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- Anorexia, Bulimia, Comer compulsivo, Andrea Weitzner.
Por: Héctor Medina Varalta
El A-B-C de los desórdenes alimenticios es el un-dos-tres para la detección, comprensión y superación de las enfermedades que actualmente arrastran a millones de personas. Con testimonios reales, Andrea Weitzner revela el proceso íntimo del pensamiento y del trastorno mental que acompaña a la anorexia, la bulimia y el comer compulsivo. “Nunca pensé que me pasaría a mí”-es la frase más popular entre todos lo que a la malagueña se dieron cuenta de que lo que inició siendo un pasatiempo y solución, resultó el infierno de la adicción.
“En menos de una década-escribe Weitzner-, me desgarré el esófago innumerables veces, me desmayé en un sinfín de baños públicos, perdí el conocimiento por un desequilibrio repentino de potasio mientras manejaba al volante a 120 kilómetros por hora, causándome lesiones físicas y daños a la nación, casi me asfixio una noche por tragarme el cepillo de dientes con el cual me3 provocaba el vómito, dejé una larga lista de relaciones inconclusas, oscilé de un extremo físico de muy flaca a gorda y pasé varias noches en vela contemplando la posibilidad de quitarme la vida.
“¿Me falto algo? Ah…, sí, las cerezas del pastel: un internamiento por complicación renal, seguido por otro accidente automovilístico que me dejó temporalmente en silla de ruedas. Ahora sí ya. Eso fue todo. Ah …, no, se me fue mencionar el dolor que causé a los que tuvieron que presenciar cómo me suicidaba poco a poco y día a día durante nueve años de mi vida.
“… Tan trágico que podría ser cómico. Créeme que me he reído a carcajadas, pero antes de poder hacerlo lo lloré amargamente. Despertar a los 21 y aceptar que más de un tercio de mi vida se había ido, ha sido de las experiencias más duras que me he llevado. No se lo deseo a nadie. El tiempo que se va no tiene regreso. No te duermas”.
Weitzner recordó la etapa de la bulimia por la que atravesó, “es espantoso-comentó-ver la cama cubierta de bultos: pizzas, hamburguesas, bolsas de papas, de churritos, pasteles, etc., etc. Los desórdenes alimenticios nos enseñan claramente que nuestra sociedad se encuentra mundialmente muy desequilibrada: vivimos en el mundo de las apariencias, en el mundo de la doble moral, decimos que la belleza interior es lo que cuenta pero no es cierto”.
Las cifras de quienes entran a este infierno desde y antes de los 10 años se ha triplicado, con la constante de que a menor edad, mayor posibilidad de afectar al sexo masculino. Algunos sugieren que la anorexia infantil femenina comienza a incubarse y entrar en etapa de gestación entre los 4 y 6 años, y en hombres entre los 8 y los 9 años. Por su parte la Dra. Mary Pipher, en sus veinte años de experiencia como psicoterapeuta en múltiples casos de trastornos alimenticios afirma que: “La bulimia constituyó una epidemia en las décadas de los ochenta y los noventa, pero encuentra su apogeo en el nuevo milenio. Esto se convierte en un fenómeno cada vez más común. En estos momentos entre el 8 y 20% de las chicas en edad escolar son bulímicas. Los psicólogos estiman que la tasa de incidencia bulímica entre las jóvenes universitarias es del orden de una de cada cuatro. El porcentaje de muerte es de 1.4 en 10”.
“Yo creo en la vida-resalta Weitzner-, pero en la vida digna. Esto lo comento para que la gente tenga más realidad en cuanto a la crueldad de los métodos llegando cada vez más cerca de su casa”. A su vez, recalcó que el Proyecto de la Fundación AW en el 2009 llegó a ser extendido a tres ciudades: León, Guadalajara y Monterrey. Es una fundación en la que chicas recuperadas ven a hacer su servicio social. Acerca de las dietas que tan en boga están en la actualidad Andrea Weitzner resaltó: “El ser humano -se ha complicado mucho la vida; el cuerpo es 70% agua y 30% masa, mientras uno coma en esa proporción está sano. Es decir, tres verduras, una porción de pollo y una porción de arroz. No hay que fanatizarse con las dietas, es una locura, hemos hecho de la comida un medio de destrucción y distracción”.
Weitzner comenta que las iníciales de la fundación no se deben a su nombre, pero sí a dos de sus mejores amigas que fallecieron lentamente por anorexia: Anie y Winna. A ésta última se le fue haciendo la piel anaranjada y vio cómo, al final, literalmente, ya no quedaba nada. AW Foundation provee soluciones integrales para personas que padecen trastornos alimenticios: terapia de calidad a las personas de escasos recursos, promover la educación en el tema, acerca del momento en que vivimos y difundir el material educativo y salvaguardar los derechos humanos en el tratamiento de trastornos alimenticios.
Un libro escrito especialmente para los y las jóvenes que padecen estos tres desórdenes alimenticios; diseñado por la voz de la experiencia de Andrea Weitzner que sin duda hallará eco en los corazones de quienes las padecen. Algunos capítulos: Quitémonos las máscaras; Anorexia nerviosa: el suicidio sofisticado; Bulimia: el síndrome de la súper chica; Comer compulsivo: el abismo de la soledad callada; Bulimarexia: fusión de enfermedades mortales; Al borde del precipcio; Ellos te dijeron… ahora tú te dices… Manejando sentimientos; Rompiendo la ruta mental detrás del atracón-purga; Comunicación con los síntomas, entre otros.
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6/3/10
El A B C de los Desórdenes Alimenticios
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