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Uno de los avances más significativos en la medicina es el uso de la toxina botulínica. Sin embargo, como les pasa a muchos medicamentos después de lograr el estrellato, surgen las controversias sobre su seguridad, la toxina botulínica más nombrada y utilizada en los últimos años está ahora en tela de juicio.
Ayer la administración de alimentos y medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) lanzó una advertencia en la que señala que algunas toxinas botulínicas como Botox y Myobloc ocasionan efectos adversos muy graves.
Este organismo reconocido a nivel internacional, señala que los efectos adversos se observaron en pacientes a quienes se les aplicó la toxina tanto en padecimientos que tenían la autorización del uso de la toxina, como en otros que no contaban con ella. Los efectos adversos mayores se mostraron en niños con problemas de espasticidad relacionada con parálisis.
Cabe señalar que la toxina botulínica es la toxina biológica más potente conocida hasta hoy; es producida por el Clostridium botulinium, una bacteria anaeróbica. La toxina botulínica tipo A es la más ampliamente utilizada en ensayos terapéuticos en humanos, y se ha convertido en el tratamiento de elección para el blefarospasmo, el espasmo hemifacial, la distonía cervical y la distonía laríngea. También representa una alternativa terapéutica para pacientes con diversos tipos de distonía y se ha empleado con éxito en el tratamiento de la espasticidad y en la parálisis cerebral.
Sin embargo, aunque se puede pensar que todas las toxinas botulínicas son iguales, hay diferencias entre ellas. Un ejemplo es que hay toxinas botulínicas tipo A y B. Una de las de tipo A carece de complejo proteínico, por lo que los efectos colaterales disminuyen de manera considerable; mientras que la B se utiliza cuando la A no ha surtido el efecto esperado o cuando el médico lo considera adecuado.
Los beneficios de la terapia con neurotoxina botulínica son numerosos; incluyen mejoría en la marcha, en la posición de pacientes confinados a silla de ruedas, en pacientes afectados por espasmos y en la facilidad de extender el brazo o la rodilla. Xeomeen es neurotoxina botulinica tipo A libre de complejo proteínico lo que ha demostrado disminuir considerablemente la probabilidad de efectos colaterales adversos o indeseados como la formación de anticuerpos, fenómeno que ocurre más fácilmente con el resto de las formas de neurotoxina convencionales.
Ahora bien, todas las toxinas deben aplicarse por médicos especialistas certificados, pues cuando no se administra de manera correcta, se corre el riesgo de que la sustancia se afecte otras zonas del organismo.
Con todo ello, sólo queda esperar para ver si la toxina que mantenía a todas las mujeres lejos de las arrugas, seguirá en la mira o dejará de ser el rejuvenecedor por excelencia.
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19/2/08
Toxinas Botulínicas en la mira
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