- El 70 por ciento de las personas que padece ERGE, por lo regular no presentan erosiones en el esófago, mientras que el restante 30 por ciento sí presenta erosiones.
Una de las enfermedades más frecuentes hoy día en México es el reflujo gastroesofágico (ERGE), el cual puede derivar en una esofagitis, padecimiento que se caracteriza por daño en la mucosa del esófago, señaló el Dr. Julio César Soto Pérez, Jefe de la Clínica de Fisiología Digestiva del Hospital Ángeles Metropolitano.
El 70 por ciento de las personas que padece ERGE, por lo regular no presentan erosiones en el esófago, a esto se le conoce como no erosivo, mientras que el restante 30 por ciento, sí presenta lesiones en el esófago, a lo que se le conoce como erosivo, añadió el especialista.
La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) se presenta cuando el contenido del estómago se regresa hacia el esófago y genera síntomas como pirosis o agruras, reflujo ácido y de alimentos. El síntoma más común de este padecimiento, es la inflamación a nivel de la mucosa esofágica, a lo que se le denomina esofagitis, señaló el Dr. Soto Pérez.
Y añadió, que la esofagitis no es un síntoma sino un diagnóstico basado en el daño de la mucosa del esófago, así mismo, resaltó que es importante acudir al médico en cuanto se tengan los primeros síntomas, pues como en toda enfermedad, el tratamiento oportuno es muy importante para evitar complicaciones tales como la aparición de erosiones o úlceras en el esófago, las cuales pueden presentar hemorragia o en casos raros perforación, además de que la cicatrización de estas lesiones puede disminuir el calibre normal del esófago y de esta forma impedir el paso del alimento al estómago. Y que en casos más graves, el reflujo intenso y de larga duración favorece la aparición de un tejido atípico en el esófago conocido como esófago de Barrett, que se considera como una lesión premaligna que puede evolucionar hacia un cáncer.
El diagnóstico
Para determinar si el paciente presenta esofagitis, es importante que se realice un estudio endoscópico, el cual ayudará a valorar la presencia de erosiones en la mucosa esofágica, y de esta manera determinar que subtipo de esofagitis existe. Cabe señalar que la esofagitis se divide en varios subtipos, va de leve a severa, y para evaluarla se emplean varias clasificaciones, las más importantes son la de “Los Ángeles”, nombre que se le da porque fue presentada en el marco del Congreso Mundial de Gastroenterología celebrado en 1996 en dicha ciudad, y la de “Savary-Miller”, mencionó el Dr. Soto Pérez.
En la de Los Ángeles, se puede evaluar la intensidad de la inflamación y las erosiones que presenta la mucosa esofágica, desde la letra “A”, siendo la más leve, y hasta la “D”, que es la más severa y que puede presentar ulceras, mientras que en la de Savary-Miller, esta se clasifica del 1 al 4, siendo desde la más leve a la más severa, respectivamente. La diferencia sustancial entre ambas clasificaciones es que la de Savary-Miller incluye al Esófago de Barrett y la de Los Ángeles no.
Una vez diagnosticada la esofagitis se debe de tener en cuenta, que esta lesión mucosa puede encontrase como parte de la ERGE. De esta manera, podemos entender que la esofagitis es una complicación de la enfermedad por reflujo que a su vez puede generar otras más, como son: úlcera péptica, hemorragia cuando las ulceras son extensas y friables; disfagia, imposibilidad de que el bolo deglutido pase libremente por el esófago, la cual puede estar provocada por estenosis (reducción del calibre de la luz esofágica), generando una obstrucción en el esófago, esto va en relación al tiempo de evolución de la enfermedad. Puede provocar perdida de peso en el paciente, cuando se tiene por largo tiempo y el esófago tendrá que ser rehabilitado con un proceso endoscópico secuencial para mejorar dicha situación.
Existen también algunas manifestaciones extra esofágicos como pueden ser tos crónica, faringitis crónica, disfonía, ronquera, sinusitis, asma, taquicardia, caries, entre otras. Estos síntomas son más comunes en la variedad no erosiva y harán sospechar al médico de que el paciente tiene datos de reflujo.
El tratamiento
Respecto a los tratamientos que hay para la enfermedad por reflujo y la esofagitis, el Dr. Julio César Soto, dijo que en el mercado existen diferentes grupos de medicamentos, que tiene como finalidad disminuir la producción del ácido, los cuales se clasifican en relación a su mecanismo de acción, siendo los más importantes los inhibidores de la bomba de protones (IBP’s), los cuales logran bloquear hasta el 90 por ciento de la producción ácida, y actúan dentro de la célula parietal, bloqueando las bombas de protones activadas para la secreción de ácido.
Por otro lado, es importante señalar que la intensidad de los síntomas no va en relación directa con el grado de afectación que tiene la mucosa esofágica; no por que el enfermo tenga muchas molestias su problema necesariamente es grave ni por que sus molestias sean leves su problema es mínimo. Dada esta situación que no hay una correlación directa entre la intensidad de síntomas y el grado de lesión en la mucosa esofágica, es importante evaluar al paciente con una historia clínica completa y los casos determinados, realizar un estudio endoscópico, finalizó el especialista.
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