El Centro Cultural de España en México presenta ‘De donde no se vuelve’, documento audiovisual en el que el reconocido fotógrafo español descifra, a través de su voz y sus fotografías, su genuino universo fotográfico, su concepción del proceso creativo y su manera de aproximarse y entender el mundo. El próximo jueves, a las 19:00 horas, contaremos con la presencia de Alberto García-Alix, Premio Nacional de Fotografía de 1999. En paralelo, del 28 de mayo al 23 de julio, se exhibe en la galería OMR su exposición fotográfica “Un horizonte falso”.
‘De donde no se vuelve’ fue pieza central de la exposición retrospectiva del mismo título presentada en 2008 en el Museo Reina Sofía de Madrid. "Buscaba una narración que hilara el pasado y el presente, desde 1976, cuando empecé a hacer fotos, cuando ni siquiera sabía que me iba a dedicar a esto, hasta las realizas en los últimos meses en China. Se trata de un viaje en el presente desde el que voy retrocediendo hacia el pasado y utilizo la fotografía como una panorámica de todas las épocas".
El germen del vídeo documental se remonta varios años atrás. Así, pese a llevar trabajando en el guión durante casi 7 años, García-Alix, que se considera a sí mismo "un creador en activo", decidió empezar de nuevo con el proceso de escritura. Tras una larga estancia en París, decidió trasladarse a China, donde llegó por vez primera en diciembre de 2007: "Llegué en invierno y la primera impresión al pisar Pekín son los de cables que mutilan el cielo y las ramas sin hojas de los árboles. Bajo esas líneas vuelvo a mi pasado. Fue muy curioso porque ahí me senté a escribir por las noches. Esos árboles y esas redes, como si te cruzaras con una tela de araña, fueron el punto de partida". Esta pieza es de marcado carácter autobiográfico donde el autor repasa sus experiencias con el mundo de las drogas.
El resultado de esa experiencia, sumado a los más de 30 años de producción fotográfica, son 40 minutos en los que el autor reflexiona acerca de su presente y viaja a través de la memoria hasta el pasado. Recuerdos de las vivencias, los personajes y situaciones del Madrid de los años 80, del que sus fotografías son testimonio privilegiado. García-Alix retoma su historia personal desde un lugar perdido, y reflexiona en primera persona acerca del proceso creativo."La memoria transita de una manera muy curiosa en la cabeza, no pones la imagen a un hecho concreto. Recuerdas algo que te decía tu madre pero no pones una imagen de su cara en tu cerebro, puedes poner otra escena de cuando eras niño y estás oyendo otra voz".
Alberto García-Alix es uno de los fotógrafos españoles más reconocidos a nivel nacional e internacional. Su personal mirada ha encontrado su rasgo más distintivo en los retratos en blanco y negro, con un estilo directo, colocando su cámara frente al modelo. Nacido en León en 1956, su familia se traslada a la capital en 1965. Allí, tempranamente, comienza su afición por la fotografía, y monta, junto a un amigo fotógrafo aficionado, un laboratorio.
La ciudad de Madrid, a finales de los 70 y durante la década de los 80, sufre una explosión cultural. Lo que se dio a conocer como la ‘movida madrileña’ y sus protagonistas pasaron por delante la cámara de García-Alix. Y aunque el artista rechace la etiqueta de ‘fotógrafo de la movida’, pues según el mismo no tenía un afán documental en su trabajo, su obra durante estos años se ha erigido como un valioso testimonio de la época, sin esquivar los aspectos más oscuros, como el consumo de drogas.
Ya a principios de los años 80 consigue exponer su obra, no sólo en galerías de Madrid como Buades y Moriarty, sino que también llega a lugares como la Portfolio Gallery de Londres. En 1986 empieza a trabajar con cámaras de medio formato, depurando su estilo y avanzando en el campo compositivo.
En 1998 la primera edición de Photoespaña le dedica una retrospectiva. Esto supone, por su repercusión internacional y crítica, un punto de inflexión en la carrera de García-Alix, que tan sólo un año después fue galardonado con el Premio Nacional de Fotografía. Una nueva retrospectiva, organizada en esta ocasión por el Ministerio de Cultura en el año 2000, hará que su obra llegue a buena parte de la geografía española y a las principales capitales mundiales, como París, Londres o Nueva York.
A mitad de la década, coincidiendo con su traslado a París, García-Alix comienza una etapa más introspectiva, comienza a realizar una fotografía más abstracta, y vuelve su mirada hacia la producción narrativa y la creación audiovisual, de la que la pieza que les presentamos es un destacado ejemplo.
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