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Por: José Pedro Santiesteban Oliva
El parque Xcaret junto con los consejos de promoción turística de Cozumel y la Rivera Maya llevaron a cabo la celebración de la travesía que los antepasados mayas, celebraban cada año para rendir tributo a la diosa Ix-Chel y así solicitar y venerar a la diosa de la Luna con danzas, rituales, escenificaciones y tributos, por el buen viaje de los remeros que llevarán las peticiones y ofrendas por los cuatro motivos el de fertilidad de la tierra, el buen clima, la salud y la continuidad de la vida.
Mediante una investigación histórica auspiciada por el parque Xcaret, lograron recuperar todos los antecedentes y vestigios de la ceremonia ritual que se llevaba a cabo en esas tierras, por parte de los mayas. Una vez reconstruido todo este ritual histórico, ahora, lo han puesto a disposición delpueblo, para que participen y se involucren en tan importante ceremonia tanto desde el punto de vista de la gratitud a los dioses por todos los favores ofrecidos, así como para que los habitantes de la región se involucren y participen en una ceremonia que dará realce y motivo de visita turística a la zona.
La ceremonia, que se prolongó toda la noche del viernes, en las instalaciones de Xcaret, hacia donde se dirigió la procesión para entrar primero a la tierra sagrada de Ppolé y en la explanada del juego de pelota, en donde se proyectó un video de sensibilización sobre la importancia de la diosa de la Luna, Ix-Chel. Después se pasó a la ceremonia de peticiones y ofrecimientos a Ix-Chel. Más tarde se escenificó la Trabvesía Sagrada en una villa de pescadores y que gracias a la masiva participación de la población, se pudo lograr un escenario lleno de colorido, vestimentas, alimentos y decoraciones típicas al mínimo detalle. Una serie interminable de danzas alusivas a la fertilidad, el buen clima, la salud y la continuación de la vida. El ritual de la purificación mediante el proceso de sahumar las naves una a una, que tendrían que partir rumbo a Cozumel. Por desgracia las condiciones climáticas del lugar impidieron, por razones de seguridad, que las canoas preparadas para la travesía se tuvieran que limitar a una representación de la salida y guardar para mejor ocasión la representación completa.
Por la mañana del sábado, se intentó al menos seguir la trayectoria de las canoas en una embarcación prevista para auxiliarlos y alentarlos, sin perturbar el mar. Sin embargo, por las características de la embarcación y las condiciones climáticas, se tuvo que desistir y limitarse a realizar el trayecto en el transbordador que enlaza Cozumel con Playa del Carmen.
Ante la adversidad, en Cozumel, se llevó a cabo merced a unas canoas que allí quedaron varadas, pues ya se tenía completo el número de embarcaciones programadas para la travesía, y que sirvieron de entrenamiento a los competidores, una representación de la llegada de los remeros en sus embarcaciones para rendir tributo a la diosa Ix-Chel. Aunque cansados por lo prolongado de la ceremonia, que deberá de ser revisada para que cumpla con los dos objetivos, dar cumplimiento a un ritual ancestral y por el otro, servir de imán turístico para la región. Si esta ceremonia fue agotadora para quienes nos dimos a la tarea de cubrir el evento, no quisiera imaginar en que condiciones terminaron quienes participaron activamente en las tareas de escenificar toda la ceremonia.
Por la noche del sábado, en el bello parque popular de Chankanaab, a donde se nos llevó, se tenía preparado otro escenario en donde se rindió de nuevo tributo con danzas y rituales a la diosa Ix-Chel, lo más admirable a mi parecer consistió de la participación masiva, ordenada y mejor preparada de los integrantes de las diferentes comunidades de donde procedían quienes así integraron un mosaico multicultural, en donde sobresalió la comida, la bebida y la integración de todos los participantes, al tiempo que se dio la ocasión de convivir con los integrantes y degustar algunos platillos típicos que fueron el deleite de los asistentes.
Por la mañana del domingo, a partir de las cinco de la mañana, se iniciaron los prepartivos para realizar la travesía de regreso de Cozumel a tierra firme, en la zona de playa mamitas. Como solo se contaba con un reducido número de cayucos, se eligió que las tripulaciones que se habían preparado para la travesía, lo hicieran en relevos, lo que les permitió que su entrenamiento y las ganas de rendir tributo a la diosa, no quedaran frustrados. Así fue como lograron, aunado a la ayuda de las corrientes, tiempos reducidos para cubrir la travesía.
El clima inclemente durante los días de la celebración, por fortuna no fue obstáculo para garantizar el éxito de este espectáculo, que se enriquece gracias a la participación generosa de toda la población que pone el extra que se necesita para trascender.
En Cozumel, tuvimos la oportunidad de paladear algunas de las múltiples opciones culinarias que se ofrecen en la amplia variedad de buenos restaurantes con que cuenta la isla, preparada para recibir a todos los viajeros, tanto por la vía aérea como a través de los innumerables cruceros que llegan a tan paradisiaco lugar. Los hoteles muestran el diseño para atraer al turista de todas las latitudes y si a todo lo anterior sumamos la hospitalidad que caracteriza a los lugareños, tenemos todo el coctel para organizar una vacaciones inolvidables ya sea en plan familiar o en pareja.
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8/6/08
Travesía Sagrada Maya
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