- El IMSS ofrece medidas preventivas, diagnóstico,
tratamiento e implementa políticas para inhibir su consumo.
El tabaquismo es actualmente la primera causa de invalidez y muerte
prematura, afirma la Organización Mundial de la Salud, y es responsable de diversas
enfermedades, principalmente de tipo respiratorio, cardiovascular y cáncer; las
más comunes: bronquitis crónica, enfisema pulmonar y cáncer de pulmón, mientras
que a nivel de corazón provoca afección isquémica (infartos) y enfermedades
vasculares cerebrales (embolias).
Francisco Raúl Sánchez Román, jefe del Área de Vigilancia y Promoción a
la Salud para trabajadores del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), de
la Coordinación de Salud en el Trabajo, advirtió que se han reportado más
padecimientos asociados al consumo de tabaco: cáncer de estómago, páncreas,
hígado, colon, vejiga y hasta de mama y cérvico uterino; degeneración macular
(causa ceguera), cataratas y aumento de presión intraocular; disfunción eréctil,
problemas neurológicos (Alzheimer) y psiquiátricos (depresión y esquizofrenia).
Afirmó que el tabaquismo debe considerarse una enfermedad por los
diversos padecimientos que ocasiona de manera directa o indirecta, “con el paso
del tiempo y los estudios médicos y epidemiológicos que se realizan, nos hemos
dado cuenta de que los efectos a la salud de las personas es devastador, y no
sólo al que fuma, sino también a quienes conviven con el fumador”.
El especialista explicó que en el humo de tabaco se han detectado más de
cuatro mil sustancias nocivas, “al menos 60 están asociados con cancerígenos humanos,
entre las más conocidos el benceno, níquel, arsénico, cianuro de hidrógeno y
alquitrán; también tiene sustancias tóxicas como monóxido y bióxido de carbono,
DDT, propano o amoniaco, e incluso productos radioactivos como el polonio, esto
por el tratamiento químico que se le da al tabaco al formar los cigarrillos”.
Sánchez Román destacó que el Seguro Social realiza estudios
especializados, como la espirometría, para el diagnóstico de los padecimientos
que provoca el consumo habitual del tabaco, por lo que recomendó que la
población que se expone al humo del cigarro debe estar atenta a síntomas como tos,
flema constante, dificultad para respirar, infecciones frecuentes de vías
respiratorias e incluso pérdida de peso y fatiga inexplicable.
El especialista indicó que el IMSS aborda no sólo lo curativo al tabaquismo
y las enfermedades que causa, sino también el área médica y de enfermería
mediante el Programa PrevenIMSS que cuenta con una estrategia de educación a la
salud, en la que mediante pláticas en Unidades de Medicina Familiar y en
escuelas de educación básica, media superior y superior, se promueven estilos
de vida saludable y se informa de las consecuencias de fumar.
Asimismo, señaló que IMSS libre de
humo de tabaco más que un programa, es una política institucional que tiene
la finalidad de declarar a todas las unidades médicas, sociales y administrativas
del Seguro Social libres de humo de tabaco, “lo que motivó la creación de esta
política, que tiene su origen en las disposiciones del Convenio Marco de la
Organización Mundial de la Salud para el control del tabaco, a fin de
establecer la prohibición para fumar en el interior de las instalaciones”.
Añadió que entre los beneficios que se han obtenido está el proteger a
los no fumadores que corren los mismos riesgos a la salud que los activos;
disminuir el consumo de tabaco, así como el riesgo de incidentes por conatos de
incendio, ofrecer opciones de prevención y tratamiento y mejorar la imagen
institucional ante los derechohabientes, al ser una institución de salud.
A esto se suma, dijo, que el Seguro Social tiene convenio con otras
instituciones como los Centros de Integración Juvenil y Centros Nueva Vida para
promover medidas preventivas y tratamiento a trabajadores del Instituto y sus familias.
“También de manera importante participa el área de Bienestar Social en sus
Centros de Seguridad Social y Unidades Deportivas en la disminución y
abstinencia del consumo de tabaco, con la práctica de actividades deportivas y
culturales”.
Recordó que se ha documentado en diversas encuestas de salud hechas en
el país que la edad promedio en que se inicia la adicción al tabaco va entre
los 10 y los 12 años de edad, y que cada vez es más frecuente en las mujeres y
es común que después del tabaco siga la ingesta de bebidas alcohólicas hasta llegar
a las drogas. “Tras fumar y beber, consecuentemente buscan sustancias que les
cause otro tipo de efecto o satisfacción”, advirtió.
Detalló que cada cigarro posee hasta 20 miligramos de alquitrán y
produce 80 centímetros cúbicos de monóxido de carbono, “esto reduce 10 por
ciento la capacidad de transporte de oxígeno en la sangre y si una persona
consume varios cigarros al día, la hipoxia (falta de oxígeno) daña de forma
severa diversos órganos y llega a ser irrecuperable”. Además, sentenció, un
solo cigarro puede producir adicción a la nicotina.
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