- El dirigente de la CIOAC, Federico Ovalle Vaquera, afirmó que miente la SHCP en que el ingreso nacional per cápita sea de 8 mil 960 dólares, cuando en el campo el 40% de la población no tiene ingresos.
El secretario general de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos, Federico Ovalle Vaquera, criticó los estudios del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y Banco Mundial que ubican a México como un país de clase media y de haber dejado de ser una nación de pobres, cuando la realidad señala que más del 70% de indígenas en nuestro país registran alta y muy alta marginación.
Asimismo, dijo que no se pueden ocultar cifras como las del rezago educativo que involucra a 3.1 millones de mexicanos entre los 5 y 17 años de edad en los estados de Oaxaca, Chiapas, Yucatán, además de que el 20 por ciento de niños en edad escolar presenta desnutrición y el 40 por ciento de las mujeres indígenas presentan anemia.
Igualmente, el dirigente de la CIOAC censuró al secretario de Hacienda y Crédito Público, Ernesto Cordero Arroyo quien señaló en entrevista que “…México tiene un ingreso nacional bruto per cápita de ocho mil 960 dólares, con lo que está catalogado por el Banco Mundial como un país de ingreso medio-alto”.
Al respecto, señaló Federico Ovalle Vaquera, que es falsa dicha aseveración pues de los más de 5 millones de trabajadores en el medio rural, el 40 por ciento no tiene un empleo remunerado y el 60 por ciento no percibe el salario mínimo general que se ubica en 58 pesos diarios en promedio.
Con esto queda claro, aseguró, que existen grandes brechas entre el medio rural y las áreas urbanas, y que se requiere reconocer esas brechas para avanzar hacia una mayor equidad.
Al comentar los estudios del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y del Banco Mundial así como las declaraciones del Secretario de Hacienda, Ernesto Cordero ante empresarios, el dirigente campesino cuestionó “de nada sirve que crezca el PIB, si la población no percibe que su calidad de vida ha mejorado”.
Es obvio, dijo, que en el caso del campo en cuanto a las condiciones de salud, educación, vivienda, acceso a la protección social, acceso a agua, servicios de salud y nutrición, la situación es de desgracia, inequitativa y las estadísticas nacionales deben registrar esas condiciones.
Desde la perspectiva del bienestar en el caso del medio rural, el gobierno ha implementado programas como oportunidades, apoyo alimentario, abasto rural, estancias infantiles, adultos mayores, jornaleros agrícolas, desarrollo local y vivienda rural; acciones nacidas, muchas de ellas, a partir del Acuerdo Nacional para el Campo, sin embargo no se ha dado transparencia y equidad en el manejo de los recursos pues se han aplicado intereses políticos y escenarios de corrupción, subrayó.
Apunto el dirigente de la CIOAC que aunque algunos de esos programas han crecido monetariamente, la diferencia entre el campo y ciudad son abismales. También se han implementado otros programas que tienen que ver con la educación agropecuaria, programa educativo rural, enciclomedia, oportunidades entre otros, “y podríamos enumerar muchos otros con sentido de mejorar las condiciones de vida pero las diferencias son grandes si acudimos a los indicadores porque la situación no mejora”.
Federico Ovalle Vaquera sugirió que en México existan procesos, análisis, y estadísticas que muestran la situación del medio rural, desde los análisis cuantitativos tradicionales (nivel del ingreso) así como los indicadores subjetivos y se cuantifiquen las variables que muestran la realidad en materia de salud, educación, empleo, seguridad, deseo por vivir, lectura, acceso a la cultura y otros, en el medio rural.
A principios del sexenio más de la mitad de los hogares de Guerrero, Oaxaca, Tlaxcala y Puebla tuvieron fuertes problemas para acceder a alimentos y actualmente la situación se ha agravado comentó.
Otro ejemplo, expuso el dirigente de la CIOAC, es que en algunos estados del norte de la República, donde se concentran grandes recursos del PEC, en la talla baja en niños se ha reducido en los últimos años, más no así en los estados con población básicamente rural en las que la prevalencia de baja talla afecta a cerca del 26 por ciento de los infantes.
Por ello, es imprescindible, finalizó, que se mida y se mida bien la situación del medio rural, tanto con los indicadores como con los índices tradicionales así como con aquellos nuevos o subjetivos relacionados con lo no monetario porque no puede ignorar la situación del campo en cuanto a educación, salud, vivienda y acceso a la protección, empleo.
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