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* Un gramo de cualquier grasa produce aproximadamente 9 kilocalorías de energía, más del doble de calorías que las proteínas o carbohidratos.
* Para el año 2020 la mitad de los mexicanos van a morir de infartos o derrame cerebral, por los hábitos dietéticos tan negativos y la escasa cultura del ejercicio.
Ciudad de México, 31 de julio de 2009. En México, uno de los grupos fundamentales de nuestra alimentación es sin lugar a dudas, las grasas. Sin embargo, hay una serie de mitos y creencias que suelen confundirnos, por lo que hay que destacar que no todas las grasas son malas y para ello es necesario conocer su función dentro de nuestro cuerpo.
Las grasas son fuente de energía, su consumo brinda importantes nutrientes para el desempeño diario, transporta y permite la absorción de las vitaminas A, D, E y K. Aporta los ácidos grasos esenciales, el ácido linoleico (omega-6) y el ácido alfa-linolénico (omega-3), pero que al consumirlos en grandes cantidades se convierten en un enemigo muchas veces incontrolable.
Es importante destacar que un consumo excesivo de grasas provoca entre otras cosas, obesidad y enfermedades en las arterias del corazón y cerebrales.
Las grasas pueden estar presentes en alimentos de origen animal como leche, quesos, carnes y yema de huevo, así como en alimentos de origen vegetal: semillas y frutos secos, por ejemplo oliva, girasol, maíz, cacahuates, etc.
Un gramo de cualquier grasa produce aproximadamente 9 kilocalorías de energía, más del doble de calorías que las proteínas o carbohidratos.
Cabe destacar que hay dos tipos de grasas:
1) Las saturadas. Son aquellas que contienen una alta proporción de ácidos grasos saturados, como la mantequilla o la manteca de cerdo, que tienden a ser sólidas a temperatura ambiente y son las que en exceso, más daño hacen al cuerpo debido a su composición, pues contiene grandes cantidades de triglicéridos y colesterol “malo”, entre otras cosas.
2) Las grasas insaturadas, que pueden ser mono o poliinsaturadas, son líquidas a temperatura ambiente y comúnmente se les conoce como aceites. Son benéficas para el cuerpo humano. Una ingesta moderada ayuda a elevar los niveles de colesterol bueno (HDL) en la sangre. Estas se encuentran en el aceite de oliva, el aguacate, y algunos frutos secos, pescado y semillas.
Más del 90% de las grasas o lípidos ingeridos en la dieta y presentes en el organismo se encuentran en forma de triglicéridos y el resto está formado por colesterol, ceras y fosfolípidos.
Las consecuencias de no conocer las grasas que comemos
El jefe de departamento de Cardiología del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre del ISSSTE, Dr. Enrique Gómez Álvarez, menciona que el exceso en la ingesta de grasas produce serias consecuencias como la obesidad, en la que tenemos el segundo lugar en incidencia en el mundo, después de Estados Unidos, así como enfermedades cardiovasculares, que son la primera causa de mortalidad en el país. Y alerta, “para el año 2020 la mitad de los mexicanos van a morir de infartos o derrame cerebral, por los hábitos dietéticos tan negativos y la escasa cultura del ejercicio”.
Existen varios factores asociados al desarrollo de enfermedades del corazón como la hipertensión, el tabaco, la inactividad física, la obesidad, la diabetes, los antecedentes familiares y los niveles elevados de lípidos en sangre (colesterol total, colesterol LDL, triglicéridos).
Algunos de estos factores están relacionados con la dieta, especialmente, los niveles de lípidos o grasas en sangre. “Son enfermedades devastadoras que además de afectar la salud de las personas, afecta todo su entorno, familiar, social, laboral y económico”, advirtió el cardiólogo.
Gómez Álvarez señala la importancia de distinguir alimentos sanos de los que no lo son, por ejemplo, incluir en nuestra alimentación vegetales, verduras, frutas, pescado y carne magra. Y ejemplificó, “desde la infancia, los niños mayores de dos años no deben consumir leche entera, ya que contiene altos índices de colesterol, por lo que es mejor las descremadas que existen en el mercado”.
Otra recomendación del encargado de la División de Cardiología del Hospital 20 de Noviembre es la actividad física, caminar o trotar 30 minutos diarios, “o en su caso tener sexo, como lo dice un estudio galo, ya que es un excelente método para aumentar los niveles de colesterol bueno (HDL) en sangre”.
Finalmente, mencionó que si el colesterol ya está fuera de control y es un riesgo para la salud es necesario utilizar medicamentos que detengan los niveles de colesterol malo (LDL) y aumenten el bueno (HDL) y sobre todo detenga la placa de grasa en las paredes arteriales.
En ese sentido, la rosuvastatina es el único medicamento aprobado en México para reducir la placa de colesterol en las arterias, una causa de enfermedad cardiovascular.
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1/8/09
Cuando las grasas se convierten en enemigos
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