>>> TV Informanet
Durante los primeros meses de vida las actividades se enfocan al vínculo emocional con masajes y estímulos sensoriales
La estimulación temprana es fundamental para que los niños, desde su nacimiento y hasta los seis años de edad, desarrollen todas sus capacidades al ciento por ciento. De lo contrario, la falta de ésta puede dejar lagunas importantes en la inteligencia global de los menores; por ello, en las estancias infantiles del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se brinda un programa integral para su óptimo desarrollo.
Cuando un bebé recibe estimulación, se le brindan diferentes oportunidades para explorar, adquirir destrezas y habilidades de una manera natural y entender lo que sucede a su alrededor. Este un recurso que se emplea con el objetivo de desarrollar al máximo sus capacidades cognitivas, físicas, emocionales y sociales; además de evitar estados no deseados en el desarrollo y ayudar a los padres con eficacia y autonomía en el cuidado y desarrollo del infante.
La doctora Odette Balvanera Ortiz, médico pediatra adscrita al Hospital General de Zona (HGZ) 2A Troncoso del Seguro Social, advirtió que la gran mayoría de los padres suelen ignorar aspectos esenciales del desarrollo de sus hijos y corren el riesgo de no desarrollar sus capacidades adecuadamente.
Señaló que los niños desde que nacen reciben estímulos externos al interactuar con otras personas y su entorno. El objetivo no es acelerar el desarrollo, sino reconocer y motivar el potencial de cada niño, presentarle retos y actividades adecuadas que fortalezcan su auto-estima, iniciativa y aprendizaje.
Destacó que, al inicio, las actividades se enfocan en reforzar el vínculo emocional a través de terapias de masajes y estímulos sensoriales, respetando el desarrollo natural del bebé. Posteriormente, la estimulación va enfocada a los movimientos amplios, conocida como motricidad gruesa (coordinación general y visomotora, tono muscular, equilibrio) y los movimientos finos, precisos con destreza (coordinación óculo-manual, fonética).
Balvanera Ortiz indicó que desde que el bebé es concebido, se le tiene que hablar y también estimular con música. Se dice que la frecuencia cardiaca de la madre es una forma de música y hace que el bebé esté tranquilo; sin embargo, cuando la madre tiene alguna alteración, el bebé responde con movimientos más frecuentes.
Precisó que el área auditiva es la más difícil de capacitar. Los ruidos y sonidos no dejan que las voces y los sonidos relevantes lleguen nítidos a los oídos e impide que lleven al cerebro mensajes claros.
Por eso, es importante una estimulación temprana del área auditiva con objetivos bien definidos. Éstos se consiguen si se aplica un programa sistemático de estímulos abundantes, que básicamente consisten en sonidos fuertes para desarrollar la percepción vital de ruidos y así lograr un desarrollo adecuado de la capacidad, para comprender una o varias lenguas, y la música para el desarrollo del oído musical.