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Es el
primer realizador cinematográfico en obtener esta distinción
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La ceremonia se
realizará el lunes 24 de febrero en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas
Artes
A lo largo de casi cinco décadas,
Arturo Ripstein encontró en el cine el camino de su exploración estética y
artística, y sus películas le han valido grandes reconocimientos nacionales e
internacionales. Ahora, su carrera será distinguida con la Medalla Bellas
Artes, la primera que se entrega en el rubro de creación cinematográfica.
“Estoy muy agradecido y me
siento honrado con esta distinción”, expresa el realizador, tras reconocer que
siempre es más grato ganar que perder premios y “he perdido muchísimos más de
los que he ganado”.
Desde 1993, la Medalla Bellas Artes
es la máxima distinción con la que el Instituto Nacional de Bellas
Artes (INBA), reconoce a creadores, intérpretes y figuras
predominantes del país con una trayectoria sobresaliente por más de 20
años y que con su obra contribuyen a la promoción y difusión de la
cultura nacional.
Los galardonados del
2013 son el arquitecto Carlos Mijares; el artista plástico Luis
Nishizawa; el director teatral y dramaturgo Abraham Oceransky; la
escritora Elena Poniatowska; y, el realizador Arturo Ripstein.
Hijo del productor Alfredo Ripstein
Jr., el cineasta se formó en los sets cinematográficos desde que era
un niño y cuando adolescente trabajó como asistente de sonido,
edición, jala cables, doble de acción e incluso colaboró con Luis Buñuel
en la cinta El ángel exterminador, de quien aprendió más cuestiones éticas
sobre la creación fílmica que técnicas.
“Con Luis Buñuel me di cuenta de que
detrás del cómo se hace, está el qué se hace. Estoy convencido que la manera de
contar el cuento, es el cuento”.
Con tan sólo 22 años debutó
como director en 1965 con la cinta Tiempo de morir, a partir de un guión
de Gabriel García Márquez y la colaboración de Carlos Fuentes. Este fue el
comienzo del cineasta que al paso de los años se convirtió en una
figura indispensable para explicar buena parte de las últimas cinco décadas del
cine nacional.
Su obra fílmica se traduce en más de
40 trabajos cinematográficos lo mismo en cortometraje, documental y largometraje,
así como materiales audiovisuales para instituciones públicas o telenovelas.
Algunas de sus películas más sobresalientes son El castillo de la pureza,
El lugar sin límites, El imperio de la fortuna y Profundo carmesí,
entre otras.
A sus 70 años de vida, Arturo
Ripstein es un realizador congruente con su propia obra, disciplinado y
apasionado, porque como ha dicho en varias ocasiones, él no sabe hacer otra
cosa más que filmar, asegura que ha sido la contumacia lo que lo mantiene
en el cine, “a veces filmar se vuelve una experiencia placentera, otras veces
no, este es un oficio con altas y bajas muy furibundas”.
En noviembre del año pasado
estrenó Las razones del corazón, su más reciente película, inspirada en la
novela de Madame Bovary, de Gustave Flaubert, con un guión escrito
por Paz Alicia Garciadiego, su guionista de cabecera desde hace casi tres
décadas, de quien afirma, con ella “encontró su otra voz”.
Una película se acaba cuando haces
la siguiente, ya que cuando estás trabajando en el siguiente proyecto se tiene
la enorme ventaja de olvidar la previa, afirma Arturo Ripstein, quien ahora
prepara su siguiente filme, el cual está basado en hechos reales, a partir de
un guión original que escribió Garciadiego.
Ganador dos veces de la Concha de
Oro en el Festival de San Sebastián por Principio y fin y La
perdición de los hombres, el cine de Arturo Ripstein ha tenido una gran
resonancia internacional, lo mismo en Europa que América Latina, donde es
considerado un director de culto.
En su cine, habita el gusto por
explorar la sordidez, los personajes oscuros sumidos en su propia devastación,
los mundos abigarrados, el humor y la ironía, así como el uso recurrente
del plano secuencia, que le han dado un toque distintivo a su obra y la ubica
en el llamado cine de autor.
A través de sus películas, Arturo
Ripstein ha explorado las posibilidades del enamoramiento, desde el amor no
correspondido, hasta el amor más enloquecido, porque como ha comentado “el amor
puede cuestionarse, lo que no se puede cuestionar es su fuerza”.
Para Arturo Ripstein hay un gusto
formal por la comedia y en cada uno de sus filmes ha intentado utilizar algunos
recursos para detonar el humor, el cual para él significa enfrentarse a lo
inesperado cotidiano. “La comedia es el género al que mejor reacciono”, pero ha
sido el melodrama lo que ha marcado su carrera en el cine.
“El melodrama es muy plástico
y flexible, que puede saltar sin tantas restricciones de la comedia a la
tragedia, esa plasticidad le da un juego y su propia dinámica”, explica el
creador.
El proceso de hacer películas es lo
que más disfruta Arturo Ripstein, porque ya verlas se vuelve un castigo, “las
veo cuando las estás haciendo hasta que todo fluye, y cuando sucede esto la
sueltas”, precisa el realizador.
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