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- 30% de los menores diagnosticados con autismo tienen deficiencia mental.
- Los niños autistas no pueden socializar, expresar sus afectos y entender los de otros.
El autismo es un trastorno mental provocado por diversas alteraciones neurobiológicas que impiden la interacción social de quienes lo padecen. Tiene una incidencia mayor en niños, pues afecta a 4 varones por cada niña. Este padecimiento, se manifiesta con déficit en áreas funcionales de los procesos de desarrollo y 30 por ciento tiene deficiencia mental.
Los niños con diagnóstico de autismo son incapaces de relacionarse con los demás, su capacidad del habla y gestos para comunicarse es limitada; tienen comportamientos y actividades típicos y repetitivos. Para ellos, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) brinda alternativas para su atención, mediante terapias psicosociales y tratamiento farmacológico.
El doctor Roberto de la Fuente Rodríguez, Jefe del Módulo de Salud Mental de la Unidad de Medicina Familiar (UMF) No. 22 del Seguro Social, explicó que el autismo es una enfermedad rara y poco frecuente, que registra una tasa de 2 a 5 casos por cada 10 mil nacimientos en población general.
Las señales de alerta, dijo, inician desde los primeros meses de vida, cuando los padres notan que no hay respuesta o reactividad del bebé hacia las manifestaciones de calor humano: si está acostado permanece sin moverse en su cuna, no responde cuando le ofrecen los brazos y cuando lo cargan no reacciona.
Otros síntomas típicos son: escasa capacidad para imitar o compartir, incluso rara vez sonríen. Se muestran pasivos y distantes, evitan el contacto social, tienen dificultad para comprender el lenguaje verbal y los gestos o identificar el tono de voz, tienen frecuentes fallas en la interpretación, puntualizó.
El especialista del IMSS añadió que estos niños no tienen capacidad para darle significado a esas diferencias; les cuesta trabajo captar o apreciar los sentimientos de los demás, así como los matices que se le da a la comunicación social y no pueden interpretar si otra persona está triste o alegre.
Señaló que después de los 6 meses, un bebé empieza a tener una reacción emocional normal, pero si los papás detectan un comportamiento diferente es vital llevarlo de inmediato con el médico familiar, quien después de revisarlo y realizar la historia clínica lo enviará con el especialista en psiquiatría, a fin de confirmar el diagnóstico y proceder con el tratamiento.
De la Fuente Rodríguez precisó que el objetivo de las terapias psicológicas que se ofrecen en el IMSS, está enfocado al tratamiento conductual para controlar los síntomas, promover las interacciones sociales, aumentar su capacidad para ser acertado en sus acciones, facilitar la exploración del mundo y fomentar las habilidades de adaptación.
En cuanto al tratamiento farmacológico, aclaró que no hay ningún medicamento que disminuya o controle el padecimiento por sí mismo, ya que su utilidad está dirigida a los síntomas más relevantes, por ejemplo conductas perseverantes o repetitivas, que en materia de salud mental se conocen como obsesiones y compulsiones.
Por ejemplo, repetir lo mismo por tiempo prolongado, lavarse las manos frecuentemente, tener depresión, ser agresivos o impulsivos, presentar conducta destructiva, tener convulsiones, hiperactividad o hipoactividad, lo que amerita el uso de medicamentos para estas manifestaciones.
De acuerdo con su experiencia clínica, el Jefe del Módulo de Salud Mental de la UMF No. 22 del Instituto, refirió que se ha demostrado que con tratamiento, algunos niños logran la capacidad de lenguaje aunque de manera rara; pues en lugar de decir tengo hambre o sueño se refieren a sí mismos en tercera persona: Juan tiene hambre o tiene sueño. O en lugar de decir: “mamá dame de comer”, dicen “dale a Juan de comer” o “carga a Juan”, por ejemplo.
También presentan dificultad en las funciones imaginativas y simbólicas que se usan en el juego, porque no saben cómo jugar ni cómo usar los juguetes. Los comportamientos repetitivos generalmente son en su persona: balanceo, giros, mueven sus dedos o manos, o hacen como si contaran dinero, actividades que pueden transcurrir por horas.
Algunos pacientes con autismo tienen déficit cognitivo, presentan deficiencia mental. Las estimaciones indican que 30% de ellos lo tiene leve, moderado o grave. Aunque su capacidad intelectual es inferior al promedio, hay quienes desarrollan cierta habilidad especial o inusual, como en matemáticas, música, dibujo o aritmética.
El doctor de la Fuente Rodríguez se refirió a los factores genético y biológico como causa de autismo. Del primero explicó los casos de gemelos monocigóticos -que vienen de la misma célula-, en el que si uno tiene autismo, el hermano tiene hasta 36% de posibilidad de padecerlo; pero en los gemelos bicigóticos (que cada uno viene de su propia célula), el porcentaje es de hasta 2% de probabilidad.
Respecto a los factores biológicos, expuso que en el proceso de formación en el segundo trimestre del embarazo, pudiera haber alguna alteración a nivel del sistema nervioso central, cambios en la disposición de los circuitos cerebrales, anomalías en lóbulos frontal, parietal, y en centros internos, diferencias anatómicas y en las sustancias conocidas como “neurotransmisores” -dopamina y serotonina-, sobre todo en el lóbulo frontal, tálamo y cerebelo, que son partes internas; así como infecciones intrauterinas.
Aún no hay forma de prevenir el autismo porque no se sabe cuándo se va a manifestar. Sin embargo, el especialista del IMSS aconseja a los papás estar atentos y cuidadosos con el desarrollo de sus bebés, porque un niño demasiado tranquilo, que no responde a estímulos afectivos, puede indicar que algo estuviera pasando en él, por lo que reiteró llevarlo con el médico de manera oportuna.
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9/11/09
Autismo, enfermedad rara que impide interacción social; los hombres la padecen 4 veces más
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