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El material de los zapatos debe ser semirrígido
para no dañar los pies; el uso de tenis es exclusivo para actividades físicas y no de uso diario,
hasta los siete años.
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Caminar descalzo en arena o pasto fortalece los
músculos de la bóveda plantar.
Para evitar deformaciones en los pies, los niños en
edad escolar necesitan usar zapatos cómodos, con la parte posterior rígida para
contener el tobillo, con el frente cuadrado o redondo y que los tenis sólo se utilicen
para actividades físicas, recomendó María del Carmen Mora Rojas, especialista
del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
La coordinadora Clínica de Enseñanza e
Investigación en Salud, de la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación Siglo
XXI, destacó la importancia de brindar calzado de calidad a los pequeños en
esta etapa de la vida, debido a que los huesos se moldean hasta los siete años.
Por lo tanto, añadió, el zapato debe ser de
material semirrígido, tener buena contención para el tobillo y pie, que sea a
la medida y no apriete los dedos para que no se deformen los pies; además, el
uso de tenis es exclusivo para las actividades físicas y no de uso diario,
hasta los siete años.
La doctora Mora Rojas insistió en que los niños de
esta edad no deben usar calzado muy flexible o de baja calidad, porque ello predispone
al pie plano, sobre todo cuando usan tenis todos los días. Después de esa edad
pueden usar zapatos un poco más flexibles, siempre cómodos y que no les aprieten,
puntualizó.
Lo ideal, agregó la especialista del Seguro Social,
es que el material del calzado sea de vaqueta o suela de cuero; aunque en la
actualidad existen zapatos de goma o de plástico, los padres deben verificar
que tengan buena contención hacia el pie y no lo maltraten.
Indicó que también se debe tener cuidado en el
espacio que va de los dedos a la punta del zapato, ya que lo más adecuado es
que exista medio centímetro de diferencia para que los dedos estén libres y los
niños los puedan mover.
De lo contrario, precisó la rehabilitadora del
IMSS, cuando el zapato está apretado, los niños flexionan los dedos y provocan callosidades.
Tampoco deben usar calzado más grande porque no sujeta bien el pie, además se
sugiere que las niñas no los utilicen con terminación en punta porque comprimen
más los dedos.
La coordinadora Clínica de Enseñanza e
Investigación en Salud de la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación Siglo
XXI advirtió que el pie plano se ha vuelto un problema común en nuestros días
por el uso constante de tenis.
Para detectar esta anomalía, aconsejó que los
padres vean al niño descalzo con el pie apoyado completamente en el piso, a fin
de identificar si la parte posterior (el tobillo) se hace hacia adentro; de ser
así, se trata de una deformación (valgo de retropié) que jala la rodilla y provoca
que éstas se junten, lo que resulta en un problema de pie, rodillas y
posteriormente de cadera.
Por ello, es importante atender con oportunidad al
menor que dice cansarse fácilmente al caminar o que le duelen los pies, y llevarlo
con el médico en rehabilitación u ortopedista, los más autorizados en la
atención de estos problemas.
En el Instituto Mexicano del Seguro Social, el
médico familiar puede hacer la detección y canalizar al menor, ya sea a
rehabilitación o consulta de ortopedia, donde se hará la evaluación
correspondiente y, de ser el caso, se prescribirá el uso de plantillas u otra
terapia o tratamiento.
María del Carmen Mora Rojas reiteró que el problema
más importante es el pie plano, justamente por el uso inadecuado de calzado,
por lo que recomendó que los menores caminen descalzos para fomentar que la
bóveda plantar haga el arco y no haya problemas posteriores.
Destacó que es muy bueno que los niños caminen
descalzos, de puntas y de talón, en diferentes terrenos como pasto, tierra o arena,
para beneficiar los músculos de la bóveda plantar y hagan el arco tanto
longitudinal como transversal.
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