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30/6/14

Los demonios y las emociones


Por Héctor Medina Varalta

Guadalajara, Jal, junio 2013. Martha Valadez Huisar, viuda del escritor David Enciso, autor de “Ay güey,… de pronto me encontré que yo era… exorcista y sanador”, comenta que casi a dos años del fallecimiento de David Enciso su compañero sentimental, éste escribió dos libros: el primero se titula "Con el diablo adentro", ambos libros son el relato de una vida de David Enciso donde él se da cuenta, que después de un proceso muy largo, que su camino espiritual era ser exorcista. Todo ese proceso lo narra en el primer libro, en todo ese lapso él empieza a cuestionar cosas de su vida personal, cosas espirituales que tiene que ver con enfrentar demonios personales, aquí con uno mismo. El proceso duró muchísimo tiempo, hasta que se dio cuenta que él tenía esas mismas energías negativas, pues el veía demonios que estaban sobre de él. Para esto, acude con una persona para que le haga un exorcismo. Al terminar el exorcismo, se da cuenta que su camino en esta vida o dimensión espiritual era ser exorcista.

Su maestro, José Guadalupe, lo llevó con una señora fue quien lo llevó con la señora que le practicó el exorcismo. "Todo ese tipo-complementa Valadez- de personas que se encuentra en el camino, a mi modo de ver, ya que estoy dando mi propia interpretación, porque estoy hablando del libro y de mi concepto de él; nunca va a ser lo mismo cuando el autor habla directamente de su obra. Por lo 
tanto, mi interpretación y las pláticas que yo tuve con él, es que siempre nos encontramos con personas, que en momentos críticos, nos ayudan; y que 
tenemos que saber observarlas porque sí nosotros estamos conscientes de entrar a un proceso de conocernos a nosotros mismos, se van a presentar las personas adecuadas para que nos ayuden en esos procesos, y así resultó ser José Guadalupe que fue su maestro durante muchísimo tiempo, a quien conoció en un momento de crisis personal muy importante. Esto es muy importante porque a veces no queremos ver nuestros problemas y cómo no queremos ver nuestros problemas, no queremos ver a las personas que se nos presentan para ayudarnos.
Desolación
Yo aprendí muchísimo de David. De hecho nos conocimos en uno de sus talleres que impartía para enseñarnos a meditar; David nos enseño a vernos en nuestra dimensión espiritual. Yo soy psicóloga, y tener el alma limpia y alimentada, se relacionan con todas las emociones negativas que están sobre nosotros y no nos damos cuenta de ello, es decir, si nuestra alma está llena de muchos enojos, de mucha frustración, depresión, si estamos llenos de peticiones de injusticia, de que nos sentimos víctimas, esa alma nunca va a estar feliz. El camino de enfrentarse a uno mismo, que lo narra David en el primer libro, es muy doloroso, pues es enfrentar a nuestros propios demonios: el miedo, la ira que tiene muchísima potencia; si nosotros utilizáramos esa energía a todo lo positivo, podríamos hacer mucho bien en nuestras vidas y en nuestro prójimo. Todos esos demonios que tenemos nos están destruyendo, y no nos damos cuenta que nosotros mismos los hemos creado, pues todas nuestras emociones es una energía y si las identificamos la podemos utilizar a nuestro beneficio y no en nuestra contra; pues si estamos muy enojados y no queremos reconocerlo, esa energía se vuelca a nuestro interior y se puede convertir en depresión, por ejemplo, pues no la logramos sacar y no es que la sacamos gritando sino que la reconozcamos diciendo, por ejemplo, "estoy enojado con la vida", estoy enojado con Dios". A propósito, David en su libro escribió que le reclamaba a Dios".
Infancia es destino
