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De acuerdo con diversos estudios, unas vacaciones planeadas pueden ahorrarte hasta un 30% de tu presupuesto
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Define cuál es tu presupuesto real –Tu punto de partida deberá ser conocer con claridad y con base en tus ingresos, cuánto puedes gastar en tus vacaciones. Debes considerar que este monto deberá cubrir traslados, hospedaje, alimentos, entradas, guías e imprevistos –puedes destinar 10% del total de este presupuesto.
2-
Conoce tu destino – Con base en tu presupuesto y deseos elige que destino puedes visitar. Una vez que lo hayas elegido, conoce cuál es la forma más eficiente para llegar de acuerdo con tu presupuesto, si el viaje no es muy largo, en ocasiones es más conveniente ir en auto, así puedes dividir los costos de casetas y gasolina con tus acompañantes. Busca información sobre sus atractivos y las actividades que puedes realizar, pregunta si tienen costo de entrada y ofrecen descuento al presentar alguna credencial, por ejemplo de estudiante; puedes apoyarte leyendo las experiencias, opiniones y recomendaciones de otros visitantes.
3-
Programa tus actividades - Al igual que en lo financiero, es importante tener un plan de actividades, esto te ayudará a conocer todos los lugares que quieres visitar y a optimizar el tiempo que destines en cada lugar. Al contar con este plan ahorras tiempo, dinero y te evitas frustraciones.
4-
Compra con tiempo - Este punto es importante en varias áreas de tu viaje. Si compras con tiempo los boletos de avión, en caso de que viajes por este medio de transporte, el hotel, e incluso algunas de las actividades que planeas realizar en tu viaje, el precio puede ser hasta 50% más barato que si lo haces días antes de tu viaje.
5-
Elige un hotel - Aunque puede parecer un proceso no tan complicado, hacer una elección correcta podría ahorrarte una buena suma, ya que existen opciones que contemplan en su tarifa el desayuno, la conexión a internet gratuita, gimnasio, y además transporte hacia diversos puntos sin costo extra, por ejemplo City Express. Si te hospedas en estos hoteles, obtendrás estos servicios sin pagar por ellos porque están incluidos en la tarifa, que además es muy accesible. También reducirás los tiempos de traslado porque cuentan con una ubicación estratégica cerca de los principales atractivos de la ciudad.
6-
A hacer la maleta - Lleva lo indispensable, no más. Para fines prácticos, cargar con el menor número de maletas es lo ideal, y si agregamos el beneficio económico que este hábito puede añadir al no tener que pagar ningún tipo de exceso de equipaje (sobre todo cuando te transportas en avión), el resultado es un viaje más ligero y con mayor ahorro.
7-
Aprovecha la tecnología - Con el actual proceso dehiperconectividad que se vive en todo el mundo, bien podrías sacarle provecho a la tecnología, ya que, además de aplicaciones que te ayudan con rutas, distancias, el uso de dispositivos móviles te permite realizar reservaciones y compras que, en muchas ocasiones, van acompañadas de un descuento considerable o beneficio extra por haberlo hecho por esa vía.
8-
Visita nuevos destinos - Las vacaciones de temporada alta siempre vienen acompañada de incrementos en las tarifas regulares, sobre todo en los lugares más populares y en las playas, por lo que planear una visita a un destino distinto a estos te podría ayudar
9-
A la hora de comer - Una vez en el destino que hayas elegido puedes preguntar a los habitantes locales o al personal del hotel, sobre las opciones que existen para probar platillos de la gastronomía local, de esta forma conoces algo nuevo y ahorras, ya que los precios lejos de grandes y lujosos restaurantes suelen ser amigables.
10-
El clásico souvenir - Además de las miles de fotos con las que regresarás, nunca falta querer llevarse ese "detallito" local que te hará recordar tus vacaciones. Puedes adquirirlo con calma en algún tianguis o mercado, y de esa forma evitar las compras de pánico a precios exorbitantes.
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