El Ángel Perdido es una novela de intriga, misterio y acción, que arranca en Santiago de Compostela y desemboca en la frontera de armenia entre Armenia Irán y Turquía; transcurren setenta y dos horas, y cuenta la historia de una restauradora que está trabajando en la Catedral de Santiago de Compostela, que recibe la noticia de que su marido, un climatólogo de origen norteamericano que está siempre viajando por el mundo, ha sido secuestrado en Turquía. La razón del secuestro es porque sus secuestradores quieren obtener dos piedras que ellos recibieron de regalo el día de su boda, son dos piedras que fueron utilizadas en los siglos XVI Y XVII por un mago de la corte de Isabel 1 de Inglaterra para comunicarse con los ángeles. “Lo curioso del caso-admite Javier Sierra, autor de este libro-es que las piedras existen realmente; esta es una historia sobre esas piedras: una de ellas se conserva en el Museo Británico de Londres, el personaje en cuestión, el mago al que yo me refiero también existió, es un personaje importante de aquella época, se llama John Dee. La novela termina desembocando en una región del mundo donde se cree que fue a parar el arca de Noé: el Monte Ararat, una cumbre de 5 mil 165 metros de altura cuando acabó el diluvio universal, es donde se desarrolla la parte final de la novela, que para reconstruir los hechos tuve que organizar una expedición de Alta Montaña para explorar toda aquella región. Por lo tanto, es una novela muy bien documentada, con muchas referencias a aspectos históricos, pero sobre todo, es una novela de acción, de intriga, con algo de espiritualidad y mucho misterio.”
El diluvio universal desarrollado en la novela
El tema de fondo, es por qué en el mundo antiguo era “fácil” comunicarse con Dios o con los dioses, pues tenemos historias de todo tipo de instrucciones recibidas de los dioses, bien sea, para construir un arca o para cualquier otra cosa, y por qué en la actualidad en la que vivimos en la era de las comunicaciones, eso no existe; es una confrontación entre materia y espíritu, entre lo tangible y lo invisible. Es decir, se reflexiona mucho, se reflexiona bastante a lo largo de la novela sobre estos particulares.
Javier Sierra, comentó algo muy importante acerca del escritor y ex jesuita Salvador Freixedo: “Salvador da, incluso, un paso más allá: el sugiere que todos los dioses del pasado eran una especie de creaturas extraterrestres que nos quieren manipular y utilizar a su antojo. Yo no llego a tanto desarrollo, en mi novela, en ese sentido, pero si apunto una cosa muy interesante: la figura de los ángeles que aparecen en varios momentos a lo largo de la novela, es una figura común a todas las grandes religiones, a todos los cultos del pasado, y en el caso del cristianismo o del judaísmo, cuando son descritas estas figuras en el Génesis, son descritas como figuras de carne y hueso, no como entidades espirituales. Como personas, como usted y como yo, que de repente comen, beben, tienen relaciones sexuales con mujeres; y de ahí surge, incluso, una estirpe de la mezcla de los hijos de Dios y de las hijas de los hombres, que es condenada por Dios y que es el origen del diluvio universal; Dios quiere exterminar la raza porque ha habido una contaminación genética de algún modo. Ese aspecto me ha llamado mucho la atención y lo desarrollo a través de la novela.”
