By Miriam Uribe
Después de los acontecimientos
trágicos donde el menor Hendrik Cuaucuas, de 10 años de edad, quien falleciera
a causa del proyectil perdido calibre nueve milímetros, que callera en
una de las sucursales de Cinépolis en la delegación Iztapalapa, de esta ciudad
capital.
A través de una investigación
minuciosa encontramos, qué esto no es más que el resultado de la impunidad por
parte de organizadores de eventos, directivos de la Territoriales Santa
Catarina y las de la propia sede delegacional, en virtud de que estas otorgaron
las concesiones que dejan altas cantidades de dinero.
Sin embargo, en estas fiestas,
bailes, conciertos gruperos, etc. Se dan permisos pero sin ningún tipo de
seguridad, por tal motivo en estos eventos la portación y disparo de arma de
fuego ya es una costumbre.
Acudimos a la territorial de Santa Catarina para una entrevista con el director Luis Felipe Alvarado, pero sólo conseguimos largas y hasta el momento nada; en el intervalo de la espera, lo más lamentable es saber cómo maltrata a los propietarios de los comercios de la localidad, así como a los trabajadores gubernamentales a quienes se niega a pagar sus respectivas quincenas y ahorrarse las prestaciones de ley, exigiéndoles incluso su renuncia, sin importarle los años de antigüedad y sueldos de miseria.
El gobierno del PRD en la localidad
da pena ajena, cabe mencionar qué se le sobre nombra ya como “Los muertos
de hambre”, ya que quieren a como de lugar las plazas, desde que tomaron
posesión, se han dado diversas rigideces entre la nueva y vieja
administración por la pronta desocupación de los puestos como si fueran capaces
de quedarse para siempre.
Es importante destacar qué durante el
gobierno pasado reciente, no hubo una situación de esta índole y mucho menos el
deceso de algún menor. Mientras qué el gobierno “de la transformación” entro
con el pie izquierdo y con muchas ínfulas de poder.
En conclusión es lamentable que el
permiso de donde salió la bala perdida fue otorgado por la Territorial de Santa
Catarina a cargo de Luis Felipe Alvarado, director, a habitantes de la colonia
Xalpa, esperemos qué ojalá también haya sanciones para estos funcionarios
prepotentes, corruptos y cómplices de asesinado. Y como es común, según
costumbres, "después del niño ahogado tapan el pozo", y dejando en
claro que algunas de estas fiestas son para beber, drogarse, y hacer todo tipo de desmanes con la complacencia de un puñado de corruptos.
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