Estados Unidos comienza a dudar sobre
la incorruptibilidad de las fuerzas armadas de México en la lucha contra el
narco, aunque hay que demuestran que esto ya comenzó desde hace años
Por Enrique Huerta / Luces del Siglo
Cancún, Qna. Roo., a 7 de junio de 2012.-Las detenciones de los generales de división Tomás Ángeles Dauahare y Ricardo
Escorcia Vargas, así como del general brigadier Roberto Dawe González han desatado
toda una serie de reacciones. Sobre todo, desconfianza tanto de la población
como de las mismas dependencias gubernamentales nacionales e internacionales;
con señales claras que apuntan a que el Ejército mexicano se encuentra ya
infiltrado – no de hoy, sino desde hace ya varios años – por los distintos
cárteles.
Como reseñó el pasado miércoles, el influyente periódico The New York Times
(NYT) al dar a conocer que con las detenciones de Escorcia, Dawe y Ángeles, el
gobierno estadounidense ha comenzado a observar y a externar su preocupación
por la corrupción que la delincuencia organizada ha filtrado dentro de las
filas castrenses de su vecino del sur; sobre todo, porque semanas atrás
trascendió que ya la agencia antinarcóticos de Estados Unidos había alertado al
gobierno mexicano sobre los posibles nexos de los ex militares arrestados con
el cártel de los hermanos Beltrán Leyva.
El arresto del ex general Tomás Ángeles es todo un escándalo. Se encargó de las
áreas de inteligencia militar y operaciones contra el narcotráfico de diciembre
de 2006 a marzo de 2008, se desempeñó como agregado militar y aéreo en la
embajada de México en Estados Unidos, además, fue director del Heroico Colegio
Militar, así como del Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas
Mexicanas. Al principio del sexenio calderonista se le consideró como uno de
los aspirantes a dirigir la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Roberto Dawe González fungió en 2006 como comandante de la compañía del Cuartel
General del Cuerpo de Guardias Presidenciales.
Fantasmas del pasado
Hace unos días, César Gutiérrez Priego y Lilia Esther Priego, hijo y esposa del
general Jesús Gutiérrez Rebollo, respectivamente, acudieron al programa de
noticias matutino de Carmen Aristegui, en Noticias MVS, para denunciar la serie
de irregularidades que pesan sobre el proceso del general Jesús Gutiérrez
Rebollo, arrestado y procesado por enriquecimiento ilícito, acopio de armas y
vínculos con el crimen organizado en 1997, cuando era comisionado del Instituto
Nacional para el Combate a las Drogas de la Procuraduría General de la
República (PGR).
La familia dijo que hay varias irregularidades que se presentaron en el caso.
Una de ellas se da en 1995, cuando Rebollo dirigió la operación de
aseguramiento de 12 millones de dólares en efectivo en una aeronave en el
estado de Nayarit. El dinero lo entregó al general Tomás Ángeles Dauahare, en
ese entonces secretario particular del secretario de la Defensa Nacional, para
que lo entregara a su vez al general Enrique Cervantes Aguirre, titular de esa
dependencia. Durante dos años el dinero no apareció, sino hasta el proceso en
contra de Gutiérrez Rebollo.
Esta no es la única vez que dicha familia señala a Ángeles Dauahare como
agresor hacia ese clan, ya que César Gutiérrez Priego lo identifica así: “fue
uno de los individuos que nos atemorizó y amenazó cuando sucedió el asunto de
mi padre”; incluso detalla que su nombre clave era “Alfil”.
En 1997, Gutiérrez Rebollo habría declinado a asistir a la boda de León de
Jesús Zedillo Hernández, en casa de un lugarteniente de Amado Carrillo Fuentes,
a la que acudió la familia del ex presidente Ernesto Zedillo, incluso
custodiados por elementos del Estado Mayor Presidencial, además de los hermanos
José de Jesús, Adán y Luis Amezcua Contreras, que operaban en Colima y eran
conocidos como los “Reyes de las Metanfetaminas”.
Los familiares del militar reseñan que Jesús Gutiérrez Rebollo estaba
investigando la relación Zedillo-Amezcua, incluso que hay casetes de
conversaciones entre los Amezcua con familiares de Nilda Patricia Velasco
–esposa de Ernesto Zedillo, según revela este medio nacional.
Contaron a Aristegui que el general que se encuentra actualmente en el penal
“Del Altiplano”, dirigió tres operaciones para detener a Amado Carrillo
Fuentes, y que resultaron fallidos porque desde dentro del Ejército se alertaba
al capo de las acciones en su contra.
Sólo en una ocasión el general detuvo a Carrillo Fuentes, conocido como “El
Señor de los Cielos”, por posesión ilegal de armas, por lo que estuvo dos años
en la cárcel. Posteriormente, el narcotraficante recuperó su libertad.
Diplomacia ante todo
A pesar de los escándalos y de los rumores sobre la creciente infiltración del
narcotráfico en las filas del Ejército mexicano, Mark Toner, vocero del
Departamento de Estado estadounidense, admitió: “Estamos trabajando por medio
de la Iniciativa Mérida para fortalecer a las instituciones de México, con el
objeto de que puedan afrontar estas acusaciones de corrupción”.
“Para algunos (funcionarios) estadounidenses, los arrestos confirman la vieja
preocupación – de la vulnerabilidad a la corrupción – del Ejército, que ha
despertado otra vez preocupaciones sobre qué tan cercanamente está ligado al
cártel (de los Beltrán Leyva)”, detalla el artículo de The New York Times.
“Ahora, varios funcionarios y ex funcionarios de Estados Unidos sostienen que
el arresto de tres generales y un teniente coronel, acusados de agregar a sus
salarios ingresos provenientes del trasiego de drogas, ha sacudido a la
institución marcial”, subraya el rotativo neoyorquino.
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