Gane quien gane, al nuevo presidente
de la República le tocará emprender alianzas con las diferentes fuerzas
políticas, para poder avanzar en la agenda legislativa, considera el senador
Manlio Fabio Beltrones Rivera
Por Agustín Ambriz / Luces del Siglo
El senador Manlio Fabio Beltrones. |
Cancún, Qna. Roo., a 1 de junio de 2012.-A ritmo paralelo de la contienda electoral, el senador priísta Manlio Fabio
Beltrones Rivera avanza en la instauración de un “gobierno de alianzas”,
independientemente de quién vaya a ser el próximo presidente de la República.
Sacrificado en la contienda interna para la candidatura presidencial priísta,
con lo que dejó libre el paso a Enrique Peña Nieto, el senador sonorense
siempre dejó en claro que sería un “hombre útil” y que lucharía hasta ver
cristalizado su proyecto de nación con un gobierno compartido.
Su proyecto parte del consenso legislativo a que llegaron los legisladores en
la primavera de 2011 y que gira en torno a que el próximo presidente de la
República, al inicio del sexenio, acuerde con las distintas fuerzas políticas
el compromiso de ir juntos en el Congreso en reformas previamente acordadas,
pero sin que ello implique el reparto de las carteras del gabinete, pues éstas
correspondería nombrarlas al gobierno legalmente electo.
La idea es que el nuevo gobierno pacte por tres años, hasta las elecciones
intermedias, pero con la posibilidad de que dicho pacto se extienda los otros
tres años de gobierno más.
Como complemento se acordó la ratificación del gabinete por parte del Senado,
lo que en su opinión generaría “contrapesos” para evitar excesos por parte de
un gobierno.
El objetivo principal de todas estas propuestas es fortalecer el poder
ciudadano, según el senador, a través de las famosas “cartas ciudadanas”, que
incluyen candidaturas independientes, iniciativa ciudadana de las leyes y
consulta popular.
Con ello, añade, los ciudadanos habrán de disponer, tan pronto como la
legislación secundaria lo permita, de nuevos instrumentos legales para
enriquecer la gestión de los asuntos públicos, con un mejor desempeño,
transparencia y rendición de cuentas.
Otro punto en el que caminaron los senadores durante los consensos en la
primavera de 2011es dejar a los Congresos locales la decisión de establecer las
bases de la elección de legisladores locales y los ayuntamientos, de manera
que, si la soberanía estatal lo considera, podrá haber reelección consecutiva
de estos cargos.
No obstante todos estos avances que se dieron en la Cámara Alta, fueron
desechados por la Cámara Baja, por lo que no todo obtuvo el rango de ley. Los
principales opositores a las modificaciones fueron los propios diputados
correligionarios del senador Beltrones Rivera.
Detrás de esa negativa estuvo la mano del equipo del candidato presidencial
Peña Nieto, quienes no están de acuerdo con que el próximo presidente deba compartir
el poder con las otras fuerzas políticas, incluidas las del propio PRI.
Por eso ahora, desde su postura como segundo hombre fuerte del PRI a nivel
nacional, el actual líder parlamentario en el Senado de la República y quien
sin duda será el próximo líder priísta en la Cámara de Diputados, cabildea ya
con otros compañeros candidatos a diputados para sumarlos a su proyecto de
“cogobierno”.
¿Qué implica esto? La “apertura del régimen presidencial”, responde el
constitucionalista Diego Valadés en el prólogo dedicado en lo que considera
como el “manifiesto político” de Beltrones Rivera titulado La vida y la
política.
“Lo que está planteando (Manlio Fabio) es superar la tesis conforme a la cual
quien gana la Presidencia tiene el poder completo y lo ejerce en solitario”,
expone Valadés.
El senador Beltrones alude a la celebrada expresión de Jesús Reyes Heroles
cuando en 1975, cercano el momento de la elección del candidato presidencial,
sostuvo que “primero es el programa y luego el hombre”.
Con este ejemplo, expone Valadés, el senador Beltrones nos dice es que sea
quien fuere el candidato de su partido, e incluso el presidente, lo que debe
contar es el compromiso con un programa.
“Un dirigente político tiene la responsabilidad de justificar su lucha mediante
un proyecto democrático y una estrategia adecuada para llevarlo a cabo”.
Valadés interpreta que en cuanto a la política, para Beltrones Rivera la clave
está en una certera expresión: “reformar significa distribuir el poder”.
