Por Claus Mikkelsen, Director Científico de Hitachi Data Systems, responsable de la investigación de nuevas tecnologías en almacenamiento y gestión de datos.
Unidades de disco, unidades Winchester, subsistemas de almacenamiento o matrices. Los anteriores han sido nombres con los que se han denominado tecnologías para el almacenamiento de datos en los últimos años. Sin embargo, cada vez estoy más convencido de que el nombre adecuado para las soluciones de la actualidad debe ser “computadoras de almacenamiento”. Para comenzar con esta historia cito como un año crucial 1992, cuando la industria cambió drásticamente y comenzó la evolución en las propuestas para resguardar la información. Permítanme explicar:
Antes de 1992, el almacenamiento era sólo una caja tonta, un producto en todos los sentidos de la palabra. En el que se podía escribir y leer el contenido, eso era todo. Para un proveedor de almacenamiento los factores que marcaban la competencia eran el rendimiento, confiabilidad y precio. Así que los clientes se acostumbraron a escuchar hablar principalmente de precio, precio y precio.
Pero en 1992 algo cambió. Apareció el almacenamiento inteligente. Primero con las copias concurrentes (Concurrent Copy), y en poco tiempo los vendedores presentaron diversas funciones de replicación de subsistemas de almacenamiento. Luego vino el RAID (Redundant Array of Independent Disks). Así la industria del almacenamiento comenzó a trazar un nuevo rumbo.
Recientemente hemos estado en una buena racha con nuevos e innovadores desarrollos, como el aprovisionamiento dinámico por niveles y la virtualización. A lo que se agregan funciones como la compresión, la deduplicación (que permite transmitir hasta 15 veces más información por los mismos canales), entre otras. Ante este panorama con nuevas posibilidades ¿Hay alguien que quiera definir qué es un terabyte en estos días?
Una interesante combinación de funciones es HDP (Dynamic Provisioning) y HDT (por niveles dinámico) de Hitachi Data Systems, que permite al equipo de almacenamiento gestionar su rendimiento de la mejor manera posible, con el consecuente ahorro en tiempo y dinero. Gracias a que jerarquiza la información en pequeñas fracciones (42 MB). Esta tecnología nos ha permitido detectar que más del 80% de los datos que residen en el primer nivel del disco no tiene por qué estar allí. Con lo que también se contribuye a ahorrar.
De esta manera se elimina casi todo el aspecto físico asociado con un LUN (Unidad Lógica de Discos), lo que significa que ahora debe ser visto como un contenedor lógico de datos, que permite a los usuarios tomar lo que necesitan.
Con estas y otras funciones, el equipo de almacenamiento realmente está diseñado para hacerse cargo de muchas de las tareas que solíamos hacer de forma manual. Creo que el mayor reto, sin embargo, es que los administradores se dejen llevar, y permitan que la automatización se haga cargo. Hasta el momento, muchos de nuestros clientes están dejando que esto suceda y disfrutando de los beneficios.
Así, una solución inteligente de almacenamiento, después de un largo camino, ha llegado
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