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Nueve largometrajes de
producción reciente conforman esta segunda semana dedicada a las nuevas
propuestas independientes del cine nacional.
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Destaca la ópera prima
ganadora en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato 2012, Mi universo
en minúsculas de Hatuey Viveros, y Fogo de Yulene Olaizola, estrenada en la
Quincena de Realizadores del Festival de Cine de Cannes en 2012.
- Como parte de su labor
de descentralizar la cultura fílmica y fortalecer un circuito alternativo de
exhibición, la Cineteca Nacional lleva la programación de esta Segunda Semana a
todo México arrancando en Monterrey donde se contará con la presencia de
algunos de los realizadores.
- La Semana se presentará en
la Cineteca Nuevo León, en Monterrey; en la Cineteca Municipal Silvestre
Revueltas en Durango; la Cineteca Alameda, San Luis Potosí; Cine Morelos; la
Cineteca Tijuana, en Tijuana; y el Centro Cultural Tamaulipas en Ciudad
Victoria.
- Hasta el momento el
circuito de exhibición está conformado por 10 sedes en todo el país y cuatro
ciudades de Centroamérica, a las que la Semana arribará gracias al apoyo de
Cinépolis.
Luego de una exitosa Primera Semana de Cine Mexicano
Independiente realizada en 2012 que recorrió tanto el interior de la República,
como la ciudad de México, Centroamérica, Shangai y Buenos Aires, la Cineteca
Nacional vuelve a programar una muestra dedicada a las producciones nacionales
de carácter independiente y de reciente factura: la Segunda Semana de Cine
Mexicano Independiente (SMI). Este proyecto busca fortalecer la exhibición y
difusión del cine mexicano de calidad, en particular de aquellas propuestas más
arriesgadas que no encuentran cabida en los circuitos comerciales.
La selección de este año está conformada por nueve
filmes que se exhibirán a partir de mayo en el interior de la República a
través del programa Cineteca va y en al menos cuatro ciudades de Centroamérica mediante
la empresa mexicana Cinépolis en un recorrido que también incluirá las
instalaciones de la Cineteca y sedes alternas.
El ciclo se exhibirá del 18 al 26 de mayo en Monterrey;
para llegar a Guadalajara del 5 al 15 de junio al Instituto Cabañas y del 21 al
29 de junio al Cine Foro de la Universidad; del 13 al 20 de junio también se
presentará en Cine Morelos; del 28 de junio al 6 de julio se exhibirá en la
Cineteca Alameda de San Luis Potosí; mientras que del 6 al 14 de julio visitará
la Cineteca Tijuana; del 19 al 27 de julio pasará por la Cineteca Municipal
Silvestre Revueltas de Durango y del 5 al 13 noviembre se presentará en el
Centro Cultural Tamaulipas de Ciudad Victoria, y en al menos cuatro ciudades de
Centroamérica, para también arribar a las pantallas de este recinto, así como
de las sedes alternas de la Cineteca en la ciudad de México.
La inauguración, que tendrá lugar el 18 de mayo en
la Cineteca Nuevo León, correrá a cargo del filme de Yulene Olaizola, Fogo (México-Canadá, 2012) estrenado en la
Quincena de Realizadores del Festival de Cannes en 2012 y reciente ganador del
premio Labodigital RivieraLab/Work in Progress del Riviera Maya Film Festival.
Este documental registra el deterioro de una pequeña comunidad de la Isla Fogo,
ubicada al noreste de Canadá, que obliga a sus habitantes a reubicarse en otro
sitio. Olaizola retrata con gran sutileza la difícil situación de estos
individuos que deciden quedarse y aferrarse a sus recuerdos aunque ello les
cueste la vida.
El ciclo continúa con la ópera prima de Mauricio T.
Valle, Sobre ella (México, 2012),
donde un grupo de amigos que ha logrado unidad a pesar de sus problemas individuales,
sufre un suceso inesperado que cambia sus vidas para siempre, dejando al
descubierto temas como el amor, la confianza, la lealtad, el deseo, la
felicidad y el perdón.
Por otro lado, los rostros de la ciudad son
protagonistas en el documental Calle
López (México, 2013) de Gerardo Barroso y Lisa Tillinger, una especie de
“sinfonía urbana” en blanco y negro por la que desfilan personajes como
taqueros, comerciantes ambulantes e indigentes, entre otros. A su vez, el
director Michel Lipkes explora la “cultura barroca llena de melodramas” en la
que vive el mexicano en su largometraje Malaventura
(México, 2011), ganador de la mención a la mejor ópera prima en el Festival
Internacional de Cine de Puebla 2012, por este relato acerca del último día de
vida de un anciano solitario que recorre algunas de las zonas más sórdidas del
centro del Distrito Federal.
Los individuos por sí mismos capturan la atención
de algunos de los cineastas independientes que participan en esta Segunda
Semana, como es el caso de los documentales Mosca
(México, 2011) de Bulmaro Osornio, que plasma la vida de un taxista nocturno
quien luego de quedar viudo tiene que hacerse cargo de sus dos hijas, y El ingeniero (México, 2012) de Alejandro
Lubezki, seleccionado en numerosos festivales nacionales e internacionales,
entre los que destacan el Festival de Cine Internacional de Guadalajara, DocsDF
y Ventana Sur Latinoamerican Film Market, en Buenos Aires Argentina.
Destaca también en la programación la película
ganadora a la mejor ópera prima en el Festival Internacional de Cine de
Guanajuato 2012, Mi universo en
minúsculas (México, 2011) de Hatuey Viveros, quien narra el viaje de una
extranjera para encontrar a su padre en la ciudad de México, con sólo una nota
en la parte trasera de una foto de su infancia que indica “nuestra casa en el
37 de la calle Juárez”.
La remembranza y la nostalgia también están
presentes en la cinta de Andrés Pardo, Buscando
a Larisa (México, 2012), un documental construido con materiales
recuperados de películas caseras en súper 8, que el realizador reutiliza con la
finalidad de preservar los recuerdos y la memoria.
Finalmente Campo
abierto (México, 2012) de Juan Carlos Martín documenta a través de diferentes
formatos (súper-8, 16 mm., HD) los últimos 10 años de vida y de trabajo de Gabriel
Orozco, artista que logró consolidarse como una figura clave en el mundo del
arte contemporáneo mundial.
Una programación rica en contenidos que formarán
parte de la Semana en las diversas sedes, donde algunas proyecciones contarán
con la presencia de los cineastas quienes compartirán sus experiencias con el
público asistente. De este modo, la Cineteca Nacional descentraliza la
exhibición del cine nacional y ofrece un espacio para su consolidación al
tiempo que fomenta un sentido de pertenencia y arraigo, así como una ventana de
difusión de nuestro cine, dentro y fuera del país.
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