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Ø La depresión es el padecimiento más frecuente en los pacientes con Alzheimer.
La depresión es uno de los padecimientos mentales más frecuentes en nuestros días, se dice que al llegar a los 40 años, 60% de la población la habrá padecido en algún momento de su vida.
De acuerdo con las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sólo el 50% de los casos son diagnosticados oportunamente y reciben un tratamiento médico adecuado.
Por su fuera poco, la depresión puede ser el antecedente y coexistir con otro padecimiento catalogado dentro de las enfermedades degenerativas que aumentan dramáticamente como el Alzheimer.
“En aquellas personas que padecen Alzheimer, se calcula que un 70% sufrirá de algún grado de depresión durante el curso de su enfermedad y el no detectar y tratar la depresión de manera oportuna puede originar consecuencias graves” señaló el neurólogo, Luis Enrique Amaya Sánchez, del Hospital Ángeles del Pedregal.
Añadió que, debido a síntomas como confusión, problemas de memoria y concentración, puede desencadenar depresión en el paciente. Un problema común es que las personas suelen confundir los síntomas del Alzheimer con depresión y pueden ser diagnosticadas únicamente con un síndrome depresivo, sin atender el problema mental.
Y es que el diagnóstico de depresión en las personas que padecen Alzheimer puede ser particularmente difícil, ya que los enfermos tienen dificultades para describir sus síntomas y emociones.
Sin embargo, la depresión en el paciente con Alzheimer, se puede expresar en forma de aislamiento social, hastío, apatía o bien como una pérdida de la independencia y de las habilidades mentales y físicas.
El Dr. Amaya destaca: “La depresión no significa que la gente llore todo el tiempo, algunas manifestaciones pueden ser tan simples como hablar fuerte, gritar, estar irritable o ansioso, deambular sin rumbo, tener pérdida de peso o problemas para dormir”.
Aunado a esto, hay otros comportamientos que se ven afectados con el Alzheimer, y que tarde o temprano promueven la depresión en el afectado, como es la incapacidad para articular de manera correcta las palabras, olvidar o confundir conceptos, tener alucinaciones, así como olvidar cómo hacer determinadas cosas que antes se sabían hacer. Un ejemplo sencillo es vestirse o saber para qué es una cuchara. La ventaja de los tratamientos actuales como la memantina de Merz, es que al detener el deterioro cognitivo del paciente, éste puede continuar con muchas de sus labores cotidianas y por consiguiente, se reduce la posibilidad de la depresión. Sin embargo, lo más importante es el apoyo de los familiares, es decir, no relegarlo a una habitación, sino por el contrario, seguir haciéndolo partícipe de la dinámica familiar y sobre todo, expresándole cariño y atención. Una forma de comprender al paciente es conociendo la enfermedad y su proceso.
El Dr. Amaya Sánchez, quien también es titular del Servicio de Urgencias del Instituto Nacional de Neurología, dijo que en la actualidad no hay cura para el Alzheimer, sin embargo, la ignorancia puede acelerar o magnificar el padecimiento.
“La importancia de la detección oportuna del Alzheimer, es que los medicamentos actuales como la memantina de Merz permiten retrasar el deterioro cognitivo propio del Alzheimer, lo que a su vez permite retrasar las complicaciones que se veían en los dos o tres años posteriores a la detección y que hoy día es posible verlos hasta los cinco ó diez años”, mencionó el especialista. La memantina preserva más tiempo la capacidad del paciente para tener una vida normal y hacer posible su independencia haciendo más fácil la convivencia con su entorno familiar y social.
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13/12/07
Aproximadamente el 70 por ciento de los pacientes con Alzheimer presentan depresión durante el curso de su enfermedad
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