“Parir Chayotes”

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Ø Se trata de una antología de poemas y canciones escritas por alumnos en los talleres Variaciones Sobre la Inteligencia y Acercamiento a la Palabra Escrita.

Ø “Es un ejemplo extraordinario de la creación a partir de la sabiduría métrica y la espontaneidad literaria”: Juan Villoro.

Se cantó el blues el día de hoy en la Escuela del Rock a la Palabra con motivo de la presentación del libro Parir Chayotes, una antología de textos trabajados en la escuela que dirige desde hace año y medio, el maestro rockanrolero de México, Guillermo Briseño.

Con la participación de Hebe Rosell, Eduardo Langagne y Juan Villoro, la presentación fluyó entre anécdotas y cátedras de cómo se escribe una buena canción de rock, desde José Alfredo Jiménez y Agustín Lara, hasta Jaime López y Bob Dylan, personajes de la música del siglo XX que han dejado una huella en la historia de la cultura rockera.

Eduardo Langagne señaló la importancia de la canción como un medio de expresión con nuevas posibilidades. “Parir Chatotes”, señaló “trabaja, por una lado, la vocación de una escritura limpia y nítida, y por el otro, trabaja en la necesidad que tiene el rock de letristas que sepan que es lo que están haciendo”.

Por otro lado, revaloró la canción como un testimonio histórico y como un género que permite mirar hacia atrás y analizar la historia, recordó la canción cubana y la canción de la Revolución Mexicana.

Hizo saber a los asistentes que todos los ritmos están dados en la historia de la canción siempre y cuando haya un manejo experto en la rima y la métrica. Cómo ejemplo, cantó una parte del Himno Nacional con la letra de la canción El último trago, de José Alfredo Jiménez, detalle que asombró y provocó la risa de los asistentes, entre los que se encontraban Paco Ignacio Taibo II y Jaime López.

Guillermo Briseño, apuntó que todos los textos que aparecen en la antología fueron creados por los alumnos en los talleres Variaciones sobre la inteligencia, impartido por él mismo, y Acercamiento a la palabra escrita, impartido por el maestro Jesús Antonio Frino, además mencionó que algunas canciones nacieron en el taller de voz de Hebe Rosell, gran cantante de blues, quien en su intervención aprovechó para mezclar textos de diversos pensadores con trabajos de los propios alumnos, a manera de “enclaves” que dirigían a un “tesoro”: Parir Chayotes, un esfuerzo de jóvenes que creen en el poder de una guitarra eléctrica y que se ha hecho tangible en las 108 páginas que conforman la antología.

Juan Villoro, por su parte, dijo que la importancia del rock y del libro que se presentó, habita en su radicalidad “no puede haber un rock de la conformidad, no puede haber un rock que diga: quiero cantar porque el mundo está perfecto. No. El mundo está mal hecho, quiero agregarle algo distinto y quiero transformarlo”.

Afirmó que el libro es un ejemplo extraordinario de la creación a partir de la sabiduría métrica y la espontaneidad literaria “incluye canciones que están ahí para ponerle una música, incluye décimas y sonetos, que son ejercicios literarios”.

Publicado por la Coordinación de Fomento a la Lectura de la Secretaría de Cultura, como parte del programa Letras en Rebeldía, cuyo propósito es acercar a los jóvenes a la lectura, Parir Chayotes está dividido en cuatro secciones: décimas, sonetos, canciones y otros textos, en donde la variedad de temas hace que la lectura del libro resulte atractiva.

La presentación del libro finalizó con un palomazo de blues ejecutado por alumnos y Guillermo Briseño, así como la lectura de algunos de los poemas que integran la antología. Resaltó la participación de Valente Viveros Álvarez, alumno de la Escuela del Rock y nombrado por Juan Villoro como El Lope de Vega de esta escuela, quien con sus poemas conmovió a la mayoría del público reunido.

Con Parir Chayotes, la Escuela del Rock a la Palabra se mantiene como una institución preocupada por preparar jóvenes que estén conscientes de la realidad social circundante, que conozcan las raíces de los orígenes de la música que ha derribado fronteras y, sobre todo, que escriban canciones bien estructuradas, inteligentes y llenas de blues.

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