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10/2/10

¿Eres perfeccionista? Descubre lo malo de Ser demasiado bueno

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- Miriam Adderholdt & Jan Goldberg.

El perfeccionismo no es una enfermedad transmisible. Tampoco es hereditario, pues no se nace con él. Algunos expertos consideran que el perfeccionismo surge durante la infancia. De acuerdo a las autoras, las presiones familiares, personales, sociales, y de los medios de comunicación, así como los modelos de conducta se combinan para formar una Gran Presión que nos lleva a un estilo de vida lleno de trabajo excesivo, preocupaciones y remordimientos. Llegamos a creer así que si no somos perfectos no merecemos amor ni respeto.

Este fascinante libro le ayudará a que su hijo se convierta en un adicto a los estudios. Miriam y Jan escriben que todos hemos escuchado mencionar de los adultos trabajólicos (adictos al trabajo), pero ¿niños trabajólicos?

Según el psicólogo Erik Erikson, los niños entre 6 y 12 años están en peligro de convertirse en trabajólicos si se les recompensa por lo que hacen más que por sus cualidades personales. Es decir, el niño que es elogiado por llevar a casa calificaciones perfectas y no por ser de carácter agradable, tener sentido del humor, ser juguetón, amable, bondadoso y buen amigo, tenderá a pensar que el trabajo es la parte más importante de la vida y se “llenará” de actividades porque sabe que esto le traerá recompensas.

El trabajo puede ser una adicción tan grande como las drogas y el juego. A diferencia de éstos, sin embargo, el trabajo es algo que los padres alientan sin darse cuenta del peligro que encierra. En realidad, las adicciones llegan sin avisar, tengo presente el caso de una eficiente secretaria que atendía a los clientes de su jefe con una deliciosa taza de café. Ella no lo consumía pero llegó el día que lo hizo, primero de vez en cuando y luego diariamente. Un fin de semana, ella empezó a darse cuenta que tenía taquicardia y dolor de cabeza. Cuando éstos se hicieron más frecuentes empezó a preocuparse, hasta que llegó a la conclusión de que eran los síntomas de una fuerte adicción a la cafeína y lo que padecía los fines de semana era el síndrome de abstinencia.

Volviendo al tema del perfeccionismo, las autoras escriben que en 1984 se realizó una investigación entre un grupo de muchachas, estudiantes de la Universidad de Georgia, para determinar la relación que existe entre entre el perfeccionismo y la opinión que las personas tienen de sí mismas. Los resultados arrojaron un patrón fascinante: a mayor perfeccionismo, menor auto estima. Las estudiantes valoraban su personalidad de acuerdo con los logros que obtenían.

En este libro, el lector descubrirá que sí es posible desarrollar su potencial y alcanzar la excelencia sin una presión excesiva. Muchos jóvenes de nuestra era intentan, por todos los medios, ser el estudiante, la hija, la hermana o el amigo perfecto. El resultado es padecer de una gran tensión, pues para ellos, nada es suficiente. En este texto los jóvenes aprenderán a enfocar de manera positiva la tendencia hacia el perfeccionismo y, al liberarse de la presión que se impone, gozar del tiempo y la energía con la que contarán; igualmente podrán habilidades que quizá no sospechaban que tengan. Joven, la próxima vez que seas bombardeado con el concepto “perfecto” (delgado, guapo, rico, exitoso) distinguirás los modelos de conducta irreales que te llevan al trabajo excesivo, la preocupación y el remordimiento. Las autoras te dirán cómo.

Algunos capítulos: Por qué las personas se vuelven perfeccionistas; Cómo afecta el perfeccionismo a tu mente; Cómo afecta el perfeccionismo a tu cuerpo; Cómo afecta el perfeccionismo tu relación con los demás; Cómo aligerar tu carga; Un mensaje especial para los jóvenes; Aprende a recompensarte y a saborear el éxito, entre otros.

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