Un abrazo
fraternal en el cartel oficial del Festival Internacional de Cine 28. Un gesto
cálido justo en la edición del certamen que pone el énfasis en la relevancia de
la cinematografía contemporánea de una región donde calan los inviernos largos,
el norte de Europa y los países que lo comprenden: Suecia, Noruega, Dinamarca,
Finlandia e Islandia.
La imagen
desarrollada por la ilustradora Mariana Ramos Romo es una obra abierta,
susceptible a muy diversas lecturas. La actitud cercana e íntima entre dos
personas muy similares -cuando menos en lo que se exhibe, dado que los rostros
permanecen siempre velados- podría sugerir el espíritu igualitario de una
geografía reconocida en todo el mundo por su política en pro de los derechos
humanos.
La percepción
inicial de la artista con respecto al sujeto (o los sujetos) sobre el cual o
los cuales debía comunicar a partir de la pieza -un festival de cine con larga
trayectoria, el cine y los países invitados de honor- resulta igualmente válida
en este juego de interpretaciones. A propósito, Mariana Ramos comenta, “tomé en
cuenta que los países nórdicos son los invitados de honor de esta edición -mi
relato ilustrado partió de ese punto- fue así como surgió la imagen de dos
personas cobijándose con un abrazo; pero (el cartel) habla, principalmente, de
la imaginación y de cómo una historia se va entrelazando”.
En la imagen, el
cabello de quienes se unen en un abrazo se torna cinta de celuloide y
contribuye, gracias a su textura de velo, a que la ambigüedad se mantenga
siempre a lo largo del relato. La artista considera irrelevante especificar el
género de los personajes si es que la pieza se ha desarrollado con la idea de
que cada cual escriba su propio argumento.
No será la
ambigüedad, sino la diversidad de aristas que se desprenden de la pieza lo que
ayudará a comunicar el formato múltiple de un festival que resulta más sólido
conforme más pilares le sostienen, estos son, su secciones en competencia, sus
curadurías paralelas, sus foros de profesionalización cinematográfica, sus
áreas de industria y mercado, sus áreas especializadas como Premio Maguey, uno
de los primeros espacios en el país donde se recogen las miradas hacia la
diversidad sexual.
A propósito de,
Mariana Ramos estuvo a cargo del logotipo para la primera edición de la sección
con temática QUEER-LGBTT, celebrada en marzo del 2012. En aquella ocasión
entregó una pieza en forma de “M” en tonos rosas (la referencia cultural de la
feminidad) con un par de gallos a los cuales atribuyó el rol masculino.
Para el cartel
de la edición 28 del FICG, Mariana ha renunciado a los colores vivos del
trópico y ha preferido, claro, la sobriedad de los tonos en los parajes
septentrionales. Un par de palomas complementan el cuadro y representan
libertad y paz.
Los personajes
del cartel están descalzos pues, para la diseñadora, es un elemento más que
aporta a la ambigüedad que permea el discurso de la imagen y que permite que
cada cual imagine y saque sus conclusiones con respecto al sexo de los
personajes.
“Encontré un
reto grande en este trabajo, sobre todo en el momento de la elección, se trató
de todo un desarrollo cargado de imaginación; me sorprendió que se atrevieran a
usar esta propuesta porque es muy diferente y tiene mucho gusto personal”,
revela.
La diseñadora
nació en Chihuahua hace 29 años y radica en Guadalajara desde hace ocho;
estudió Diseño Integral en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de
Occidente (ITESO), pero se ha decantado por la ilustración, y ahora, podemos
encontrar una marca particular en su trabajo.
Sobre este
trabajo menciona, “para mí es emocionante haber tenido la oportunidad de hacer
el cartel para el FICG pues traté de imprimir una percepción muy personal del
cine, representa toda una historia”. La imagen, de acuerdo con su propuesta,
habla de la igualdad y el respeto en su forma orgánica.
“Por el gusto de
reencontrarnos”, edición 28 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara.
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