Por Charly de Balzac.
El Tianguis Cultural del Chopo cumple 34 años de ser un espacio vivo de resistencia contracultural en la ciudad de México. Para conmemorarlo se llevará a cabo un concierto con Luz de Riada y Vía Láctea en las instalaciones del Museo Universitario del Chopo, espacio que lo vio a nacer en octubre de 1980, decir del Director del mismo Pacho. Recordo, que hace 34 años surgió el Tianguis del Chopo en el interior del museo, poco después salió y se instaló en la zona de Buenavista; con el paso de los años generó un modelo de auto-organización que le ha permitido sobrevivir desde hace décadas. A poco más de 30 años de su apertura, el tianguis sigue siendo un punto de encuentro que acoge a todo tipo de tribus urbanas, cronistas, periodistas, músicos incipientes y consagrados, artistas del tatuaje que conviven sin prejuicio alguno; jóvenes y no tan jóvenes unificados por su gusto por la música.
En un comunicado, agrego, el Museo Universitario del Chopo celebra el aniversario del tianguis con la intención de activar la memoria de las escenas subterráneas relacionadas con este recinto universitario desde su fundación en 1975, propiciar una reflexión acerca de su misma historia y celebrar la existencia de un espacio único en la ciudad de México. Carlos Alvarado, promotor cultural del tianguis y músico de los grupos de culto Chac Mool y Decibel, señala que este acercamiento representa regresar al alma mater, a los orígenes. A través de poco más de tres décadas, agrega, este espacio ha sufrido transformaciones, pero no de manera sustancial. La esencia del tianguis, la cual es el intercambio y trueque de discos, sigue vigente pese a que con el uso de las nuevas tecnologías y el acceso a la música por internet, a los más jóvenes no les interesa el intercambio y el disco en su versión física. Señalo, actualmente, continúa Alvarado, el tianguis cuenta con un corredor cultural que consta de diversas secciones: un área para exposiciones de fotografía; otra para clínicas donde varios músicos dan clases de guitarra, teclado, bajo; y una más para pintura, escultura o grabado, de manera gratuita. También hay una zona dedicada al cine de arte, otra al rock nacional que tiene LPs, compactos, réplicas, música de finales en los años setenta a la actualidad; libreros que ofrecen ediciones tanto de rock como de arte y filosofía. No se puede dejar de lado las tocadas en las que participan alrededor de siete u ocho bandas cada sábado, tanto locales como de Argentina, Brasil, Venezuela, Estados Unidos, Canadá y músicos franceses e italianos, que muestran gran interés por presentarse. Rockabilly, ritmos electrónicos, prehispánicos, ska, punk y rock son los sonidos que resuenan en el tianguis. El Museo Universitario del Chopo ha organizado un concierto conmemorativo con los siguientes grupos: Vía láctea. Banda que explora el lado electrónico del rock progresivo. Desde los setenta se le reconoce como ejemplo indiscutible de lo mejor que nuestro país ha aportado al género. Incluso Henry Schneider crítico de la revista especializada Exposé, nombró al disco de Vía Láctea como uno de los 25 mejores del siglo XX. Liderados por Carlos Alvarado, son artífices de un universo sonoro que genera atmósferas ricas en complejidad. En 2010, el grupo presentó en el mercado una reedición de su disco por el 30 aniversario de su proyecto musical que continua hasta la fecha. Integrantes: Fabiola Simac (violín, voz, piano preparado); Uvarigh Alvarado (bajo, sintetizador y piano preparado); Carlos Alvarado (teclados, piano preparado). Invitados: Carlos Robledo (sintetizador); Carlos Vivanco (guitarra, cupfono, springbass). Luz de Riada. Fusiona jazz, rock y folk. El grupo es considerado una de las nuevas propuestas nacionales. Compuso la banda sonora para Ocho cuentos y siete fábulas inexistentes, historias que describen situaciones de la vida moderna. Integrantes: Ramsés Luna, Hugo Santos, Hugo Hernández y Guille del Castillo. Su primer disco debut es Cuentos y fábulas (2011). Por su parte, el crítico de música, Antonio Malacara, menciona que entre los múltiples contubernios que se han dado entre el rock y el jazz, destaca la propuesta de esta agrupación. “La fuerza de sus imágenes y el evidente riesgo en sus exploraciones sonoras convergen invariablemente en la cruda belleza de la vanguardia”.
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