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Por Héctor Medina Varalta
¿Cuántas veces has imaginado tener un encuentro especial con tu pareja? Y ¿cuántas más te has esmerado en cuidar los detalles para que todo sea perfecto antes, durante y después de la relación sexual? Pero, ¿te has puesto a pensar qué pasaría si en esos momentos de pasión sientes dolor en la zona íntima o si un desagradable olor te impide estar cómoda y disfrutar al máximo?
La satisfacción depende de varios factores
“La mayoría de las mujeres-comenta la Dra. Angélica Illescas-al imaginar un encuentro sexual con la pareja, echamos a volar la imaginación creando un ambiente especial y mágico para ambos, pero de acuerdo con los expertos en el tema, el disfrute del acto sexual depende de una infinidad de factores que van desde la personalidad hasta el estado de salud, pasando por la educación y el ánimo del momento. No obstante, existen situaciones que pueden llegar a confundirnos y a separarnos de la pareja, ya que se hacen presentes en el momento de mayor intimidad”.
Recomendaciones
De acuerdo con la gineco-obstetra, existen factores que causan irritación a nuestra zona íntima al momento de mantener relaciones sexuales. A continuación te enlistamos algunos de ellos y las recomendaciones para que te causen el menor daño posible:
*Lencería provocativa: Hoy en día existen en el mercado infinidad de prendas íntimas de diseño sexy destinadas a exaltar la sensualidad femenina. Sin embargo, el uso de encajes, tangas y materiales sintéticos irritan la zona genital e impiden transpirar a la piel haciéndola más propensa a infecciones. Esto no implica que debas privarte de usar este tipo de prendas, pero limita su uso sólo hasta el momento previo inmediato a tener encuentros sexuales y el resto del día procura ropa de algodón para dejar respirar la piel.
*Semen: El líquido seminal se caracteriza por tener un pH muy alcalino, mientras que el de la zona íntima femenina es ácido. Al momento que los espermatozoides entran en contacto con los genitales de la mujer alteran el pH y los dejan más propensos a infecciones, por lo que es recomendable después de tener relaciones sexuales, lavarse con un shampoo de higiene íntima externa a base de ácido láctico y lactoserum que ayudan a restaurar el pH.
*Flora de la pareja: Las mujeres contamos con una flora vaginal compuesta por bacterias o lactobacilos. Un equilibrio saludable de estos microorganismos en conjunto con el ácido láctico que de forma natural secreta el organismo, ayuda a prevenir enfermedades e infecciones por hongos y levaduras. Lo mismo ocurre en los hombres, quienes tienen su propia flora y al entrar en contacto con la de la pareja, altera el balance. Puede tomar algún tiempo para que el organismo de la mujer se acostumbre a esta nueva flora, por lo que el aseo externo con un shampoo como Lactacyd, que ayude a restablecerla de manera más rápida, es indispensable.
*Fricción: El acto sexual implica actividad física en la que principalmente hay una fuerte fricción en las zonas púbicas tanto del hombre como de la mujer. Estos movimientos repetidos, aunados al continuo roce con el vello púbico, provoca pequeñas excoriaciones o heriditas en la piel que requieren cicatrización. Lavarse inmediatamente después de tener relaciones sexuales ayuda a eliminar sustancias que impidan la rápida cicatrización y que en un caso extremo podrían provocar una infección.
*Manos: Las manos son transmisoras de una gran cantidad de microorganismos que pueden dañar el equilibrio de la zona íntima. Por tal motivo es importante lavarlas antes de tener sexo y después de haber tocado la zona anal, para evitar el traslado de bacterias de esta zona a la vagina o a la uretra. Para ayudar a prevenir un poco la introducción de microorganismos a la uretra es aconsejable orinar después de tener relaciones sexuales para barrer las bacterias e inmediatamente después limpiarse toda la zona con un shampoo de higiene íntima.
Recomendaciones después del acto sexual
“Sin duda existen otros factores-concluye la Dra. Illescas-que influyen en la salud íntima al momento de tener relaciones sexuales, por ello lo más recomendable es siempre lavarse adecuadamente los genitales después del acto sexual. Esto deberá hacerse con la mano, separando los labios menores y mayores para retirar todos los restos de sudor, semen y lubricantes. Para no irritar más la zona debe hacerse con agua tibia, no demasiado caliente y con un shampoo a base de ácido láctico y lactoserum como Lactacyd”.
La especialista también recomienda estar al tanto de cualquier cambio que se note en la zona y en caso de presentarse flujo de color amarillento o verdoso y mal olor, acudir de inmediato con el ginecólogo quien evaluará el cuadro para aceptar o descartar una infección.
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