Las circunstancias históricas explican por qué la Constitución de 1917 impuso
un poder muy concentrado, comenta el constitucionalista. Pero en el curso de
las décadas, la sociedad ha evolucionado más que la estructura del poder. De
ahí que el senador proponga reformar las instituciones, lo que incluye “la
apertura de la régimen presidencial”, para mejorar las condiciones de
gobernabilidad, el fortalecimiento del sistema representativo y la actuación
del sistema federal.
“Una visión avanzada de la renovación institucional lo lleva a advertir la
conveniencia de contar con instrumentos constitucionales que faciliten el
respaldo legislativo para un gobierno compartido”, apunta Valadés.
Vulnerabilidad presidencial. En su manifiesto político, el experimentado
político sonorense sostiene que su lucha persigue tres objetivos: la reforma
del régimen político, un nuevo modelo de desarrollo y un nuevo pacto social.
Algo que le preocupa es la situación de vulnerabilidad jurídica en que se
encuentra actualmente el presidente de la República, que como institución ha
sido despojada de facultades y herramientas que le restan fuerza y eficacia
dentro de la pirámide de poder.
“Actualmente –dice Beltrones– tenemos un problema de funcionalidad y eficiencia
del régimen presidencial que es preciso resolver mediante innovaciones
institucionales para facilitar el diálogo y los acuerdos que mejor convengan al
país.
“No se trata, y hay que subrayarlo, de optar entre un régimen presidencial o
uno parlamentario, tampoco de modificar las facultades del Legislativo o el
Ejecutivo a favor o en detrimento de uno o de otro.
“De lo que se trata es de establecer los puentes de comunicación, los
mecanismos de relación política y los instrumentos de cooperación y de control
que más aporten a la gobernabilidad, los buenos resultados, la transparencia y
la rendición de cuentas a los mexicanos”.
Como el hombre fuerte que indiscutiblemente será en el próximo sexenio desde la
Cámara de Diputados, Beltrones lamentó en su momento que el Poder Legislativo
no haya alcanzado lo necesario para un régimen político moderno.
Por eso ahora, desde la Cámara de Diputados, el político sonorense pretende dar
cabal continuidad a su proyecto que fue rechazado por el equipo de Peña Nieto.
En su manifiesto político, Beltrones apunta:
“Habremos de seguir insistiendo en la reformas que me parece siguen haciendo
falta para actualizar nuestro régimen, sobre todo en los que refiere a la forma
de construir una mayoría gobernante.
“Hay quienes piensan que esto funciona con un artilugio electoral, yendo a
segunda vuelta, o bien, estableciendo cláusulas de gobernabilidad o eliminando
el tope de sobrerrepresentación política. Sin negar que esto sea posible en
teoría, no necesariamente resuelve el dilema de la pluralidad, ni siquiera el
de la gobernabilidad, donde de lo que se trata es gobernar mejor y con respaldo
amplio, no de imponer una voluntad a los demás. Una mayoría electoral no es
equivalente a una mayoría gobernante, que requiere, sobre todo, de consenso y
confianza.
“Me parece más apropiado pasar de los gobiernos divididos a una era de
gobiernos compartidos, mediante la figura del gobierno de coalición. Una
coalición gobernante permite agregar respaldo legislativo efectivo y capacidad
de acción a la fuerza política que con mayor número de sufragios obtuviera la
mayoría para integrar el gobierno hasta el siguiente momento electoral en que
debiera aprobarse”.
En opinión del senador, existen varios mecanismos para impulsar lo anterior,
pero lo que es innegable es que se requiere sumar respaldo político y ciudadano
a la buena gestión del gobierno, que es el significado de la gobernabilidad
democrática, muy diferente de aquélla que se obtiene por el uso de la fuerza o
la imposición de unos sobre otros, que también es gobernabilidad pero de talante
autoritario.
Nuestro sistema presidencial, considera Beltrones, enriquecido con la
posibilidad institucional de integrar una coalición gobernante, tendría la
formidable posibilidad de tornar lo que podría ser una deficiencia de respaldo
en una gobernabilidad democrática eficaz, que es un gobierno con consenso,
institucionalidad ya existente en las repúblicas de Francia, Brasil y Uruguay.
Entre los priístas, el senador Manlio Fabio tiene un peso específico de
influencia. Por eso muchos que lo conocen no lo dieron por derrotado al
pronunciar su discurso para retirarse de la contienda interna:
“Este es uno de los momentos de la vida y la política en que uno se tiene que
decidir entre aspirar a ser una guía importante o ser un hombre útil. Hoy he
decidido no participar en el proceso interno por la candidatura presidencial,
optando por ser un hombre útil al interés de mi país y de mi partido, al que
sueño renovado y liderando la construcción de una nueva nación próspera y
segura”.
Manlio Fabio está de regreso.
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