Guadalajara, Jalisco. Si mi empresa tuviera ruedas, es el título de un
libro escrito por Carlos Aliaga Gargollo, director general de la editorial
endira, en dicho texto, su autor hace una analogía entre la bicicleta y la
empresa, y esto surge de la manera de ejemplificar lo difícil que es emprender,
pero al mismo tiempo, lo satisfactorio que es tener una empresa. Buscando una
imagen-explica Aliaga- que representara esto, vino a mi mente la imagen de mi
hijo Fernando, que a los 4 años se subió a su bicicleta, y sin las rueditas de
apoyo se puso a pedalearla sin que nadie le enseñara. Esa
es, precisamente la imagen que encierra esos dos conceptos: dificultad y
satisfacción. Difícil pedalear una bicicleta, pero muy satisfactorio.”
De ahí, Aliaga empezó a buscar las analogías entre manejar y dominar una
bicicleta; manejar una empresa y dominar esa empresa. De ahí surgen cuatro
pasos, que básicamente es la dirección, el manubrio, el impulso con los
pedales, el equilibrio que es con el cuerpo y la práctica constante, que si se
lleva a la empresa y si tenemos dirección, impulso, equilibrio y práctica,
tendremos una empresa exitosa. De esta manera, como emprendedor, uno evita
distraerse mucho porque se está trabajando en la empresa y ya no hay tiempo de
planear. Entonces, es un modelo analógico muy simple que no permite perder de
vista los elementos importantes que van a mantener de pie al empresario en su
negocio.
Quitando la paja mental
“Me he dado-explica Aliaga-a la tarea de escribir para el empresario
mexicano, que es un empresario que normalmente no tiene mucha formación
académica o aquellos que sí la tienen, incluso universitaria, no la tienen en
el área administrativa. Entonces, ¿cómo enseñar a ese empresario mexicano que
tiene que salir adelante, que tiene la obligación de mantener su empresa
abierta, sin tener que enseñarle todo lo que tendría que aprender en una
escuela en una carrera administrativa? Se tiene que tener elementos de sentido
común, de espíritu emprendedor que lo alejen de la parte académica, pero que lo
mantengan en la línea del éxito.”
Aliaga comenta que se ha topado con personas analfabetas o que no tienen
estudios, salen adelante, y observando cuáles son estos elementos que tienen en
común estas personas que los llevan al éxito sin la preparación académica, es
que ha encontrado cómo acercarse a la gente, que de alguna manera no tiene
estudios universitarios o estudios en administración para llevarlos a ser
empresarios exitosos, no por ello llegan a ser libros interesantes para quienes
sí tienen estudios de administración, porque sobre todo, lo que le
beneficiarían los libros de Aliaga son a quienes ya tienen los estudios, pues
son para quitarles la paja mental, ya que de tantos estudios se bloquean. “Es
decir, si ya sabes todo eso, ¡qué bueno!, sabes contabilidad o finanzas,
¡aprovéchalas! Ahora, olvídate de todo eso y concéntrate de lo que es
verdaderamente importante en tu empresa y aprovecha las herramientas que ya
tienes, pero plantea la situación desde una perspectiva mucho más emocional
para que te despejes un poco de los números y encuentres cómo conectar
verdaderamente con los clientes.”
Próximo libro en 2013
Al escritor y empresario, Carlos Aliaga, le gusta que sus amigos de
Facebook disfruten de leer sus libros, que se complazcan en compartir sus
experiencias; no está buscando crecer masivamente en las redes sociales, sino
crecer cada día esa cercanía con quienes le siguen. Antes de continuar quiero
hacer una breve pausa para explicar el significado del elefante blanco: se dice
que en la India el paquidermo es tan preciado o tan exclusivo que sólo los
grandes reyes lo pueden tener, pero el día que uno tiene un elefante blanco lo
único que sirve es para adornar o para estorbar; si uno mete un elefante blanco
a una habitación no hay espacio para algo más. Aliaga lo menciona porque cuando una empresa se
convierte en un elefante blanco, es muy vistosa, denota poder, se puede pensar
que el propietario del paquidermo blanco es un rey, pero el elefante estorba.
Por otra parte, nuestro entrevistado mencionó que viene su cuarto libro
para el siguiente año, un texto que habla del crecimiento, del mito en torno a
los elefantes blancos, que son las grandes empresas, muy vistosas, pero a la
vez muy estorbosas para la vida del emprendedor, o muchos que en el intento de
crecer se pierden, incluso, aquellas empresas familiares que pasan de una
generación a otra, todos esos temas de sucesión empresarial se van a plantear
en este libro.
