***La Galería Juan Soriano de la
Biblioteca de las Artes abre sus puertas al pintor chihuahuense para exhibir 24
obras creadas entre 1985 y 2011
***Domínguez es considerado un
artífice de los sueños, la magia y las tentaciones
***La muestra permanecerá en
exhibición hasta el 26 de agosto de 2012
México, D.F., miércoles 30 de
mayo de 2012.-Benjamín Domínguez (Chihuahua, 1942) es considerado un artífice
de los sueños, la magia y las tentaciones. Es un artista insatisfecho con la
realidad, un pintor que la trastoca y la recrea conforme a la textura de sus
propios proyectos. Así lo muestra El elogio de la mirada,
exposición que a partir de este miércoles 30 de mayo albergará la Galería Juan
Soriano de la Biblioteca de las Artes, del Centro Nacional de las Artes
(Cenart).
La muestra está integrada por 24 obras excelsas creadas entre 1985 y 2011, en
las que Benjamín Domínguez introduce al espectador en su mundo lleno de
sensibilidad y pasión por las figuras del pasado. Un ejemplo es la serie
inspirada en el cuadro El matrimonio Arnolfini, del pintor
renacentista Jan Van Eyck (1396-1441). A partir de esta obra, Domínguez pintó
20 variaciones en las que traslada a la modernidad a una pareja que vivió en el
año 1434 y hace que se amen, se odien y se destruyan.
Aunque el maestro Domínguez inició su carrera como un pintor abstracto
—corriente que trabajó durante casi 10 años—, su verdadera pasión ha sido
realizar una revisión posmoderna del barroco. Ahora es respetado como uno de
los neoclasicistas más modernos del país.
A los 20 años de edad ingresó a la Academia de San Carlos en la ciudad de
México, donde estudió grabado con el maestro Francisco Moreno Capdevilla y
pintura con Roberto Garibay, Héctor Cruz, Nicolás Moreno y Antonio Rodríguez
Luna. Su formación estuvo marcada por dos movimientos antagónicos: el realismo
y la abstracción.
Un día, cuenta el artista, tras visitar la National Gallery of Art, en
Washington, fue testigo de la fascinación que despertaba en el público una
obra: La pesadora de perlas, del pintor holandés Jan Vermeer. ¿Por
qué una pintura hecha hace más de 550 años tenía tanto poder de atracción? Ese
día dudó de todo lo que había hecho hasta ese momento y decidió regresar a las
enseñanzas de la Academia de San Carlos, a lo que él llama “la cocina del
arte”, es decir, la práctica del arte técnico, del manejo de los colores, de
los aceites, los barnices y toda la parafernalia que gira alrededor de un
neoclasicista.
Beatriz Vidal De Alba, directora de la Biblioteca de las Artes, recuerda que el
encuentro de Benjamín Domínguez con el barroco se dio en 1969, cuando entró a
trabajar al Museo del Virreinato en el área de museografía. Ahí tuvo la
oportunidad de estar cerca de las telas, brocados de seda, los marfiles, los
objetos de plata y sobre todo del arte virreinal. De esto surgen los temas que lo
dieron a conocer, como las monjas floridas, las alacenas y los ángeles
coloniales.
Para el creador, lo más satisfactorio es encontrar el equilibrio perfecto entre
el bien y el mal, el negro y el blanco, el hombre y la mujer, la soledad y la
abundancia. Considera que nunca como en otros tiempos el hombre se había
acercado interiormente al concepto del barroco, pues nunca había sido tan
complicado como lo es ahora.
“Cuando empecé a pintar las variaciones al cuadro de Van Eyck descubrí que está
ligado desde muchos puntos a lo actual. Ese cuadro de 1434 tiene conexiones que
no pensó el autor que pudiera tener con la literatura, con el cine y obviamente
con la pintura. Cuando empecé a hacer la primera pintura, leía La mujer
de arena, de Kôbô Abe, que es un libro increíblemente parecido al
cuadro de Van Eyck porque son un hombre y una mujer en un espacio
claustrofóbico, lleno de símbolos pero desde una perspectiva diferente.
“Todo esto me hizo pensar en las posibilidades que tenía el cuadro para moverlo
en el tiempo, todas las variaciones que se podían hacer en la misma habitación
y con la misma pareja, eso fue lo extraordinario: la movilidad del cuadro de
Van Eyck en el tiempo y en el espacio. Entonces me convertí en una especie de
voyerista. Yo me imaginaba estar dentro de la habitación y ver a la pareja
haciendo miles de cosas: amarse, odiarse, destruirse. Durante tres años hice
eso, sólo imaginar”, explica Benjamín Domínguez.
Las 20 obras creadas a partir del cuadro El matrimonio Arnolfinifueron
exhibidas por vez primera en 1985, en el Palacio de Bellas Artes. Desde
entonces, cuenta el artista, han viajado por toda la República Mexicana,
Estados Unidos y Europa. “Me gusta mucho llevarlas a todos lados, sobre todo a lugares
donde los jóvenes tienen oportunidad de platicar conmigo sobre las técnicas y
la influencia del arte antiguo en el arte moderno. Creo que cuando los alumnos
vean la obra y platiquemos, porque esa es la idea, podré hablar de técnicas
antiguas que ya no les enseñan en las escuelas. Esa es una aportación que puedo
ofrecer: la forma de ir al arte antiguo para rescatar el valor del arte
actual”.
La exposición Benjamín Domínguez, el elogio de la mirada será
inaugurada este miércoles 30 de mayo, a las 12:00 horas, en la Galería Juan
Soriano de la Biblioteca de las Artes del Cenart, ubicado en Río Churubusco 79,
esquina Calzada de Tlalpan, cerca de la estación del Metro General Anaya.
Permanecerá en exhibición de lunes a domingo, de 9:00 a 19:00 horas, hasta el
26 de agosto de 2012. La entrada es libre.
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