémur, y se encarga de la reposición continua de células madre para responder a situaciones de estrés
o aumento de demanda de glóbulos rojos, blancos y plaquetas.
En el
país se realizan aproximadamente entre 180 y 250 trasplantes de médula ósea al
año; de éstos, más del 50 por ciento se llevan a cabo en el IMSS, ya que sus
centros de referencia a nivel nacional permiten a los derechohabientes el
acceso a este tratamiento. En el Distrito Federal se realiza en los Centros
Médicos Nacionales La Raza y Siglo XXI, además del Hospital Regional número 1, “Carlos
Mcgregor Sánchez Navarro”; también en centros hospitalarios de Guadalajara,
Monterrey y Puebla.
Silva Michel señaló que existen dos tipos de trasplante: el autólogo y
el alogénico. En el primero, las células madre se toman del mismo paciente
antes de recibir radio o quimioterapia, para posteriormente reinfundirlas y evitar
el riesgo de sufrir infecciones, sangrados y anemia grave.
El trasplante alogénico, explicó, es en el que las células madre se
extraen de otra persona compatible genéticamente, ya sea donador relacionado
(hermano) o no relacionado (no emparentado) o de cordón umbilical y éstas son administradas
posteriormente a tratamientos con quimioterapia y radioterapia para sustituir
la médula ósea enferma por una sana.
Para los trasplantes alogénicos se hacen exámenes para determinar si un
donante es compatible. Un hermano tiene una mayor probabilidad de ser donador,
aunque sólo en 25 por ciento de los casos, por lo que la mayoría de las veces
se hacen búsquedas de donadores a través de registros nacionales e
internacionales.
Detalló que a los donadores, en el caso de trasplante alogénico, o de pacientes
en el caso de los trasplantes autólogos, se les aplican factores estimuladores
para la proliferación de células madre que sean liberadas al torrente sanguíneo,
y mediante una máquina de aféresis, se les extrae la sangre para separar éstas,
almacenarlas y posteriormente reinfundirlas. Este método es poco invasivo y no
doloroso.
Aunque existe la posibilidad de rechazo en el caso en los trasplantes alogénicos,
donde las células madre del donador reconocen como extraño el cuerpo del
receptor, en la actualidad los fármacos inmunosupresores con los que se cuenta
ayudan de forma efectiva a prevenir y tratar esta complicación.
En México, el trasplante de médula ósea se realiza desde finales de los
años 70 y se ha convertido en un recurso terapéutico imprescindible. La
experiencia y tecnología que se aplican en el IMSS ha permitido equipararnos
con cualquier hospital de primer mundo en cuanto a resultados y procedimiento,
concluyó Silva Michel.
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