Halitosis y reflujo gastrointestinal

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La definición del reflujo gastroesófagico es una enfermedad del aparato digestivo que se caracteriza por la presencia del ascenso del contenido gástrico que asciende a través de la unión del esófago con el estómago y lo lesiona y lo quema (al primero) pues el contenido del jugo gástrico es irritante. El ascenso del contenido gástrico hacia el esófago es lo que se llama enfermedad o reflujo esofágico, que en algunas condiciones esto pudiera ser normal y la enfermedad es precisamente cuando en algunas condiciones cuando el reflujo es persistente condiciona lesión sobre el esófago.

Halitosis o mal aliento
El Dr. Fernando Pérez Aguilar, gastroenterólogo quirúrgico y endoscopista gastrointestinal comenta que el término halitosis significa mal aliento. El mal aliento puede ser producido por diversas circunstancias específicamente hablando de enfermedades digestivas. En este caso, la enfermedad por reflujo esofágico, es una situación por la presencia de ese jugo gástrico que asciende que en muchas ocasiones es el resultado también de la descomposición o de la digestión de los alimentos. El resultado de la digestión de algunos alimentos produce la fermentación de algunas sustancias y ésta al ascender el gas que se produce por las mismas, ocasiona por lo tanto mal olor y esto puede ser una razón que cause mal aliento (la enfermedad por reflujo por esta situación).

Puede deberse a una enfermedad digestiva
En muchas ocasiones, el enfermo puede no darse cuenta que lo padece ya que sólo se da cuenta cuando alguien se lo dice. Aunque no siempre el mal aliento es condicionante de alguna enfermedad digestiva, muchas veces puede ser una higiene bucal inadecuada: presencia de caries, enfermedades de las encías o algunas otras infecciones, sin embargo, cuando el paciente después de haberse revisado la boca no tiene ninguna de esas enfermedades y persiste con el mal aliento, puede deberse a una enfermedad digestiva, particularmente la enfermedad por reflujo que frecuentemente lo causa.

Síntomas
Los síntomas característicos son la presencia de agruras, es decir, la sensación de un sabor amargo o ácido que se regresa a través del esófago. El paciente puede tener la sensación de acidez en la boca del estómago y que esta acidez puede ascender a través de la parte posterior del esternón por donde viaja el esófago, literalmente el paciente siente que se quema. A esto se le llama pirosis; los pacientes también pueden manifestar eructos constantes por la salida de ese gas fermentado, como es el resultado de la alimentación puede presentarse hipo, mal aliento o halitosis, exceso de salivación, presencia de distensión del abdomen después de comer, son algunos de los síntomas de esta enfermedad.

Tres tipos de reflujo
En muchas ocasiones en que los pacientes sufren dolor de pecho, en su mayoría jóvenes y por lo demás sanos, es posible que se descarte una enfermedad del corazón. La causa número uno de dolor en el pecho que no es por origen cardiaco son las enfermedades esofágicas, particularmente la enfermedad por reflujo gastroesofágico. Precisamente, dentro de las variedades se pueden diferenciar tres tipos de reflujo gastroesofágico: los que tienen esófago de Barrett que es la variedad más agresiva y más grave de la enfermedad; la enfermedad por reflujo erosiva donde se producen quemaduras o laceraciones y la variedad más sencilla y la más común que es la enfermedad por reflujo no erosiva o la enfermedad por reflujo por endoscopia negativa donde el paciente a pesar de presentar síntomas el esófago parece intacto a la endoscopia, aparentemente no tiene lesiones, sin embargo, si al paciente se le sube el contenido gástrico le quema aunque no tenga una lesión demostrable.

Dieta
De acuerdo al Dr. Pérez, el esófago de Barrett se considera como una lesión premaligna. Estos pacientes tienen una predisposición más elevada que la población en general para desarrollar cáncer de la unión esofágico gástrica. Estos pacientes deben tener una vigilancia especial para tratar de determinar la presencia del cáncer o tratarla de evitar a través de tratamientos intensivos como puede ser la cirugía.
Los pacientes que tienen reflujo gastrointestinal para poderla controlar tiene que someterse a una dieta que no contenga condimentos, irritantes, bebidas alcohólicas, café, alimentos ricos en grasas, pan dulce. Al paciente se le tiene que dar una serie de indicaciones en relación a su alimentación que se va a ayudar aparte con un buen tratamiento médico.

Tratamiento
Podríamos hablar de los pacientes que son candidatos al tratamiento médico y a un grupo especial de pacientes en el que la cirugía les puede dar un servicio importante, sobre todo aquellos pacientes que tienen quemado el esófago o los que tienen el esófago de Barrett, sin embargo, muchos pacientes, tal vez la mayoría se puedan beneficiar con una buena dieta y medicamentos dentro de los que se encuentran inhiben la producción de ácido clorhídrico, para esto tenemos los grupos de medicamentos que se le conocen como inhibidores de la bomba de protones y algunos otros medicamentos que pueden disminuir la secreción del ácido como los inhibidores de los receptores de la histamina tipo 2. sin embargo, también existen otros dos medicamentos como algunos geles protectores que evitan que el reflujo esté en contacto directo con la mucosa y, por lo tanto, la protege. Algunas marcas como Melox noche que es un producto que asocia un componente que protege al paciente que tiene reflujo pues aunque éste se presente no cause alguna lesión directa a la mucosa.

Cabe mencionar que el Dr. Pérez recomienda que algunas enfermedades que no son necesariamente reflujo pueden causar síntomas similares. Por lo tanto, el uso indiscriminado e inadecuado de medicamentos podría ocular enfermedades graves como podría ser el cáncer de esófago. Si alguna persona sufre alguno de estos síntomas: agruras, acidez, dolor en el pecho de tipo ardoroso que es la pirosis, eructos, sensación de mal aliento y salivación excesiva este paciente debe visitar al médico, de preferencia a un gastroenterólogo, seguramente él le va a resolver el problema.

Por: Héctor Medina Varalta

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