El contactismo
Para los lectores de este tipo de temas y de misterio, esta es la obra perfecta, Sierra lo asegura porque viene de ese mundo. Es decir, antes de haberse lanzado al mundo de la novela él fue director de la revista Más allá de la Ciencia, en España, fue director de programas de radio y televisión relacionados con enigmas de la historia y de la ciencia, y por lo tanto, su conocimiento de ese mundo es haberlo investigado. Sierra saltó a la novela porque después de tantos años ejerciendo ese tipo de periodismo y haber investigado tantos enigmas del pasado, al final lo único que un escritor le puede ofrecer a sus lectores son interrogantes. Así que, Javier Sierra utiliza la ficción para proponer respuestas a algunas de esas interrogantes, y hacer que el lector piense con su cabeza, más no en cabeza ajena. Otro punto muy interesante y muy complejo que el escritor abordó, fue el tema del contactismo. “Es verdad que en algunas personas hay una fuente de información muy sorprendente que excede las capacidades mentales e intelectuales de la persona que recibe toda esa información, pero también es muy cierto que, al final, la mente actúa como un filtro y termina contaminando aquello que está procesando, por lo cual, nunca sabremos por desgracia cuan fidedigna es toda esta literatura revelada a los canalizadores”
El libro de Mormón
El Ángel Perdido habla también de El Libro de Mormón, texto sagrado de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos Días, sobre todo, acerca de este asunto de las piedras para comunicarse con Dios o con los dioses no es ajeno a ninguna cultura. Los musulmanes, por ejemplo, rezan cinco veces al día en dirección a la Meca, venerando una roca meteorítica que es la Kaaba; las Tablas de la Ley que recibe Moisés en el Monte Sinaí, son dos piedras que coloca dentro del Arca de la Alianza y que le sirve para invocar a Yahvé durante el éxodo, pero hay un punto más que conecta con los mormones: cuando Joseph Smith recibe el famoso libro de oro donde está escrita la historia de la humanidad, ese libro está escrito en caracteres indescifrables, y él lo logra traducir utilizando dos piedras que el llama Urim (en hebreo, luces) y Tumim (recipientes), que se supone que son de la tradición judaica del Templo de Salomón. “Esa historia de las piedras-complementa-como elemento comunicador, me parecen, muy provocativa, muy interesante, es el eje de El Ángel Perdido, y lo consideré eje, porque recordé algo que todos recordaran: las primeras radios modernas estaban conectadas a piedras, eran las radios de Galena. Se conectaba el amplificador a una roca de cristal que captaba la señal radiofónica; Marconi las desarrolló a partir de eso. Esto es muy interesante porque nos obliga a preguntarnos, especialmente a mi como escritor: ‘¿Y si esas otras piedras sagradas servían para comunicarse con los dioses hubiesen sido una especie de prototipos de radio?’ ¿No es cierto que ArthurC.Clarke, uno de los padres de la ciencia ficción, dijo que ‘para una civilización poco desarrollada cualquier tecnología superior sería indistinguible de la magia?’ “Es decir, a lo mejor todos esos pueblos del pasado, contándonos piedras comunicantes, nos estaban diciendo que ellos poseían una clase de tecnología heredada que no sabían muy bien interpretar, y a partir de ese punto es donde sale mi narración.”
Neil Armstrong se fascinó con la Historia de la Cueva de los Tallos
La verdad o el origen de El Libro de Mormón nunca la sabremos porque el texto desapareció, pero de acuerdo al autor, hay una historia muy interesante que lo conecta con La Historia de la Cueva de los Tallos en Ecuador. Resulta que en los años 60 empezó a correr la información de que en una cueva, en un sistema de galerías subterráneas muy profunda en Ecuador que se conoce como la Zona de los tallos, habían aparecido unas planchas de oro llenas de inscripciones extrañas, y un sacerdote de Cuenca las había estado coleccionando. Esas planchas se supone que pertenecían a una biblioteca de alguna civilización antiquísima que contaba la historia de la humanidad, sea cierto o no, lo curioso es que el tercer libro fue muy polémico, pero muy famoso de ErikErich von Däniken, que se titula El oro de los dioses hacia alusión a estas planchas. Un personaje muy famoso se fascinó con esta historia hasta el punto de participar en una expedición a esas cuevas para buscar la biblioteca, su nombre es Neil Armstrong, el primer hombre que puso el pie en la luna.
Trayectoria
Javier Sierra (Teruel, 1971) es el único autor español contemporáneo que ha logrado situar sus novelas en el top ten de los libros más vendidos en Estados Unidos. Sus obras se traducen a más de cuarenta idiomas y son fuente de inspiración para muchos lectores que buscan algo más que entretenimiento en un relato de intriga. En su haber figuran títulos como La Cena Secreta (publicado en 43 países, La dama azul (editado en otros 20), La ruta prohibida, En busca de la edad de oro, Las puertas templarias, Roswell: Secreto de Estado, La Espada extraña o El secreto egipcio de Napoleón
Mayor información en www.elangelperdido.comwww.elangelfrio.com.mx y www.javiersierra.com
Por: Héctor Medina Varalta
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