Radio <<< >>> TV
Festivo concierto de la Orquesta Típica
para festejar el Día de las Madres
· Las mamás, algunas con hijos en brazos, aclamaron a la agrupación que, para agradecer el afecto del público, ejecutó dos piezas fuera de programa
· El coro de la agrupación deleitó a las festejadas con las tradicionales mañanitas
A diferencia de otras ocasiones, esta vez el concierto de la Orquesta Típica de la Ciudad de México no inició de lleno con una melodía, sino con un aplauso emotivo para felicitar a las madres por la celebración del 10 de Mayo, incluidas aquellas que forman parte de la propia agrupación y que no dejaron de asistir al Centro Cultural Ollin Yoliztli a ejecutar sus instrumentos.
Luego vino la música, que despertó aplausos espontáneos como borbotones de agua. “Mamà, mamá”, se oía de pronto. O también, de entre las butacas de la Sala Silvestre Revueltas, salía un leve chillido. Pero nadie se atrevió a lanzar un sshhhh… al fin que la presentación de la Orquesta era, justamente, para festejar a las mamás que acudieron al recinto de Periférico son dejar, en casa, claro, a sus hijos.
Con sus marimbas, salterios, arpa, bandolones y otros instrumentos de percusión autóctonos como el huehuetl, teponaztles y raspadores, además de los clásicos, los de la Orquesta Típica y su grupo coral hicieron lo suyo, como siempre, de manera magistral.
El “Concierto con motivo del Día de la Madre” inició con Sureñas, de Félix Santana. Siguió con el conocido vals Danubio Azul, de Johann Strauss; La Primavera, de Joaquín Berinstain; Popurrí Ranchero y Las Palomas, también de Félix Santana. Y concluyó con la polka Carmela, de Félix García; Ritmos Mexicanos, de Pablo María; y Sol de Mayo, de Félix Santana.
La emoción y los aplausos no se hicieron esperar, y fueron tantas las aclamaciones que el director artístico de la Orquesta, el maestro Jesús Galarza, volvió en repetidas ocasiones al escenario para agradecer el afecto del público, que de pie pedía oootra, oootra, y entre el cual había mamás con sus hijos en brazos.
Los integrantes de la agrupación fundada desde 1884 y reimpulsada ahora por la Secretaría de Cultura capitalina respondieron con dos piezas más. La primera de ellas fue, nada más ni nada menos, que las tradicionales mañanitas, donde el coro dirigido por el maestro Salvador Guízar Murillo mostró lo mejor de sus voces para deleitar a las madres, muchas de las cuales movían su cabeza de hombro a hombro para seguir puntuales el ritmo de la melodía.
Cuando todo parecía que iba a concluir, la Orquesta Típica de la Ciudad de México soltó el jarabe tapatío, con lo cual incrementó aún más el ánimo del público, al que no lo detuvo la lluvia y acudió al Centro Cultural Ollin Yoliztli para comenzar a festejar, desde esta tarde, el 10 de Mayo. El final del concierto fue realmente espectacular y sólo faltaron los juegos artificiales para completar el cuadro de verdadera fiesta.
“Fue hermoso”, “grandioso”, “bellísimo”, “fue un bonito regalo del Día de las Madres”, comentaron al salir de la Sala Silvestre Revueltas algunos de los asistentes, quienes habían disfrutado por poco más de una hora una más de las emotivas y espectaculares presentaciones de la Orquesta Típica de la Ciudad de México.
<<<regresar/home
0 comentarios:
Publicar un comentario