Por: Héctor Medina Varalta
La costumbre de reproducir el nacimiento de Jesús en imágenes se originó en el siglo XIII, y fue por iniciativa de San Francisco de Asís; quien mientras predicaba por la campiña de Rieti, Italia, lo sorprendió el crudo invierno, haciéndole frente solo con unos harapos. Por fortuna se pudo refugiar en la ermita de Greccio. Era la Navidad del año 1223. Ya protegido del frío, San Francisco de Asís comenzó a orar rodeado de aquella paz del bosque y meditando la lectura del evangelista San Lucas, cuando de pronto, tuvo la inspiración de reproducir en vivo el misterio del nacimiento de Jesús en Belén. Dándose enseguida a la tarea de construir una casita de paja a modo de portal, en su interior puso un pesebre, trajo un buey y un asno de los campesinos del lugar e invitó a un pequeño grupo de ellos a reproducir la escena de la adoración de los pastores.
GDL se llena de luces
La doctora en letras hispánicas, Silvia Quezada es una de las más relevantes mujeres de letras quien se a distinguido por adentrarse tanto en el mundo de la narrativa como en el de la preceptiva. Asimismo, en el ensayo crítico de obras y autores. Quezada a escrito varios libros: Gris de lluvia, De Fiesta Por Jalisco, Rutas de la Literatura Mexicana, Blanco y negro (infantil y bilingüe: español-náhuatl), Rebeca Uribe: máscaras sin fortuna, Nombrar de nuevo, entre otros. En entrevista exclusiva para Mundo Inmobiliario, la talentosa escritora comenta que desde hace unos 50 años, Guadalajara ha querido ser una ciudad navideña, por eso se llena de luces en sus avenidas y en ocasiones, en casi todos sus aparadores. Al principio, los alumbrados tenían la función de aclarar las calles, para que las personas visitaran a sus familiares y amigos con mayor seguridad.
Ilusión infantil
“Este ambiente de fiesta-resalta- resulta a veces inesperado: hace unos días fui a cenar al jardín de El Santuario y de pronto, de un camión rojo saltó un oso blanco, un reno, y duendes. El grupo estuvo conviviendo con los niños, mientras se oían alegres canciones. Fue un momento muy bello, de gran ilusión para los niños. Confieso que cuando escucho ese camión, corro al balcón de mi casa, que da a la Avenida Federalismo, para llenarme por un minuto de algarabía”.
Origen del villancico
En el año 2000 Quezada acudió a un concurso de villancicos organizado por la comuna tapatía. Esos conciertos han sido una realidad en el interior de los templos principales de la ciudad y en algunos de sus museos. “De niña, mi abuela me llevaba al templo de El Buen Pastor, donde voces de todas las tesituras se unían para entregarnos un concierto ensayado durante meses”.
El villancico fue llamado en su origen musulmano, zéjel. Los poetas populares españoles tenían gran predilección por esta forma, sobre todo al ser rimada.
Los árboles de Navidad
Cada vez más la gente busca árboles con raíz, para retornarlos con esperanza al bosque, una vez transcurrido el 6 de enero. La costumbre de traer un árbol de navidad a la casa en países con nieve como Escandinava, que fue el sitio donde surgió esa tradición. Tanto ha cambiado, que ahora el árbol no solo no luce esferas, sino toda clase de añadidos.
Los nacimientos
En Guadalajara, todavía pueden verse gigantescos nacimientos, como el que se pone en la esquina de Puebla y Garibaldi. Una idea es visitar los alrededores de los templos, ya que los vecinos más apegados al cristianismo celebran junto con su comunidad el nacimiento de Jesús. “Los nacimientos más completos-concluye- pueden verse en Oaxaca y Michoacán, a pesar de la gran influencia de población indígena, quienes curiosamente no sólo adoptaron, sino mejoraron la decoración alusiva”.
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