La Unión
Internacional de Telecomunicaciones (UIT), brazo de telecomunicaciones de la
ONU, ha reconocido que la interconexión constituye el elemento más importante
para el desarrollo de un mercado competitivo. Su importancia deriva de la
necesidad de hacer eficiente la operación del mercado mediante la
interoperabilidad entre todas las redes de forma equivalente y funcional,
permitiendo la provisión de servicios de calidad.
Esto
contribuye a ilustrar la importancia del Convenio Marco de Interconexión (CMI) generado
por la Cofetel, que está hoy en proceso de consulta pública en la Cofemer; y
que se ha identificado también como uno de los pilares del Acuerdo de
Convergencia aprobado por la SCT en 2006.
La
situación actual de la interconexión
La Ley
Federal de Telecomunicaciones establece la libertad contractual de los
operadores respecto a la interconexión de sus redes.
Así, en
ningún momento se está poniendo en tela de juicio la conveniencia de que
inicialmente el poder de negociación siga radicando en los operadores. Sin
embargo, dado el poder de mercado que tiene Telmex, esta libre negociación
queda completamente en duda, porque de manera similar a la operación del
mercado en su conjunto, ese poder de negociación resulta asimétrico entre los
operadores, más bien cargado de beneficios en la práctica hacia el operador
dominante.
La
interconexión existe, es un hecho, pero de ahí a afirmar que se realiza en un
entorno de sana competencia donde los operadores sin restricciones (todos menos
Telmex) tienen algún tipo de poder de negociación frente al operador que
mantiene 80% del mercado, es otra historia. En consecuencia ¿por qué si los
operadores están satisfechos con la situación hay tantos procesos de
inconformidad ante la COFETEL? Porque siendo realistas, la libertad que tiene
la competencia de negociar con este gigante es una ficción legal.
Ahora
bien, si el operador en realidad no tuviera el poder de mercado que buscan
regular las autoridades, entonces cómo es que propone otras 2 medidas a su
conveniencia para sustituir el Convenio Marco de Interconexión. Con ello
demuestra una vez más que intenta dar la vuelta a los reiterados intentos de
mejora regulatoria en el sector, porque una regulación asimétrica que le
imponga condiciones para la entrada al mercado de TV restringida tiene como
objetivo aumentar la competencia en beneficio del consumidor.
Esta
situación no beneficia a un operador que, de acuerdo a la OCDE, extrae sólo por
las deficiencias en el mercado de telecomunicaciones fijas más de 13.5 miles de
millones de dólares al año en bienestar del consumidor. Pero ese es
precisamente el objetivo de una regulación asimétrica, el imponer condiciones
específicas al operador que ostente poder de mercado en pro de la sana
competencia; y en este sentido, el CMI aporta un primer beneficio al mercado.
En
realidad, hasta podría pensarse que le está saliendo barato dados los
beneficios que ha extraído reiteradamente al mercado, y no debemos permitir que
su única obligación para obtener TV sea la mera adición al Convenio, son
necesarias también obligaciones específicas que limiten definitivamente su
poder de mercado.
Algunos
objetivos del CMI
Analicemos
los posibles beneficios del CMI para el resto. En primer lugar busca la
interconexión eficiente de las redes públicas de telecomunicaciones, y en este
sentido el término de eficiencia aplica precisamente a aquellas situaciones en
las que los operadores existentes, al no contar con un poder real de
negociación frente a Telmex, optan por recurrir a la COFETEL para que resuelva
estos desacuerdos, situación que deriva en elevados costos administrativos para
todos, operadores y autoridad por igual. Así, el CMI busca modernizar los
requerimientos y procedimientos actuales de la interconexión en el país para
promover la competencia a través de costos decrecientes que impacten a la baja
las tarifas finales a los usuarios.
Como
resultado de su instrumentación, los operadores contarán con mayores
facilidades para mezclar los tipos de tráfico, compartir enlaces y reducir
costos operativos de la interconexión; lo que derivará en un ambiente más
competitivo, así como negociaciones en mayores condiciones de igualdad. Todo
ello se debe traducir en menores costos para los operadores, situación que les
permitirá reducir los precios de sus servicios en beneficio del consumidor. De
esta forma, este Convenio aglomera una suma de esfuerzos colectivos que se han
venido manifestando en años recientes para fomentar un desarrollo más sano y
verdaderamente competitivo de la industria.
En un
mercado altamente concentrado, con reiterados intentos de captura regulatoria y
donde los intereses del más fuerte han prevalecido mediante innumerables
litigios que entorpecen la gobernanza del sector; el CMI se consolida como un
paso hacia adelante en este incansable esfuerzo por alcanzar la competencia
efectiva.
Esperemos
que no sea la única disposición que la regulación implemente en términos de
interconexión; por lo tanto, debemos aprovechar esta oportunidad de mejora
regulatoria en el mercado de telecomunicaciones mexicanas.
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