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Sin duda alguna, al ciudadano común y corriente lo que menos le interesa hoy en día es el pago de impuestos, lo anterior no es ni ha sido ningún secreto en la historia de la humanidad porque siempre han existido dos motivos principales por los cuales no le gusta pagar impuestos al contribuyente; a) por la falta de transparencia, equidad y ética para su recaudación, por la aplicación final que se da de estos a las necesidades sociales de la población, b) y por el burocratismo espantoso que existe en las entidades de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (Sistema de Administración Tributaria, SAT), con la ausencia de reglas claras para el pago de contribuciones.
Al inicio de su administración en diciembre del 2006, el actual Presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa declaro “que pagar impuestos en México, era muy complejo y complicado”, también recientemente hace un par de semanas al enviar al Congreso Mexicano la propuesta de “reforma fiscal para el año 2007”, declaro en pocas palabras que el objetivo de esta reforma era encontrar una mejor equidad para que pagaran “quienes no lo hacen en el comercio informal” y “los que más ganan, es decir, los grandes contribuyentes, que no pagan lo que deberían de pagar, que ahora si pagarían?”. Si lo anterior es verdad, ¿a la mejor se podría presentar un cambio radical y positivo para el pago de impuestos?, pero quedaría pendiente “lo que siempre se ha descuidado”, la parte de la transparencia, ética y aplicación final de los impuestos, así como la del burocratismo de los procedimientos que utilizan en el Sistema de Administración Tributaria con reglas “no muy claras y tampoco sencillas para el pago de contribuciones.
Veamos con un simple ejemplo si realmente el gobierno federal mexicano puede motivar al ciudadano a pagar impuestos; supongamos que a una persona física asalariada (que trabaja con uno o dos patrones) se le olvida presentar su declaración anual del año 2005 por concepto de “salarios” (recordemos que cada año el SAT anuncia el monto que no se debe de rebasar, para que sea obligatoria una declaración anual), en este caso el SAT hoy le ofrece al contribuyente “un acierto institucional y una simulación” para que se cumpla con sus obligaciones, es decir, de una forma muy acertada usted puede acudir a una oficina del SAT y en las áreas de atención al contribuyente “por sistema y automáticamente” le pueden calcular su declaración anual entregándole al instante el formato para que pase directamente al banco a pagar su impuesto, ¿algo excelente que debería ser permanente, progresivo y motivante?
Pero sin embargo existe una segunda parte que es la negativa, la simulación, el engaño intrínseco y la desmotivación institucional al ciudadano, porque la Ley del “Impuesto sobre la Renta” legalmente le permite exentar el pago de recargos si usted paga y regulariza su situación voluntariamente con el fisco, ¿pero que cree usted?, que para obtener este beneficio tiene que cumplir y pasar por un burocratismo de requisitos espantoso y con mucha perdida de tiempo porque tiene que acudir varias veces a las oficinas del SAT, algo muy incongruente porque al final le conviene más al contribuyente pagar mejor los recargos, ¿ir varias veces al SAT le sale esto muy caro al contribuyente?, ¿es o no un juego tramposo de las autoridades hacendarias?, ¿donde esta la buena actitud, las facilidades, la motivación y las facilidades administrativas para que “todos paguen sus impuestos?, ¿por qué no se le permite también “en automático y por sistema” al contribuyente hacerlo con una sola visita a las instalaciones de las oficinas recaudadoras del SAT?, ¿porqué una parte fácil y la otra tramposa, complicada?
Reitero, mientras no haya reglas claras y una transparencia institucional de la hacienda pública hacia el contribuyente dándole las máximas facilidades para que cumpla con sus obligaciones fiscales, ¿difícilmente se motivara a éste a cumplir?, por estos motivos al ciudadano le es muy costoso cumplir y se ve obligado a contratar a contadores públicos y gestores para que realicen tramites burocráticos engorrosos. Por otro lado algo que jamás aceptara la población, es que no se apliquen los impuestos con ética y transparencia, es decir, para las necesidades sociales más elementales, hospitales, escuelas, seguridad, servicios públicos eficientes, etcétera,
Recordemos que en México un trabajador paga de impuestos “al menos” dos terceras partes de su sueldo y de los ingresos que pudiera percibir por trabajar lo cual es inmoral e injusto, le pongo un ejemplo y usted juzgue si es justo, legal y legitimo que una sociedad soporte tantas cargas impositivas; por ejemplo si usted gana de $10,000.00 a $20,000.00, paga aproximadamente de impuestos el 25% de su sueldo, “además” paga permanentemente por cualquier compra de bienes y servicios casi siempre el 15 % del “Impuesto al Valor Agregado”, “además” paga impuestos por todo lo que le rodea en su vida cotidiana, por tener su casa (impuesto predial), tenencia de autos, pago de agua, alcantarillado, derecho de aeropuerto, compra de cigarros, refrescos, contribuciones locales estatales, por turismo, etcétera, etcétera, ¿luego entonces?, ¿a donde queda el monto original del sueldo de un trabajador y cuanto le queda después del pago de impuestos?, ¿para quién trabaja y a quienes mantiene?
No es ningún secreto que una gran parte de los impuestos que pagan los mexicanos se gasta y despilfarra por ejemplo en costosísimas campañas políticas, en sueldos, gastos de representación y prestaciones de funcionarios públicos ejecutivos abusivos, situaciones que a la fecha están y siguen estando fuera de control porque sus aplicaciones se dan en forma desigual y a personajes que resultan permanentemente beneficiados “como los políticos”, todo a costa del trabajo de todos los contribuyentes, ¿y a cambio de qué?, por lo general la ciudadanía tiene pésimos servicios públicos en general, inseguridad, mala educación pública por estar corrompida por poderes fácticos (lideres sindicales corruptos que tienen secuestrada la educación nacional), etcétera, etcétera.
El Presidente de México, Felipe Calderón tiene un gran reto para aumentar la recaudación fiscal, pero para lograrlo primero debe de pugnar por dos cosas muy elementales ¿si realmente quiere lograrlo?, 1) darle las facilidades al contribuyente sin engaños y trampas fiscales administrativas como las que ya comentamos, 2) empezar a retirarle el presupuesto abusivo, inmoral e ilegal a conceptos, instituciones y personajes públicos que como sanguijuelas sangran al erario federal y a los mexicanos, porque si el Presidente quiere o pretende aplicar “un bien común para la población”, solo lo conseguirá si logra frenar ¿por lo menos? el incremento de la pobreza extrema que ya esta rebasando los 60 millones de mexicanos, porque en la practica ¿los que menos ganan, son los que mas pagan impuestos?, ¿y los que más ganan, además de pagar menos contribuciones al fisco, se les favorece siempre con permanentes lagunas en la Ley hacendaría ¿qué nadie ve? y con supuestas reformas fiscales?, un ejemplo de muchísimos son las exenciones de impuestos por la ventas millonarias de bancos, las actividades de las bolsas de valores, los regímenes especiales al transporte aéreo, etcétera, etcétera, luego entonces, ¿a quién beneficia las deficiencias administrativas del fisco, a los pobres que pagan más o a los ricos que pagan menos?
Por: Carlos Munguia Rodríguez
pluma_dorada1@hotmail.com
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11/9/07
Los impuestos, la sociedad y las reformas fiscales en México
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