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Música, luz y desnudez, “el objetivo es enfocarse en los cuerpos desnudos, con
la intención de no tener un artificio que oculte sus esencias”, ha declarado el
experimentado coreógrafo
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Se presentará en el Palacio de Bellas Artes (Eje Central y Avenida Juárez) el
jueves 26 de julio, a las 20:00 horas, junto con El Escote de Adriana
Castaños, Tres puntos suspensivos de Mauricio Nava y Retrato de
Rolando Beattie
Música,
luz y desnudez, ningún otro elemento que distraiga en la escena, acaso un rojo
intenso sobre el suelo, que enmarca todo movimiento. El objetivo es enfocarse
en los cuerpos desnudos, con la intención de no tener un artificio que oculte
sus esencias, ha declarado el experimentado coreógrafo Marco Antonio Silva,
autor de Aquello que en el alma hace silencio, coreografía
que integra el programaFrecuencias Abiertas (Voces, rostros y recorridos;
las danzas de la danza contemporánea mexicana) delCentro de
Producción de Danza Contemporánea (CEPRODAC) y que se
presentará en el Palacio de Bellas Artes (Eje Central y
Avenida Juárez) el jueves 26 de julio, a las 20:00 horas.
De
acuerdo con el coreógrafo (Premio José Limón 2012), Aquello que en
el alma hace silencio, parte de dos premisas, la frase de Octavio Paz
que dice: “El mundo cambia cuando dos se miran y se reconocen” y “No más
sangre”.
Michel
Maffesoli en su libro Elogio de la razón sensible había
ya señalado a mediados de los 90 la necesidad de recuperar en la esencia humana
del conocimiento, de los movimientos sociales, de la razón misma la exploración
del universo femenino. Muchos antes o después han desarrollado este discurso
que parece tener una vigencia especial hoy día, sobre todo en un país donde la
violencia se ha hecho cotidiana.
El
reconocimiento cifrado por Paz, a través del acto de mirar (más allá de las
apariencias) es para Silva adentrarse en la intuición. Él Señala: “La consigna
es explorar el alma femenina de siete varones, y dentro de esa alma femenina,
la fortaleza que ésta representa para ellos”.
Así,
Silva teje un discurso de sutilezas, hallazgos, pautas, que van de la mano con
la necesidad de mostrar que hay una unidad indivisible en todo ser, la cual se
integra de contrarios y que el mundo puede ser mejor si ambos están en
equilibrio. Que encontrar esos contrarios, reconocerlos, y equilibrarlos
representa la posibilidad de la libertad, de respirar y ver la maravilla de una
noche estrellada y profunda.
Marco
Antonio Silva lo ha descrito así: “Siete cuerpos masculinos en búsqueda
de su voz femenina, templando sus fuerzas entre ellos. Siete gladiadores en
contacto con su fuerza amazónica que se confronta a través de la luz y la
sombra de trazos oníricos inspirados en la imaginación de Leonora Carrington.
Siete seres humanos despojados de artificio, desnudos ante la azarosa
fragilidad del sueño, ante la incertidumbre de la cotidianeidad. Cuerpos que
beben sol y luna, asombrados de alegría y melancolía, cuerpos enamorados y
abandonados en el camino… cuerpos visibles que revelan lo invisible. Siete
notas para una canción silenciosa”.
El
haber sido invitado por el Consejo Artístico del CEPRODAC y su director el
coreógrafo Raúl Parrao, con el fin de realizar una coreografía, para Silva
resulta especialmente significativo: “Considero que la iniciativa del CEPRODAC
iniciará un antes y un después en la historia de la danza contemporánea
mexicana, puesto que es un proyecto encabezado por Raúl Parrao y permitirá una
mayor apertura, mayor audacia, mayor rigor para los bailarines y una capacidad
de parte de las instituciones de sumarse a iniciativas como ésta, de
vanguardia, investigación, exploración y creación”.
CENTRO
DE PRODUCCIÓN DE DANZA CONTEMPORÁNEA
Con
la participación de bailarines, coreógrafos, productores y maestros
provenientes de trece entidades federativas del país, el Centro de Producción
de Danza Contemporánea, del primero de septiembre del 2011 a la fecha, ha
logrado cumplir con su propósito como espacio abierto para la creación e
investigación de la danza contemporánea en México, bajo la dirección del
coreógrafo Raúl Parrao.
El
CEPRODAC ha dotado a los creadores participantes (todos interpelados
por convocatoria y seleccionados por un Consejo Artístico o bien por invitación
específica avalada en una reconocida trayectoria) de las condiciones
necesarias, tanto de producción --entre las que se cuentan
diseñadores de vestuario, iluminación, videoastas, músicos y escenógrafos--,
como teniendo a su disposición bailarines de gran capacidad técnica
e interpretativa, que han sido seleccionados y poseen estabilidad
económica. Todos estos son elementos que los grupos independientes de danza
contemporánea poseen de manera limitada.
Así,
ha sido posible que los artistas participantes lleven a escena obras
coreográficas que son el resultado y responsabilidad de su exploración
coreográfica y los procesos de investigación que han llevado a cabo con los
bailarines del CEPRODAC.
Junto con la
coreografía Aquello que en el alma hace
silencio, se presentarán también El Escote de Adriana
Castaños, Tres puntos suspensivos de Mauricio Nava y Retrato de
Rolando Beattie. Todas son obras de reconocidos creadores de danza
contemporánea.
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