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La Secretaría de Salud dio a conocer que en México, más de la mitad de la población mayor de edad se considera como bebedor, pero lo preocupante es el incremento en la prevalencia entre los adolescentes, niños y mujeres, pues en el grupo de varones de 12 a 17 años de edad aumentó de 27 a 35% entre 1998 y 2002, y de 18 a 25% en mujeres en el mismo periodo.
El problema del consumo de alcohol no es sólo el embotamiento y pérdida de la conciencia que produce su consumo excesivo lo más grave es la adicción que proviene de esto y las complicaciones que de ésta puedan surgir.
Cuando el consumo de alcohol se da en exceso se puede producir un padecimiento llamado cirrosis, una enfermedad que consiste en un endurecimiento del tejido hepático además de que se produce la debilitación o muerte de las principales células del hígado, los hepatocitos (los cuales son responsables de la detoxificación y de impedir que las sustancias tóxicas lleguen al cerebro). Normalmente el hígado sano es de consistencia blanda, a través del hígado se filtra toda la sangre.
Todo lo que comemos y bebemos se absorbe en el tubo digestivo y pasa a la sangre que, por medio de venas y arterias llega al hígado. En el hígado, las sustancias útiles se almacenan para después enviarlas a los tejidos donde hacen falta, otras, como los medicamentos y algunas sustancias de desecho, las mezcla en la bilis para salir del organismo por vía natural. La cirrosis no es exclusiva del alcoholismo, también se puede presentar a consecuencia de la hepatitis crónica.
Cuando la cirrosis no se trata de manera adecuada el paciente desemboca en una enfermedad más delicada como lo es la encefalopatía hepática, la cual se presenta cuando la función de los hepatocitos se altera, éstos no detoxifican la sangre de sustancias tóxicas que llegan al cerebro, lo que puede provocar desde alteraciones leves de conducta hasta el estado de coma.
La encefalopatía hepática no se manifiesta de forma repentina; comienza con pequeñas pérdidas de las funciones mentales como destrezas laborales y capacidad para conducir, cambios en el sueño, cansancio, olvido, falta de concentración y agresividad, e incluso puede provocar un tipo especial de temblor en las manos llamado asterixis. Merz Pharma ha encontrado que la combinación de dos sustancias (L-ornitina y L-aspartato) es de gran utilidad para apoyar el trabajo de depuración que debe realizar el hígado en pacientes con encefalopatía hepática.
La historia natural de la encefalopatía hepática no está bien estudiada. Sin embargo el análisis de los pacientes demuestra que con el tratamiento adecuado se pueden tener cifras de recuperación mayores al 20%, Mencionó el doctor Francisco López Fuerte, Jefe del departamento de Gastroenterología en el hospital General La Raza.
“La Cirrosis hepática y sus complicaciones constituyen problemas clínicos de alto impacto epidemiológico por su alta morbi-mortalidad. Se sabe que afectan a la población en edad productiva, es por ello que contar con un diagnóstico y tratamiento adecuados es muy importante para el paciente”, concluyo el especialista.
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22/7/08
Encefalopatía hepática, complicación de la cirrosis
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