El ser humano en el trascurso de su vida,
especialmente cuando somos pequeños tenemos algunas situaciones en donde no
pudimos resolver alguna de ellas y, a la vez algo que nos causó mucho dolor. A
la mejor no entendimos bien lo que sucedió, y son pequeñas cicatrices que se
van quedando, y a esas pequeñas cicatrices son a las que llamamos “el niño
interior herido”. Estas cicatrices prácticamente son las que tenemos desde el
seno materno. Por ejemplo, a la mejor cuando una mujer está embarazada muere el
papá o tiene una tristeza muy grande.Entonces, el bebé que está dentro, y como
la madre está tan encismada en su tristeza no habla con su bebé y eso él lo
puede percibir como un abandono y rechazo, aunque no sea así. Por otra parte,
en el transcurso de nuestras vidas van pasando muchos ejemplos similares, por
ejemplo, un bebé puede tener mucha hambre y la mamá se está bañando, eso el
pequeño lo puede percibir como un abandono, sobre todo, si ella se tarda mucho.
La terapeuta y sexólogaSilvia Graciela Moreno López
autora del libro Sexo con Alma,
directora de Nexxus Capacitaciónpuso un ejemplo, un día en el kínder el niño
hizo un trabajo o un juguete, y la mamá en ese momento acaba de recibir una noticia
desagradable y puede decir “no me estés dando lata”. Todas esas cosas, el
pequeño las va a vivir como agresiones y abandono aunque no lo sean, si a eso
le sumamos las agresiones verdaderas de la madre o el padre, tenemos a un niño
interno herido. El Taller Sanando al Niño interior ayuda justamente a contactar
con ese infante interno y tratamos de contactar a este niño y darle la
oportunidad de que exprese su enojo, su fantasía o simplemente que este niño
pueda, de alguna manera, darse cuenta de que mamá y papá lo aman y que hicieron
lo mejor que pudieron. Entonces, eso definitivamente nos va ayudando a
sentirnos mucho mejor y de alguna manera empezar a vivir con mayor plenitud.
Es muy importante amar a
nuestro niño interno
“Una de las cosas por las que yo me empecé a
interesar mucho en lo del niño interior, es que me di cuenta que nosotros
cuando elegimos la pareja, en nuestro transcurso de la vida, en pareja, sale
mucho de nuestro niño interior. Yo digo, sin lugar a dudas el que elige a la
pareja es el niño o la niña interna. Entonces, cuando hay conflictos, es como
si el marido o la esposa le cobrara la factura a su pareja (o la mamá). Vamos a
suponer que el papá o la mamá dejaron plantado o plantada al niño o niña y no
podía reclamar porque tal vez le iría peor.A la sazón, cuando esta persona
elija pareja, lo más probable es que elija una que la deje plantado o plantada.
Lo que va a suceder, es que cada vez que dejen plantada a esa persona, se va a
sentir como esa niña: abandonada, sin ser tomada en cuenta y la actitud es como
el de una niña, a veces inconscientemente lloramos como niños, “Ah, es que no
te importo, mira nada más cómo me tienes esperándote.” Esto sucede porque se
activa esta niña herida y le cobramos a la pareja lo que nos hizo mamá y lo que
nos hizo papá.
Por lo tanto, es muy importante que amemos a
nuestro niño interno. Esto también sucede en el trabajo, con los jefes y en
muchos ámbitos de nuestra vida, donde de alguna manera, el niño interno tome el
control y no permite que nuestras relaciones, a veces, no sean tan sanas como
de adulto-adulto, sino de adulto-niño.”
Reconciliándose con el niño
interno
Lo que hace Moreno López en sus talleres es darle
un resignificado a la diversidad del niño, pues hay casos de niños que fueron
violentados, incluso, abusados sexualmente, y esa energía negativa se queda
adentro, como atorada. Entonces, justamente lo que hace en sus talleres es
darles la oportunidad para que este niño, pueda sacar esta energía y de alguna
manera resignificar la experiencia, modificando el pensamiento. De esta manera
cuando la pareja vuelva a llegar tarde, en lugar de sentirse la esposa como esa
niña abandonada y llorar, puede decirle a su pareja: “Mi amor, me molesta mucho
que llegues tarde. Te voy a pedir que cuando sepas que no vas a regresar
pronto, me avises. Ya que si vamos a ir a una reunión me voy adelantando, pues
no me gusta llegar tarde.”
Para esto, ya está hablando la persona adulta, pues
el niño ya no se engancha con esta situación.
Es un taller en el que todos deberíamos participar
más de una vez, ya que hay trapitos que hay que volver a sacar al sol, pues hay
muchas cosas que nos pasaron en nuestra infancia. Además, es un taller precioso
y como es un taller-retiro se puede sanar al niño a través de la psicoterapia,
pues la fuerza y energía del grupo es benéfica para todos, es cómo si se
potencializaran los beneficios. Por otro lado, como son muchas horas, pues
empieza desde el sábado a las 9 de la mañana y termina el domingo a las 2:30 de
la tarde, da la oportunidad de ir poco a poco entrando a esferas más profundas.
En cambio, en un proceso terapéutico se cuenta con una hora, máximo dos, y de
ahí son varias, esto permite entrar a capas más profundas. Además, el taller
hace que el paciente se reconcilie con su niño interno, con papá y mamá, no al
cien por ciento, porque sobre todo si una persona trae muchas cosas y muchísima
rabia, no va a ser suficiente con un taller. Muchas de las veces hay que seguir
en un trabajo terapéutico, incluso, estar en otro taller.
La utilidad de un taller
cuando se tiene depresión
Este taller es muy útil en personas que padecen
depresión, porque la mayoría de las cosas que nos pasan actualmente en nuestra
vida, como la depresión, tienen que ver con asuntos infantiles. Entonces, en la
medida que ese niño interno esté más sano, la depresión desaparecerá.
Los niños sanos son alegres, espontáneos,
creativos, amorosos, con amor a la vida. “En eso nos podemos ir convirtiendo-concluyó
la terapeuta-en la medida que vamos sanando nuestro niño interno. Hace tiempo
escribí un artículo que titulé ‘Volver a la esencia’ porque cuando hacemos una
sanación del niño interior volvemos a nuestra esencia, porque en la niñez
empezamos a dejar cosas para que papá y mamá nos quieran, por ejemplo, a la
mejor yo era una niña muy alegre y reía a carcajadas, pero a mi mamá no le
gustaba: ‘Las niñas no se ríen de esa manera’. “¿Qué empecé a hacer yo? ¡A
callar mi risa!, ¡a dejar de reír! Dejo de ser quien soy yoy me pongo una
máscara para gustarle a mi mamá, incluso hay casos en que aún con la máscara no
le gusto a mi mamá, porque el problema de mamá no es como yo soy, sino la
tristeza y amargura que ella trae en su corazón. Entonces, yo, como niña, voy
dejando de ser quien soy y me voy poniendo máscaras para ver si así le gusto a
mi mamá. Sin embargo, en otras ocasiones, la depresión está ocultando un enojo
muy grande. El taller es muy útil, pues si nosotros volvemos a ese niño o niña
que éramos, tenemos todos los recursos del niño: la creatividad, la espontaneidad,
la alegría, el amor, la confianza.”
Informes: 3344-7790 y
3629-8344. Domicilio Millet 198, Col. la Estancia, Zapopan, Jalisco
Por: Héctor Medina Varalta
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