“Cuando construyas una empresa-señala Aliaga-busca en que no se convierta
en un elefante blanco: vistoso, pero estorboso, busca más bien tener una
empresa a modus vivendi. Probablemente no se note tanto, pero al final será una
empresa que te permita tener la vida que quieres tener.”
Calidad de horas
La dirección de una empresa, según Aliaga, se encuentra en el flujo
efectivo, el día que una empresa se queda sin flujo o efectivo, no hay cabeza
para otra cosa. Entonces, hay que cuidar en todo momento no quedarse sin
efectivo. “El impulso se encuentra-añade-en los pedales que somos nosotros los
que metemos ese primer impulso y, a través de la cadena trasmitimos ese
movimiento a las ruedas, o que es lo mismo: la empresa a través de mi propio
impulso transmito la motivación a mis empleados, y en la mayoría que uno sea un
buen motivador o un buen líder, nuestros empleados podrán trabajar, incluso,
más allá desde donde uno haga impulso. Es decir, uno se puede retirar de la
empresa y esta seguirá adelante por esa motivación transmitida a los empleados;
el equilibrio está en la capacidad de negociación, en la medida que se es mejor
negociador. A la sazón, se podrán realizar mejores acuerdos con clientes,
proveedores, empleados, socios y todos los partícipes de la empresa, y la
práctica al final, porque la práctica hace al maestro: somos lo que hacemos
repetidamente, pero somos lo que hacemos repetidamente bien, no es un tema de
cantidad en horas, sino de calidad en horas, qué tanta atención pone uno en los
errores cometidos para que cada vez vaya uno teniendo mejores resultados en nuestra
empresa.”
Padre millonario, hijo rico, nieto pobre
Aliaga considera que esta es una costumbre, que está tratada en el
capítulo de sucesión empresarial, que se deriva de cómo cada uno se relaciona
con el dinero. Por desgracia, en nuestro mundo, en nuestra forma de ser, todos
decimos que no logramos cosas porque nos faltan recursos, pero aquellos que
menos tienen, de pronto son los que logran más. Tenemos a los padres que
impulsan una empresa, pero el hijo recibe del padre la herencia de decir “Te voy
a dar todo lo que yo no tuve.” Entonces al tener todas las herramientas, todos
los recursos, el hijo pierde algo importantísimo, que es la motivación, y al
momento de perderla, pierde el interés en la empresa y empieza a quemar lo que
el padre hizo, porque este último, tenía hambre, sed de triunfo, tenía un
motivo por el cual luchar. Es muy verdadera la frase de ‘Padre millonario, hijo
rico, nieto pobre.’ Por lo tanto, el arte del emprendedor no sólo es para sí
mismo, sino ser abuelo de emprendedores. En el momento que tú tengas tu
empresa, tengas hijos empresarios, tengas nietos empresarios, entonces te
podrás ir a la tumba, diciendo ‘Yo fui un emprendedor exitoso.’
¿Por qué fracasan las empresas?
La causa principal que marca la Secretaría de Economía como fracaso de
las empresas grandes o pequeñas, es la falta de flujo de efectivo. En el
momento que las empresas no tienen dinero para salir adelante por muy buenas
ventas o proyección que tengan, terminan fallando. Esta es la primera causa. En
el caso de las empresas que se transmiten de padres a hijos, el problema es,
que no necesariamente los hijos tienen amor por la empresa, ahí los padres
deberían de pensar en una alternativa. “Por ejemplo, tenemos el caso del Grupo
Modelo donde el señor Diez heredó su empresa a sus ejecutivos más importantes
con la condición de que les pagaran el valor de su empresa a sus descendientes;
se aseguró de que su empresa quedara en manos de alguien que verdaderamente
quisiera manejarla, y no de sus hijos que no estaban interesados en el negocio.
Es decir, ‘Oye, yo quiero que mi empresa viva, no se la voy a dar a mis hijos,
se las voy a heredar a mis empleados, y que ellos se la paguen a mis hijos.’
“El 95 por ciento-puntualizó-de las empresas son micro, pequeñas y
medianas empresas en nuestro país, y que son las que verdaderamente me
preocupan. Es decir, preparar a los micro, pequeños y medianos empresarios, es
un verdadero reto, ya que son la mayoría, y son los que verdaderamente
sostienen la economía de las grandes empresas, pues éstos como quiera, se
pueden cuidar solos. Lo interesante es lograr transmitir a la gente que tiene
muy poca información, mucho menos preparación y muchos menos recursos para
seguir adelante, y eso es en lo que me he enfocado básicamente.”
Por: Héctor Medina Varalta
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