Las dimensiones espirituales tenemos que alcanzarlas pasando por el trabajo emocional; no se puede llegar a este conocimiento si se tiene el alma llena de rencor. Esa alma como el cuerpo es menester alimentarla de todos nuestros deseos, de todo lo que nos gusta, de amor al prójimo; el alma es nuestra esencia, es lo que muchos llaman la esencia del Ser, esa parte es la más íntima de nosotros donde se engloban nuestros deseos, nuestras más altas proyecciones que queremos hacer en lo que nos toca vivir, y si no lo hacemos en esta vida, cuándo vamos a hacer lo que nos corresponde. La vida se nos va.  
Para David cuando escribió el libro se recuperó a sí mismo, se conoció a sí mismo y logró identificarse para reconocer toda su misión. David sabía que su misión era escribir esos libros, que para escribirlos fue recuperarse a sí mismo, conocerse a sí mismo e identificarse para reconocer toda su misión. El autor padeció depresión desde la niñez, el maltrato infantil, y esa depresión habla de todos sus demonios; Todos de alguna manera padecimos de alguna forma maltrato infantil. David veía a los demonios, pero nosotros aunque no los veamos los vivimos de otra manera, simplemente nos los vemos como los veía David. David desde niño los veía pero no le creían. Un demonio es aquel que chupa una energía, que hace al individuo olvidarse de sus proyectos, que lo hace desviarse de caminos, que lo están atacando todos los días. A David en el primer libro narra cómo lo atacan los demonios a nivel energético, pero él tenía una implicación física.
Depresión y los demonios
Por otra parte, la talentosa psicóloga explica que la depresión quita las ganas de caminar, de hablar, de levantarse, de vivir. Por lo tanto, la depresión es un demonio. David escribe en ese libro que los demonios se le encimaban, sin dejarlo moverse de la cama. Cuántas veces al despertar no tenemos ganas de levantarnos y aunque no veamos demonios sentimos algo que nos aplasta, sentimos algo que nos obliga a no hacer las cosas. En esa lucha que tiene con esos demonios él empieza a tener un crecimiento personal. A final de cuentas, aunque se hable de exorcismos y de cómo él tuvo ese ataque demoníaco y fue exorcizado y cómo fue exorcista. Asimismo ese fue el camino de crecimiento personal que es el que debemos aspirar todos: tanto emocional como espiritual. Si alguien puede decir: "Yo nunca me he preguntado cuántos momentos de felicidad he disfrutado en mi vida", entonces preguntémonos cuánta frustración hay en nuestras vidas, pero como ya la tenemos encima como los demonios de David, ya no nos damos cuenta. David se daba cuenta porque lo atacaban físicamente, pero esos demonios, según lo narra David tienen su función dentro de la dimensión espiritual, que es hacicatarrnos todos los días para movernos. David lo dice en el primer libro: "Al final de cuentas nos están haciendo movernos, a reconocer nuestras deficiencias, a reconocer nuestra situación emocional para crecer. 
Crecimiento personal y espiritual
Aunque el libro hable de exorcismo, trata de crecimiento personal, específicamente de un crecimiento espiritual. David narra la dimensión espiritual en su segundo libro porque el la veía y la vivía; y en esa dimensión espiritual aprendí con él a verla. La pregunta de todo esto, es si conocemos esa dimensión espiritual que tanto nos ayuda a vivir el presente. David decía cuando la gente iba a las meditaciones: "No quiero que venga aquí la gente a ver películitas, arránquenlo en su vida personal y digan para qué sirve", es decir, veían cosas, pero su vida seguía igual. entonces de que sirven las enseñanzas si todo sigue igual. Por otra parte, di las personas ven ángeles o seres de otro tipo, ¿de qué les sirven? Hay que luchar contra uno mismo, pues la vida es muy dura que nos negamos a verla. Duele tanto todos los días, porque los problemas, la familia, los conflictos sociales, laborales, etc., y por eso la negamos y no la queremos ver. Por eso toleramos enojos, sin embargo, hay gente que no tiene piernas y tiene que saber cómo vivir sin ellas o que tienen una enfermedad terminal

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