Acusan transportistas los quieren hacer firmar con los ojos cerrados: no es convenio, es imposición

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* "Quintero miente", dijeron; "este presunto convenio está mañosamente articulado para seguir igual o peor”, además de que "el gremio transportista en el DF padece la más cruel y abierta de sus persecuciones con el fin de exterminarnos"

México, D. F., a 30 de abril de 2008.- La agrupación Transportistas Unidos del Distrito Federal, dijo esta mañana en conferencia de prensa que el secretario de Transportes y Vialidad del Gobierno del Distrito Federal, Armando Quintero, miente sistemáticamente, pretendiendo hacer de su mentira una verdad para confundir a la opinión pública, porque nunca se convino que iban a firmar el convenio de los .50 centavos de aumento condicionado sin conocer las reglas del juego, como lo pretende.

Asimismo, anunciaron que ante la falta de gobierno, en los siguientes días acudirán al ciudadano al que le solicitarán de manera atenta y respetuosa una propina de 50 centavos o lo que el pasajero guste, para seguir subsistiendo.

Los transportistas en voz de José Luis Tenorio, dirigente de la Ruta 18, dijeron que el convenio firmado el pasado 10 de febrero decía que el compromiso se realizaría “a través de los mecanismos más convenientes”.

Además, en la conferencia de prensa celebrada en el Zócalo de la ciudad de México, los transportistas revelaron que las negociaciones donde se determinó aplazar el paro del 11 de febrero no fueron con Armando Quintero, sino con un enviado del Jefe de Gobierno, Rufino H. León, actual director de Servicio de Transportes Eléctricos.

“Así pues, la oferta del gobierno previa al paro anunciado para el 11 de febrero, por mediación de Rufino H. León, fue tener la suficiente sensibilidad para adecuarse a las necesidades de los transportistas. Sin embargo, ya sin participación de un representante del Jefe de Gobierno, lo que realizó el Secretario de Transportes y Vialidad con el acuerdo dado a conocer, fue construir no un convenio, sino de forma unilateral crear un documento de mala fe” porque “.50 centavos, subordinados a la renovación del parque vehicular, era tanto como ir directo al matadero”.

Sobre el punto de la indexación, que es uno de los más sensibles para los transportistas, dijeron que está claro lo que dice el acuerdo: crear “un nuevo régimen tarifario que garantice la actualización bajo un sistema de indexación a la inflación esperada para el ejercicio fiscal”.

“Es decir, nuestra propuesta para acabar con años de rezago en la tarifa política que sólo aplica en beneficio de los intereses políticos de los gobernantes, era que esa actualización fuera automática cada principio de año”, dijo Tenorio.

Sin embargo, en caso que se diera la aprobación de la reforma tal y como fue enviada por el Jefe de Gobierno a la Asamblea Legislativa, “lo que habría sería sólo un maquillaje porque en los hechos continuaría existiendo el candado tecnocrático de los artículos 81 y 81 bis, que dan potestad como el único que abre la llave, al Jefe de Gobierno”.

Dijeron que el artículo 81 dice en su parte final lo afirma cuando dice que el “factor de ajuste (…) será dado a conocer por acuerdo del Jefe de Gobierno”.

Y se transcribe el 81 bis completo donde se destaca: “El Jefe de Gobierno, mediante acuerdo que publique en la Gaceta Oficial del Distrito Federal, podrá determinar mantener sin modificación, el monto de las tarifas del servicio de transporte de pasajeros para el año que corresponda, siempre que la situación económica del país sea tal que un incremento afecte gravemente la economía de los usuarios”.

Es decir, expresó Tenorio en nombre de sus compañeros, que “mañosamente mantienen la potestad del jefe de gobierno de autorizar o no el ajuste de la tarifa de acuerdo con su criterio político” y añadieron: “digan ustedes, señores de los medios, si este presunto convenio no está mañosamente articulado para seguir igual o peor”.

“Preguntamos: ¿cómo nos exige un gobierno que demos un servicio de primera, cuando nos mantiene una tarifa de tercera amarrada a sus intereses políticos? ¿Cómo quiere que nos igualemos a los servicios que él presta, con subsidios que van de los 3.60 a los 8.05 pesos en sus distintos sistemas de transporte cuando nosotros hoy día estamos subsidiando a cada pasajero con cerca de 4 pesos pesos?

Acusaron que “Quintero quiere que firmemos con los ojos cerrados un programa de reordenamiento donde llevamos todas las de perder frente a la Red de Transporte de Pasajeros (rtp) del propio gobierno” pues “hoy no sabemos dónde van a enviar a los autobuses de RTP que sacarán de algunos corredores como el Eje Central, por ejemplo. Además de que no existe un documento confiable donde se de cuenta del crecimiento, expansión y sobreposición de RTP en nuestras rutas, como ha ocurrido de manera cotidiana”.

También dijeron que “el convenio no decía que íbamos a firmar con los ojos cerrados, sino que lo íbamos a convenir y esa parte no la cumplieron. Lo que nos quiere hacer firmar el gobierno no es un convenio, sino un documento unilateral, mañoso, de mala fe”.

Finalmente expresaron que “el gremio transportista en el DF padece la más cruel y abierta de sus persecuciones con el fin de exterminarnos, por el simple hecho de haber solicitado uno de tantos derechos que tenemos, que es el del trabajo y el de obtener un ingreso digno para el sostenimiento de nuestras familias”.

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