Por Héctor Medina Varalta
Carlos Aliaga Gargollo es escritor y, además un empresario joven y muy talentoso. El libro que acaba de terminar se titula “Operación empresa, del dicho al hecho”, es un texto que habla de las empresas, cómo diseñar correctamente una empresa para que desde el arranque ésta sea exitosa. Lo que Aliaga plantea es una analogía con los cinco dedos de la mano: el meñique es el compromiso (pues en algunas culturas cruzar los meñiques es un compromiso). Esto quiere decir, que hacemos un convenio con nosotros mismos de que estamos dispuestos a mantenernos en el camino de la independencia y de qué es lo que estamos esperando hacer.
El dedo cordial
De acuerdo a Aliaga, este dedo también conocido como el dedo de la pasión, significa en el mundo empresarial que tenemos que decidir el giro de nuestra empresa en función de lo que nos apasione porque no hay cosa más aburrida que trabajar en un lugar donde no nos gusta; entonces, nuestro proyecto de empresa tiene que estar ligado a nuestro proyecto de vida, sino quizá vamos a tambalearnos.
El dedo de la experiencia
El siguiente dedo es el de la experiencia, que es el dedo anular; “es el dedo-añade sonriendo-más agresivo, porque si yo te lo muestro mientras doblo los otros dedos, te estoy demostrando agresividad. Sin embargo, es esa agresividad la que necesitamos para enfrentarnos a nuestros clientes, convencerlos y generar en ellos un experiencia de compra y que nos recomienden. Es la agresividad comercial la que tiene que ver con el dedo anular”.
El dedo índice y el dedo pulgar
Este dedo tiene que ver con la selectividad de nuestros socios, dónde los inversionistas que van aportar el dinero líquido a la empresa, que nos permita operar correctamente. Entonces, a través del índice podemos hacer una selección correcta de quienes van a entrar en el proyecto con nosotros. Y finalmente, el dedo pulgar que es el que nos distingue de los simios, pues lo tenemos encontrado ya que a través del pulgar podemos tomar cosas pequeñas con nuestros dedos o cosas grandes utilizando toda la mano. Entonces, es precisamente tomar el control de los pasos anteriores y llevarlos a la práctica. Es la implementación de todo lo que hemos decidido, de nuestro compromiso, de nuestra pasión, de nuestra experiencia con los clientes, del trabajo con nuestros socios. “En pocas palabras-enfatiza-, llevamos la realización y tomar el control del proyecto de nuestra empresa. A través de estas analogías ligeras y en un lenguaje muy sencillo le enseño al lector cómo diseñar una empresa que desde el inicio puede ser exitosa”.
Creatividad y perseverancia
En México nos encanta tener nuevas ideas, todos tenemos nuevas ideas pero nos cuesta mucho trabajo llevarlas a la práctica: la responsabilidad, el hacer las cosas paso a paso, el que los proyectos se cumplan, el que los objetivos se alcancen, de pronto nos perdemos en el camino y dejamos de hacer lo que habíamos planeado, además, de que no somos muy planeadores, somos soñadores, pues nos falta un poco de estructura. “Mi idea en escribir este libro-finaliza-es ayudar a la gente a tener estructura sin tener que ser demasiado rígido, no estoy hablando de planeación estratégica o de cosas que pueden llevar más tiempo y que implica generar documentos y demás, simplemente tener cuando menos un planteamiento general muy sencillo, y sobre todo, llevarlo a la práctica. Entonces, hay que hacer cada cosa que nos planteamos día con día avanzar un poquito para que alcancemos nuestro objetivo”.
La presentación del libro de Carlos Aliaga es el próximo domingo a las 5 PM en el Salón José Luis Martínez.
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