- Este padecimiento afecta a una de cada tres mil 500 personas y es más frecuente en varones que en mujeres
- Las primeras manifestaciones, como dificultad para ver bien de noche, se presentan en infancia y adolescencia
- Es de origen hereditario y de no atenderse oportunamente, ocasionará grave daño a la retina
La pérdida sin razón aparente de la visión, sobre todo la dificultad para ver de noche y de la visión periférica, son síntomas de la retinosis pigmentaria, explicó la doctora Sandra Navarrete Betancourt, cirujana oftalmóloga del Hospital General de Zona (HGZ), con Unidad de Medicina Familiar (UMF) número 26, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Agregó que el afectado puede llegar a tener sensación de visión de túnel o ver muy borroso, síntomas de un conjunto de enfermedades oculares crónicas, de origen genético, con carácter degenerativo y que se agrupan bajo este nombre.
Se caracteriza por una degeneración progresiva de la estructura del ojo sensible a la luz, la retina, que poco a poco va perdiendo las principales células foto receptoras que la forman, los conos y los bastones.
Es la disminución lenta pero progresiva de la agudeza visual, que en las primeras etapas afecta predominantemente la visión nocturna y el campo periférico, aunque se mantiene la visión central.
Los principales síntomas en las primeras fases, especificó la cirujana oftalmóloga del Seguro Social, son: ceguera nocturna, la cual comienza a manifestarse como escasa capacidad de adaptación a la oscuridad o pérdida de visión en lugares poco iluminados.
Además, el campo visual se reduce progresivamente, dando lugar a lo que se conoce como visión en túnel, cuando el enfermo debe girar continuamente la cabeza para observar lo que se encuentra a su alrededor, ya que la visión central es generalmente la última en afectarse, la que tratan de utilizar más los pacientes.
El principal problema con estas manifestaciones, destacó la especialista, es la ausencia de dolor, debido a que no hay ningún componente inflamatorio, por lo que algunas personas pueden considerarlas como pasajeras y no acudir al médico a los primeros síntomas.
Con el paso del tiempo aparecen nuevos síntomas, como disminución de la agudeza visual, al verse afectada la mácula --zona que proporciona la visión fina--; destellos de luz (llamados fotopsias) y en las fases avanzadas, dificultad para la percepción de colores y ceguera --no percepción de luz--.
Las primeras expresiones de la retinosis pigmentaria suelen tener lugar en la infancia o la adolescencia y, por lo general, tiene carácter bilateral (ambos ojos). Afecta, en promedio, a una de cada 3 mil 500 personas y es más frecuente en varones, que representan el 60 por ciento de los casos, considerada como la primera causa de ceguera de origen genético en la población adulta.
El tratamiento que el IMSS otorga a los derechohabientes con este problema dependerá del estado de su visión. Por lo general, primero se receta el uso de lentes, a veces con espejos y telescopio. En algunos casos, pueden prescribirse vasodilatadores y anticoagulantes. Sin olvidar que la enfermedad a pesar de estos cuidados en algunos pacientes seguirá progresando, de ahí la importancia de acudir al oftalmólogo para su vigilancia.
Dado que esta enfermedad inicia por lo general en la infancia, la cirujana oftalmóloga Sandra Navarrete Betancourt recomendó a los padres de familia estar atentos a cualquier alteración de la visión en sus hijos, para que sean atendidos por un especialista y reciban ayuda oportuna.
A los pacientes con este problema de la visión se les recomienda proteger sus ojos de la luz solar; eliminar el hábito de fumar y la ingesta excesiva de bebidas alcohólicas y café, además de llevar a cabo una dieta rica en frutas y vegetales, disminuyendo el consumo de grasas animales y sal. Por supuesto, realizar ejercicio físico de forma cotidiana para ayudar a incrementar el buen funcionamiento de todo su cuerpo.
regresar/home
0 comentarios:
Publicar un comentario