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Por Carlos García de Balzac.
El dirigente del Sindicato minero exiliado en Canadá, Napoleón Gómez Urrutia, desmintió las versiones, que circulan en torno a la compra de algunos negocios particulares en ese lugar, como es un restaurant, y cafeterías con el dinero del fidecomiso minero, para los trabajadores por 55 millones de dólares y que por dichas acusaciones ha tenido, que solicitar asilo político, aunque aseguro, que tampoco este buscando su residencia legal en aquel país, así lo dio a conocer en una videoconferencia transmitida en su sede sindical, esta mañana.
A la par, adujo, que es un asunto de calumnias de la disidencia por lo que en breve tendrá que promover alguna denuncia penal en contra de quienes, difundieron esta información, basado en un supuesto de que su hijo Ernesto es el que se encuentra involucrado en dicha acusación, la cual es falsa y sin argumentos. Para enseguida justificar una vez más su estancia en ese lugar, al declararse perseguido político de las actuales autoridades laborales.
A la par, cito, que la comisión que se formo en el Senado de la República para analizar este conflicto laboral entre los trabajadores mineros y la empresa Grupo México, pronto se dará un dictamen, aunque aseguro que la razón le corresponde y a quien hay que castigar son a los dueños de la empresa, por violar las condiciones de seguridad e higiene de sus agremiados en la mina de Pasta de Conchos, Sabines, por lo que tarde o temprano volverá a nuestro país en calidad de inocente.
Por ultimo, urgió, a los nuevos legisladores del Congreso de la Unión a promover la defensa de los derechos laborales de los trabajadores de todos los gremios, así como la intromisión de la vida sindical por parte de las mismas autoridades laborales del País, pues según adujo hay un interés para acabar con los sindicatos, concluyo.
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